Antes de la marcha, dolor y preocupación

El domingo previo a la marcha de hoy, 3 de junio, siento dolor y preocupación:  no hubo polític@ que no se sacara una foto comprometiéndose con la manifestación y si bien eso está muy bueno, me pregunto, mirando las fotos de muchos de ellos, qué hicieron hasta ahora.

Soy política y no puedo dejar de hacer algunas críticas, y espero que de la foto a la acción no tengan que pasar 2 años y haya miles de mujeres muertas más, o desaparecidas por las redes de trata y,  entre otras cosas, sin siquiera figurar en un registro, porque no lo tenemos.

Tampoco tenemos reglamentadas, ni con presupuesto, las leyes de protección integral de la niñez, la Ley  contra la Violencia de Género, ni la Ley de Lucha contra la Trata de Personas. Continuar leyendo

Recuperar la información de nuestros cuerpos en el día de la mujer

Hace unos años que no menstruo, desde entonces he tenido tiempo de pensarme y pensar en las hormonas, en todos los medicamentos que me indicaron y rechacé. Y descubrí que el mundo de las hormonas es apasionante: controlan y ayudan nuestra conducta. Son parte esencial en los partos, que creo que es el primer oficio que tuvimos las mujeres: parir, dar a luz y después ayudar a otras a hacerlo. Es esa comunicación única de las mujeres que se produce en algún momento de nuestras vidas. En un parto juegan un papel decisivo la oxitocina, las endorfinas y las llamadas adrenalina y noradrenalina. La oxitocina es conocida como la “hormona del amor”, está presente en el sexo, en el amamantamiento, nos ayuda a “querer” más a nuestro bebé. Los niveles más altos de oxitocina en toda la vida se dan justo después del parto. Las endorfinas son la anestesia natural más potente que existe. De nuevo se encuentran en niveles altos durante el sexo, el embarazo, el parto y cuando se da el pecho. Muy en el otro extremo, la adrenalina y la noradrenalina son responsables de que estés alerta y extremadamente sensible durante el parto. Son la respuesta a los peligros, lo que nos hace estar alerta.

Es difícil detectar cuando rompimos la confianza con la información de nuestro cuerpo, pero diferentes discursos desde la ciencia e interpretaciones religiosas abonaron el camino del miedo y del dolor a una de las experiencias más hermosas que como personas podemos elegir tener. Desde hace muchos años luchamos contra la violencia de género, desde el feminismo, desde los partidos políticos, desde los movimientos sociales, desde los Estados, desde los organismos internacionales y las diferentes religiones, sin embargo, los indicadores muestran que la violencia no baja, por el contrario aumenta.

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