Ballotage: también la reforma electoral está en juego

El proceso electoral es intenso y ha resultado muy provechoso para la ciudadanía. Con la excepción del candidato del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, todos los candidatos debatieron públicamente sobre una variada cantidad de temas.

Las primarias del 9 de agosto, pero sobre todo las elecciones provinciales de La Rioja y Tucumán, reavivaron el debate sobre el sistema de votación. La campaña anticipada, el uso de recursos públicos con fines proselitistas, el abuso de las cadenas nacionales, el robo de boletas, la manipulación de documentos electorales, la concentración de poder en feudos provinciales y su impacto negativo en la competencia electoral, el clientelismo, la ardua y extensa tarea que debieron realizar las autoridades de mesa, fueron algunos de los problemas que quedaron en evidencia. Por su parte, en las elecciones del 25 de octubre las demoras en la difusión de los datos en el escrutinio provisorio abrieron la discusión acerca de la necesidad de contar con una Dirección Nacional Electoral autónoma, que no dependa del Poder Ejecutivo.

No por casualidad, entonces, la agenda de la reforma electoral del siglo XXI ha sido planteada por las demandas de la ciudadanía, como así también por algunos de los candidatos. Continuar leyendo

La utilidad del voto útil

La democracia actual no se ajusta demasiado a lo que imaginaron los griegos en el siglo V a. C. El ágora proyectada, moderna, no existe. Se ha transformado en la actualidad en otra cosa. Se trata de la era de la política espectáculo en donde abundan los mensajes mediáticos insistentes, repetitivos y abrumadores de las personalidades que compiten por el poder. La plaza pública se ha convertido en un spot de publicidad. La comunidad dialógica fue reemplazada por el storytelling.

Es lógico que en un mundo atravesado por la economía ese ciudadano comprometido con la res publica se haya desvanecido (si alguna vez existió) para dar lugar a otro caracterizado como un individuo aislado cuyo objetivo es maximizar sus beneficios. Esa democracia empírica fue agudamente detallada y anticipada por Joseph Schumpeter, al decir que los ciudadanos no pueden informarse debidamente por el costo del tiempo y la pérdida de descanso. Si hay un bien escaso en la actualidad, es el tiempo.

Por lo tanto, la democracia ha perdido su sustrato movilizador para transformarse en un método por el cual esa masa de individuos aislados y con poco tiempo para informarse seleccionará a los que van a gobernar. El ideal de una democracia sustancial se materializó en una democracia procedimental. Continuar leyendo