Los desafíos argentinos

A partir de este jueves Argentina se encamina hacia nuevos desafíos. Los habrá tanto para oficialismo como para las oposiciones. El presidente Mauricio Macri deberá subordinar su praxis de razonamiento como ingeniero a la de un dirigente político. Hasta ahora, en la conformación de sus equipos prevaleció lo primero. Un ejemplo claro de esta situación lo verbaliza el ex jefe de gabinete Alberto Fernández, cuando sostuvo: “Macri dividió a la economía en sectores y se la entregó a los jefes de área. El petróleo a [Juan José] Aranguren, el campo a [Ricardo] Buryaile, el comercio al representante de la Cámara de Exportadores”. Concluyó Fernández: “El mayor desafío de Macri recae en su pelea contra sí mismo y espero que no entre al polvorín [en obvia referencia a la situación en que deja el Gobierno de Cristina Kirchner a la Argentina] con una antorcha”.

Dicho en otro sentido, la antorcha que debiese iluminar la gestión de Macri tiene que alumbrar con real transparencia todos los números en Argentina. Para ello, el Instituto Nacional de Estadística y Censos debe contar imprescindiblemente con técnicos rigurosos. Sin esto, es muy difícil que cumpla con justicia medidas que comenzaron a conocerse de manera extraoficial, desde paritarias por productividad hasta quita de subsidios. Continuar leyendo

La sociedad lo permite, la política lo hace

El mundo, y en él Argentina, camina sin líderes políticos, mostrando en su andar, sin tapujos, sus más profundas miserias. ¡Decía Claudio Fantini que asistimos a un genocidio en tiempo real y tiene razón! Agregaría que al horror máximo se suman los horrores cotidianos. Pareciera que el hombre ha perdido la palabra, y con ella el arte de coincidir, de disentir, de razonar, de aceptar, de pedir perdón, de entender, de dialogar. La furia y la ambición parecen derramarse sobre una sociedad egoísta, que si se la supiera guiar, persuadir, mostraría su mejor cara: ¡la solidaria!

La política europea mostró por años su cara más xenófoba al construir muros en lugar de puentes. Estados Unidos hace lo mismo con sus hermanos continentales. Una foto logró lo que la diplomacia no pudo, no supo o no quiso. Me pregunto, en nuestra Argentina doliente, ¿cuántas más fotos necesitaremos para reaccionar? ¿Cuántos más muertes inútiles debemos cosechar? ¿Cuánto más dolor debemos almacenar?

El papa Francisco es un verdadero líder. Avanza con prisa y sin miedo (y si los tiene, no los muestra). Sabe que el tiempo es finito y las dudas o demoras le cuestan la vida a muchísima gente. La simpleza de un hombre común que piensa en los otros y desde los otros, no está siendo imitada. Este liderazgo espiritual y bien terrenal de Francisco no está siendo analizado por los líderes políticos con la seriedad que merece. Mientras tanto permiten que largas caravanas de injusticia caminen en su desesperación hacia los más indignos y humillantes destinos. Continuar leyendo