Guerra contra los niños

Nadie sabe qué ha desatado el flujo de menores de edad a Estados Unidos procedentes de El Salvador, Honduras, Guatemala y México. El número de niños detenidos en la frontera entre México y EEUU se ha duplicado en los últimos meses y se estima que alcanzará más de 100 mil este año. Se calcula que 3/4 de este total provienen de Centroamérica y 1/4 de México, pero eso supone que todos los menores de edad dicen la verdad cuando se les pregunta de dónde son. Sería lógico disimular su nacionalidad mexicana, ya que es más fácil deportarlos a México que a Centroamérica.

La explicación legal del flujo es sencilla. Desde 2002, cualquier menor de edad detenido en Estados Unidos sin papeles debe ser remitido al Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), a más tardar a 72 horas de haber sido aprehendido. En menos de un mes en promedio, debido a la exigüidad de los centros de detención para un flujo de esta magnitud, son liberados y entregados a familiares en EEUU, mientras se lleva a cabo su juicio de migración. Para todos los fines prácticos, cualquier menor de edad que entre a EEUU sin papeles tiene una muy alta probabilidad de permanecer ahí durante años antes de ser deportado, y en condiciones de legalidad. En el ejercicio pasado, de los 50 mil migrantes menores de edad detenidos por la Patrulla Fronteriza, sólo 2 mil fueron devueltos a sus países de origen.

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¡España y Portugal sí, Cuba No!

Las protestas en Brasil contra el alza del precio del transporte, el sobregasto para el Mundial, los Juegos Olímpicos y la corrupción generalizada han llevado a un gobierno sensible a buscar respuestas novedosas. No todas han prosperado; la mayoría de los legisladores rechazaron la propuesta de Dilma Rousseff de celebrar un referéndum sobre una reforma política. Otra de las ideas principales, el programa llamado “Mais Médicos”, ha suscitado controversias por varias razones, entre ellas el trabajo obligatorio, la no especialización y el enviar a miles de galenos a zonas lejanas sin su consentimiento.

Uno de los aspectos más interesantes, aunque no el más importante, de esta propuesta de expandir los servicios de salud en Brasil ha sido la de importar entre 6 y 13 mil médicos del extranjero. Brasil padece un déficit serio en esta materia: un médico para mil habitantes, mientras que Argentina tiene 3,2 y México 2. Desde el mes de mayo, antes de las protestas callejeras, el gobierno anunció que negociaba con Cuba un acuerdo para traer aproximadamente 6 mil médicos de la isla. Poco después, el ministro de Salud, miembro del partido gobernante de izquierda, aliado cercano del régimen cubano, declaró que no prosperó esa idea, ya que “descartamos buscar médicos cuyo tiempo de formación no sea reconocido en nuestro país, como ocurre con la Escuela Latinoamericana de Medicina en Cuba”.

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