La dinámica diaria del mundo laboral nos lleva a atender lo urgente y las demandas inmediatas. Son pocos los momentos en los que podemos frenar y pensar que hay algo que antecede ese esquema de tareas y está vinculado con la necesidad de recuperar y potenciar los valores del trabajo.
El Día del Trabajador representa un símbolo en el que recordamos a los mártires de Chicago y sus reivindicaciones, pero al mismo tiempo es una jornada icónica que nos permite poner en agenda otros aspectos y pensar sobre las competencias que necesitamos para forjarnos como trabajadores.
En ese sentido, desde la ciudad de Buenos Aires nos propusimos lanzar una campaña con el objetivo de potenciar esos valores que construyen un trabajo de calidad. Pensar cómo integrarlos y lograr que dejen de formar parte de un discurso vacío y políticamente correcto, para pasar a integrar la lista de capacidades que las personas deben adquirir para competir en el mercado laboral actual.
Esos valores, de acuerdo con las conclusiones a las que arribamos luego de extensos debates con las principales ONG que tratan la temática de la empleabilidad, se visualizan a través de tres dimensiones: la relación con uno mismo, la relación con los demás y la relación con las tareas que debemos realizar. Continuar leyendo