A un año de la muerte de quien hizo renacer en este nuevo siglo la importancia vital de la unión de nuestra América, lo recordamos y lo sentimos más vivo que nunca en cada avance que hace nuestro pueblo hacia una patria libre, justa y soberana; como así también cuanto más se recrudece la sanguinaria oposición de los enemigos internos y externos de Venezuela y de América Latina que intentan dar marcha atrás con lo hecho por la revolución bolivariana.
Nace el 28 de julio de 1954 en Sabaneta de Barinas, en los llanos de Venezuela. Era hijo de maestros de primaria. Su origen humilde y su amor a la patria marcarían el resto de su vida. Ingresa al Ejército siguiendo el llamado de la vocación castrense, y allí desarrolla su conciencia histórica y política durante tiempos turbulentos para Venezuela. Las numerosas crisis y las desventuras de los venezolanos lo llevan a plantearse el papel del ejército en su país. Fundó en 1982 el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR200), junto a numerosos oficiales, en alusión a los doscientos años del natalicio de Simón Bolívar. Bajo el Samán de Güere (que, según la tradición, era el árbol bajo cuya sombra acampó Simón Bolívar) juró reformar al Ejército.
Era necesario luchar para construir una nueva república en Venezuela. La misma estaba en manos de la oligarquía petrolera venezolana aliada a EEUU, lo que llevó a los venezolanos en 1989 al Caracazo. Miles de manifestantes fueron masacrados por fuerzas del Ejército. Era hora de un cambio no sólo en el Ejército sino en todo el Estado.