Intelectuales por el cambio

Hace unas semanas, en una reunión del Grupo Manifiesto, un reconocido filósofo argentino criticaba con dureza al kirchnerismo y a Daniel Scioli en particular. Respecto de Mauricio Macri, pese a expresar diferencias personales hacia él y algunas críticas al PRO, señalaba que la gestión en la ciudad de Buenos Aires había sido muy buena. Por eso sorprendió cuando cerró su exposición diciendo que, en un eventual ballotage, lamentaba inclinarse por Scioli y no por Macri.

Para justificar su postura ejerció un pesimismo resignado. En su intento por desterrar prácticas políticas como el clientelismo, el nepotismo y la corrupción, un Gobierno de Cambiemos tendría problemas de gobernabilidad. Temía que eso, sumado al legado institucional y económico que deja el kirchnerismo, pudiera conducir a una crisis similar a la de diciembre de 2001. El kirchnerismo en el poder, en cambio, significaría la continuación de la degradación actual, pero eso sería mejor que arriesgar otro estallido. Se trata de una postura frecuente en el ambiente intelectual opositor: creer que nada realmente puede cambiar y que lo máximo a lo que podemos aspirar es a hacer más lento el proceso de deterioro que sufrimos. Continuar leyendo

El desafío de ser mayoría

Ya pasó más de una década, pero la historia es bien conocida. Con la crisis de 2001 y el final del Gobierno de la Alianza colapsó el sistema de partidos. Era la época del “Que se vayan todos”, el radicalismo había desaparecido del escenario político y el peronismo, con el Gobierno de Eduardo Duhalde, pasaba por una enorme crisis de legitimidad. Ese contexto de crisis y descreimiento fue el terreno en el que surgieron los dos grandes emergentes políticos del siglo XXI argentino: el kirchnerismo y PRO. Sin embargo, lo particular y peculiar de PRO es que no surgió dentro de una fuerza ya existente, como el kirchnerismo dentro del peronismo, sino por fuera de la política tradicional.

Este arribo de outsiders a la política es un rasgo común en los últimos años en América Latina. En este sentido, muchas veces se dice que el PRO es moderno. Habría que agregar que lo es no solo como un deseo, sino también como una realidad inevitable: Es el único de los grandes actores de la política argentina que nació plenamente en este siglo y no en el pasado o en el anterior. Por eso le suenan tan externas y extrañas las críticas que lo vinculan con Gobiernos y experiencias políticas con los que nunca convivió; críticas que además lo desconciertan, porque, paradójicamente, esa es la situación de sus contrincantes y sus denunciantes que sí formaron parte de Gobiernos y experiencias políticas por lo menos erráticas. Continuar leyendo

¿Continuidad o cambio?

A solo unos meses de las elecciones presidenciales, la gran discusión política pasa entre prorrogar cuatro años más de kirchnerismo o apostar a otra alternativa: detrás de la consigna “continuidad o cambio” se esconde nuestro destino próximo como país. Pero, ¿qué contenido hay detrás del binomio? Intentar responder a esta pregunta es de una importancia enorme en la Argentina de hoy.

En su sentido más básico, continuidad y cambio refieren al apoyo o la crítica de los lineamientos políticos y económicos del actual gobierno. Sin embargo, muchos de los que dicen querer un cambio reconocen aciertos del Gobierno, tales como la asignación universal por hijo o el matrimonio igualitario. Del mismo modo muchos de los que quieren la continuidad del kirchnerismo no niegan la necesidad de modificaciones para solucionar problemas como la falta de empleo, la inflación o la inseguridad. Considerada bajo este lente, la discusión del cambio y la continuidad parece tan solo una cuestión de grados. Continuar leyendo