Chile, Perú y La Haya: recuerdos del futuro

El reciente fallo de la Corte de Justicia de la Haya sobre el litigio de demarcación marítima entre Chile y Perú, considerado moderadamente favorable a Lima, es un recordatorio de que la geopolítica, los orgullos nacionales y las demarcaciones y mojones no han sido licuados por el avanze de la globalización y el comercio. Ni aún en dos países que se han insertado de manera más que inteligente y virtuosa en el marcado internacional y que cuentan con una envidiable baja inflación, reservas internacionales y flujos de inversiones extranjeras y nacionales.

Cabría recordar que el mundo intelectual dedicado al estudio de las Relaciones Internacionales y la seguridad global tiende a considerar a América Latina en general y a Sudamérica en particular un espacio sustancialmente marginal en el entendimiento de la problemática de la guerra y la paz. Los focos de atención desde ya están puestos en Medio Oriente, Asia Central, Norte de África y ni que decir del gran tablero estratégico del Asia-Pacifico de la mano del ascenso de China y la firme voluntad de los EEUU de no ver disminuido su poder en esa zona.

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Brasil frente a la escalada bolivariana-estadounidense

“Exigimos a los gobiernos de Francia, Portugal, Italia y España que presenten las disculpas públicas correspondientes, en relación a los graves hechos suscitados”, leyó el canciller boliviano David Choquehuanca durante la reciente reunión de mandatarios del Unasur convocada de urgencia en la ciudad de Cochabamba.

Los presidentes de Argentina, Bolivia, Ecuador, Surinam, Uruguay y Venezuela respaldaron esta declaración dirigida a Francia, España, Portugal e Italia para que se disculpen y den explicaciones por haber vetado el libre tránsito aéreo del avión del gobernante boliviano Evo Morales. De la enumeración de países, sobresale el bajo perfil de Brasil y la ausencia del tercer PBI de América Latina, después de Brasil y México, o sea Colombia, Chile y Paraguay. Se podría llegar a interpretar la actitud de Brasilia como un capítulo más del sencillo pero no por eso menos eficiente mecanismo de “organicémonos y vayan” por parte de la sofisticada diplomacia brasileña hacia los gobiernos bolivarianos y de la Argentina. El reciente reclamo de la Cancillería del Brasil para que se aclare la información brindada por el ex analista Snowden y difundida por medios de prensa británicos acerca de una masiva intercepción de comunicaciones brasileñas por parte de la inteligencia americana, no implicó adentrarse en la batalla verbal y gestual desarrollada por los países bolivarianos con los EEUU en torno a esta situación y los asilos políticos para el prófugo.

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