Los puntos frágiles del acuerdo con Irán

A medida que las disputas sobre el -llamado- acuerdo nuclear con Irán continúan tanto en Teherán como en Washington, cada vez es más claro que el día que el presidente Barack Obama no esté a cargo el acuerdo no sobrevivirá más allá de su presidencia.

Una situación similar está tomando forma del lado iraní. La facción de Akbar Hashemi Rafsanjani, de la cual el presidente Hassan Rouhani es miembro, espera utilizar el acuerdo como plataforma de lanzamiento para la conquista de los principales centros de poder. Sin embargo, el acuerdo puede llegar a ser la ruina política del clan Rafsanjani.

El “acuerdo” tiene demasiados defectos fundamentales y no goza del apoyo de las dos naciones involucradas, tanto Obama como Rouhani sabían que su acuerdo no ganaría el apoyo de sus respectivos poderes legislativos, de allí que por estas horas trazan un plan para sortear esos defectos y los problemas que representan.

Obama accedió a que el Congreso revise el “acuerdo”, pero no como un tratado y solo después de que recibió una “apariencia de dudosa legalidad” a través de una resolución aprobada contrarreloj por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Ya sea que los votos del Congreso alcancen para ratificar o no el “acuerdo”, el compromiso de Estados Unidos con la resolución de la ONU se mantendrá. La votación del Congreso casi seguro irá en contra del acuerdo y sería una señal de que Estados Unidos como nación y país no lo quiere ni lo deseaba, menos aún en los términos que acordó su presidente. Continuar leyendo

Grupo 5+1 y Teherán: optimismo con reservas

En mi artículo anterior desarrollé un análisis sobre la denominación, la identidad idiomática y las características jurídicas del documento que el presidente iraní, Hassan Rouhani, firmará con el Grupo 5+1 en Ginebra. Transcurrido pocos semanas desde esa reunión, y más allá de la reivindicación que el presidente de la República Islámica hace del acuerdo al sostener que ha conseguido la mayor victoria diplomática en la historia de la revolución iraní, los hechos indican lo contrario de lo que sostiene Rouhani.

Aunque muchos analistas de capitales occidentales se hicieron eco de las afirmaciones del presidente iraní y presentaron al mundo como exitoso el discurso con el que Rouhani presume haber cerrado una etapa controversial abriendo una nueva era en la que Irán se convertirá en aliado de Occidente, deberíamos ser cautos en el corto y mediano plazo pues según las cosas en la arena política interna iraní, habrá dificultades concretas para que esto suceda. Lo cierto es que a pesar de la publicitada ‘victoria histórica de la diplomacia persa’, esto ​​ha tenido una tibia -por no decir hostil- recepción dentro de Irán.

Continuar leyendo