El Banco Central tiene un amplio abanico de funciones que incluye el control sobre la emisión y circulación de la moneda, y las operaciones en divisas que se realizan en el sistema financiero, así como fijar las tasas de interés y el tipo de cambio. De este modo se encarga de una de las funciones indelegables de un Estado que es ejercer la soberanía monetaria.
Una de las razones del oficialismo a la hora de impulsar la reforma de la Carta Orgánica del BCRA fue la de recuperar esta atribución, la de tener control sobre la moneda nacional, al eliminar la rígida paridad entre los dólares en las reservas y la base monetaria, establecida en la ley de convertibilidad de 1992. La normativa vigente hasta el 6 de abril de 2012 otorgaba al organismo independencia para trazar sus políticas del mandato de los Gobiernos. Le brindaba autonomía política para fijar sus objetivos de política monetaria y autonomía económica para definir los instrumentos para llevarlos a la práctica.