Un pacto contra la ciudad

El macrismo envió a la Legislatura un supuesto “plan maestro” para los barrios de Soldati y Lugano (Comuna 8). Están en juego unas 500 hectáreas, que podrán ser concesionadas o vendidas a capitales privados. Entre otros predios, el “plan” contempla la cesión de casi la mitad del Parque Roca a la federación empresarial camionera, para el desarrollo de una playa de cargas en aquel espacio verde. Además, el ex Parque de la Ciudad será concesionado para recitales arancelados, en favor de una corporación internacional de la industria del espectáculo. El administrador de este remate de tierras será la Corporación del Sur, un ente del estado porteño que funciona como caja autárquica y paralela al presupuesto del Estado, en el “modelo” de Puerto Madero. Nada indica, por lo tanto, que los ingresos por la venta de tierras apuntalen a una urbanización social, como se sugiere difusamente en este ‘plan’. Como prueba de ello, y en la misma Comuna 8, la urbanización de la Villa 20 y la construcción de un verdadero hospital en Lugano duermen el sueño de los justos.

El tratamiento en sesión de este proyecto, previsto para el jueves pasado, fue postergado. Pero los motivos de la dilación son tan graves como los del propio “plan”. No es un secreto que la Legislatura tiene pendientes varios proyectos que apuntan a una vasta privatización del suelo. Es el caso de la Isla Demarchi, donde el kirchnerismo impulsa un desarrollo inmobiliario camuflado en un polo Audiovisual, o del emprendimiento Solares de Santa María de IRSA, para edificar una legión de megatorres de lujo junto a la reserva ecológica de la Costanera Sur. En esa lista, también se encuentra la “rezonificación” del Parque Tres de Febrero en Palermo, la construcción de megashoppings en Caballito y en Palermo y la entrega de una manzana de Colegiales a un grupo privado de la industria del espectáculo.

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¿Qué lleva adentro el Metrobús?

La inauguración del Metrobús parece ser un guante a la medida de los propósitos del macrismo. “La gestión no tiene color político”, dicen los funcionarios que cortan la cinta del carril que se extiende a lo largo de la avenida 9 de Julio. Detrás de las inauguraciones del gobierno PRO está la pretensión de que la Ciudad se podría gobernar al margen de los antagonismos sociales. Para sus metrobuses o estaciones de subte, Macri nos exige una unanimidad nacional o, al menos, porteña.

Pero el Metrobús no escapa a una orientación social definida. La misma que mucho antes del jefe del PRO, levantaron los Grosso, De la Rúa o Ibarra: hacer de la Ciudad la “capital turística y financiera del Mercosur”. Ello, a expensas de los derechos y necesidades de la población que trabaja y vive en ella.

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