Por: Fernanda Gil Lozano
El domingo previo a la marcha de hoy, 3 de junio, siento dolor y preocupación: no hubo polític@ que no se sacara una foto comprometiéndose con la manifestación y si bien eso está muy bueno, me pregunto, mirando las fotos de muchos de ellos, qué hicieron hasta ahora.
Soy política y no puedo dejar de hacer algunas críticas, y espero que de la foto a la acción no tengan que pasar 2 años y haya miles de mujeres muertas más, o desaparecidas por las redes de trata y, entre otras cosas, sin siquiera figurar en un registro, porque no lo tenemos.
Tampoco tenemos reglamentadas, ni con presupuesto, las leyes de protección integral de la niñez, la Ley contra la Violencia de Género, ni la Ley de Lucha contra la Trata de Personas.
Tres leyes fundamentales para la vida de todas las mujeres, niñas, niños y adolescentes (ojo, aunque muchos varones no lo vean, para ellos también lo son). Cuando pensamos una mejor calidad de vida y otra Argentina posible, éstas deben construirse con una nueva ciudadanía masculina, una economía no depredadora y una cultura de solidaridades no competitivas.
Estas propuestas son viables, posibles y necesarias, son las fuerzas que promueven un mundo mejor, desde revoluciones que nadie soñó como la ecología, el feminismo y la tecnología. Marchas como la de este 3 de junio nos hacen tomar conciencia de que somos muchas y muchos lo que queremos una tercera vía de cambio. No todo está mal pero necesariamente debemos pasar a una acción consecuente: protejamos nuestro futuro sin robarle la infancia a nuestros niños, los derechos a las mujeres y que la esclavitud en todas sus variantes sea un mal recuerdo de un sistema de explotación capitalista, prebendario y mafioso.