Ahora, recuperar el sentido común del sistema penal

Un lugar común reza: “El sentido común es el menos común de los sentidos”. Más que una reflexión profunda, parece un aforismo para adornar tarjetas de salutación o para el epígrafe de esas fotografías de atardeceres hermosos, destinadas a circular por internet.

Sin embargo, en los últimos treinta años, el sentido común estuvo ausente en un lugar prohibido para dicha ausencia: el sistema penal del Estado (o aparato represivo, según la moderna terminología progre).

A la ausencia de políticas criminales sensatas y duraderas, a la negación —pública y sistemática— de los problemas que acarrean el crimen y el criminal, a la desaparición de estadísticas serias y confiables respecto de las fluctuaciones del delito y de la violencia en las conductas delictuales, se le sumó un movimiento pendular-espasmódico que osciló desde la mano dura, tolerancia cero hasta el actual y absurdo abolicionismo penal, catecismo laico, obligatorio en facultades de Derecho, escuelas de posgrado, Consejos de la Magistratura, etcétera.

La Biblia abolicionista, concebida entre otros por Michel Foucault, Thomas Mathiesen, Nils Christie, Louk Hulsman, Raúl Zaffaroni y sus seguidores vernáculos, habla del delito como una creación política. Estos gurúes nos iluminan diciendo que el proceso penal es una farsa de los poderosos, quienes les quitaron a los particulares el conflicto y la posibilidad de resolverlo entre ellos. Que la cárcel no sirve para nada. Que el Estado no está legitimado para imponer penas. Que la pena es otro hecho político para llenar de pobres e indigentes las agencias policiales y penitenciarias, para saciar las ansiedades de las clases dominantes o del imperio, frente a la sensación de inseguridad. Continuar leyendo

Juicio político al abolicionismo penal

La comunidad argentina ha comenzado a agraviarse frente a determinados fallos judiciales carentes de sentido común, alejados de la lógica, la sana crítica y el razonamiento fundado. Reñidos con las más básicas normas morales y éticas.

La corporación política y los aspirantes a integrarla sacan número para pedir la cabeza de los magistrados firmantes de estos fallos y “descubren” -treinta años después- que la pseudo-doctrina foránea y berreta conocida como abolicionismo penal, ha perturbado severamente el juicio crítico de los funcionarios que deben impartir Justicia en nuestro país. Continuar leyendo

Carlés se quitó la máscara

El candidato propuesto por el Poder Ejecutivo para suceder en la Corte Suprema de Justicia de la Nación a Eugenio Raúl Zaffaroni, Roberto Carlés, ha manifestado públicamente que “la pena perpetua es inhumana, tendría que ser abolida…”

El discípulo  elegido para reemplazar al gurú del penalismo argentino en el máximo Tribunal de Justicia del país ha izado los estandartes de la destrucción del sistema penal mucho más alto que su maestro. Ha utilizado la palabra “abolida”, del verbo abolir.

Hasta ahora, los abolicionistas, se habían escudado en el concepto de “garantismo”, confundiendo a gran parte de la ciudadanía que -en su desconocimiento respecto de términos legales- equiparaba el cumplimiento de los preceptos constitucionales en el marco de un proceso penal (garantismo), con la pseudo-doctrina foránea destinada a la destrucción del sistema penal mismo (abolicionismo). Continuar leyendo

Sensaciones y negaciones: el Indec del delito

Un veterano operador de “la rosca”, ya retirado, supo decirme alguna vez que “en política, una mentira, suele esconderse entre dos verdades…” Tenía razón.

Hace algunos días, ciertos funcionarios bonaerenses festejaban mediáticamente el “descenso” de los índices delictivos, según las cifras de las estadísticas difundidas por la Procuración General de la Suprema Corte de Justicia. “Es el fruto de la emergencia policial dispuesta por el Gobernador”, expresaban eufóricos. También destacaban la más absoluta objetividad en los guarismos publicados, ya que los mismos no pertenecían al Poder Ejecutivo, sino a la más alta autoridad del Ministerio Público de la Provincia.

El ejemplo más destacado era la baja en la tasa de homicidios y en los homicidios en ocasión de robo. La emergencia policial, las normas sobre desarme, las modificaciones a las reglas excarcelatorias, etc., eran los principales argumentos para explicar el “fenómeno”. Continuar leyendo

Debemos replantear la lucha contra el narcotráfico

“¿Quién sería tan necio o depravado

como para no considerar importantísimo

que las sociedades se esmeren en consolidar

la eficiencia de la Justicia…?

Marcos Aguinis. “Elogio de la Culpa”  (1)

 

El constante aumento de los índices delictivos, como asimismo el alarmante incremento del uso de la violencia en las distintas formas de comisión criminal, ambos guarismos negados desde el Poder, imponen una serena pero urgente reflexión por parte de quienes integramos el Sistema Penal del Estado. 

En esta oportunidad, no podrá eludirse uno de los temas tabú por excelencia: el narcotráfico, la narcocriminalidad y el combate -y fracaso- del Estado Argentino frente a esta problemática. Continuar leyendo