Patria o muerte

Acaba de otorgarse el XI premio literario Tusquets de Novela al escritor venezolano Alberto Barrera Tyszka por su obra Patria o Muerte. Es el relato de una familia dividida entre el extremismo antichavista y el radicalismo bolivariano que transcurre durante los últimos meses de vida del ex presidente Hugo Chávez.

Es lo que nosotros, en nuestra tragedia local, llamamos “La grieta”, ese foso que divide familias, periodistas, actores, jóvenes y todos los sectores más allá de su clase social y su residencia urbana o rural.

Las elecciones parlamentarias venezolanas serán el 6 de diciembre y el próximo presidente argentino asumirá cuatro días después. Tanto Venezuela como Argentina estarán marcadas por esta fractura y quien pretenda restañar las heridas producidas en la última década tendrá que hacer un fabuloso ejercicio de conducción que permita unir los pedazos para restablecer las condiciones de unidad nacional. Es imprescindible para combatir con éxito el desafío mayor: terminar con la pobreza extrema y la desnutrición infantil. Continuar leyendo

70 balcones y ninguna flor

Hace casi 70 años, un 17 de octubre nacía lo que se llegaría a conocer como el movimiento nacional justicialista. Veinticinco años después, todavía desde su exilio español, el general Domingo Perón le diría a Tomás Eloy Martínez: “En Argentina hay un 30 % de radicales, un 30 % de conservadores y otro tanto de socialistas”. “¿Y los peronistas?”, inquirió Tomás Eloy. “Ah, no, peronistas son todos”, respondió el general.

En las últimas PASO, el peronismo oficialista obtuvo casi el 40 % de los votos. El peronismo disidente -Sergio Massa y José Manuel de la Sota- el 20 %. El peronismo puntano -Rodríguez Saa- casi el 3 % y el peronismo independiente, aproximadamente el 30 % de los obtenidos por Cambiemos -otro 10 %. ¡La sumatoria da la friolera de 73 % del electorado! No podemos sorprendernos. En octubre del 2013, tres candidatos peronistas que competían en las elecciones parlamentarias de la provincia de Buenos Aires -Massa, Martín Insaurralde y Francisco de Narváez- obtuvieron, en conjunto, el 85% de los votos.

Ese movimiento, formación política supralegal integrada por ramas: política, gremial, mujeres, jóvenes y empresarios liderados por un caudillo y que se expresaba electoralmente a través de un partido -el Justicialista- representó durante décadas un 50 % más un poco que le permitía ganar elecciones, superar proscripciones o golpes de Estado y supervivir a su líder y fundador. Continuar leyendo