Venezuela 2015: escasea desde la leche hasta el papel higiénico. Los pañales tienen que ser comprados con la ecografía o la partida de nacimiento del niño. El gobierno afirma que la inflación es de 64%, pero estimaciones privadas hablan de más del 100% anual. Recesión. Expropiaciones. Embates contra empresarios privados a punto de encarcelarlos si no cumplen con el normal abastecimiento. Brechas cambiarias que ya nadie sabe a cuánto ascienden por la multiplicidad de tipos de cambio existentes. Los problemas saltan a la vista ante las largas colas para comprar alimentos, sumados a los cortes de luz cotidianos.
Los bonos de Venezuela operan a valores de recuperación (recovery value), es decir, al valor que se cree podría recuperar la inversión realizada. Asumen la hipótesis de una reestructuración. Los bonos largos (con vencimiento entre 2020 y 2038 cotizan a un valor entre USD 34 y USD 41, apenas por encima de valores de default con rendimientos anuales de entre 20 y 30%. Más aún para el tramo de más corta duration debido a que la curva se encuentra invertida.
Las Reservas Internacionales, a pesar de haber aumentado unos USD 4 Bn. por el swap realizado con China, caso muy similar al de Argentina, se agotarían en el lapso de dos años teniendo en cuenta los vencimientos de la deuda soberana.
La caída del precio del petróleo ha dejado sus secuelas. Entrando en una profunda recesión de la cual no saldría antes de un plazo de dos años, Rusia ha sido ampliamente afectada. Petrobras de Brasil ha recibido un downgrade en la semana y podría ser rebajada por Fitch a bono basura en su próxima revisión. Venezuela no escapa a esta coyuntura, menos aún porque es la economía más dependiente de las tres de los ingresos en concepto de impuestos y de exportaciones de gas y de petróleo crudo y refinado. Continuar leyendo