Nadie prestó demasiada atención en 2006 cuando el actual secretario general de la ONU, el coreano Ban Ki-Moon, se presentó como candidato para liderar la organización internacional más importante del mundo. Corea del Sur, que tiene apenas un territorio equivalente a un tercio de la provincia de Buenos Aires, perdía tanto en tamaño como en poderío económico contra las otras dos potencias de Asia: Japón y China.
Sin embargo, en octubre de 2006, en contra de todos los pronósticos, Ban Ki-Moon asumió la Secretaría General de la Organización de Naciones Unidas en una elección sin precedente y se convirtió en el primer coreano en la historia en liderar ese organismo supranacional. Continuar leyendo