Desidia: miles de Pechitos en la Ciudad

Las personas en situación de calle han sido excluidas del mandato de Mauricio Macri. En la Ciudad  hay 17.000 personas viviendo bajo estas condiciones y 700.000 con emergencia habitacional. Se computa no sólo a los que viven en la calle sino también los/as que no tienen garantizado un techo digno, con acceso al agua, energía y servicios básicos.

Es importante destacar que Naciones Unidas ha hecho foco en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como lugar paradigmático en donde crece el número de viviendas que no tienen condiciones dignas para ser habitadas así como un sitio donde no hay políticas públicas al respecto. Por ejemplo, hay una partida presupuestaria destinada a urbanizar la Villa 31, y sin embargo no hay intención por parte de la actual gestión de hacerlo. Es parte de una concepción que busca la especulación y los negocios inmobiliarios en el espacio público.

Quieren titularizar el dominio para comprar a las personas humildes a un precio vil y hacer negocios con sus amigos a costa de los derechos de los ciudadanos y ciudadanas.

Por otra parte, con respecto a las personas que están en la calle, se limitan a buscarlos cuando hace frío, pero no tienen respuestas ni soluciones para cada sujeto, no es sólo darle dinero o tratar de sacarlos como si fueran un objeto o meterlos en una institución, sino que hay que ver qué problema tiene la persona, cómo es su origen,  de dónde vienen, qué les pasa, qué sucedió con su familia, etcétera. Cada persona tiene que ser tratada como tal con cariño e inclusión social. 

Por un lado, hay un tema de falta de ejecución del presupuesto, pero también la ciudad ha duplicado sus ingresos y disminuyó su presupuesto en materia de vivienda, lo que es un retroceso en materia de techo digno, así como en la inclusión social. Los “pobres” son tratados desde una concepción neoliberal, como los excluidos que no han llegado a progresar por su falta de esfuerzo. Una visión netamente utilitarista de la sociedad, ”ser” es ”tener” para los/as chicos/as PRO.

Estamos hablando de un gobierno que reprimió a personas con vulnerabilidad como lo hizo la Unidad de Control de Espacio Público, que reprimió a los más débiles en el Hospital Borda. No es desafortunado pensar que quisieron hacer una limpieza étnica en la vía pública. Gabriela Michetti visitó el programa de Mirtha Legrand, se le preguntó por Pechito  y trató a las personas en situación de calle como patológicas.

Se hacen visibles para el PRO sólo cuando se las/os nombra en programas de TV. Esto sucedió con  nuestro amigo Alejandro “Pechito” Ferreyra. Se lo llevo el SAME el día 29 de agosto en perfecto estado de salud. El 30 de agosto el BAP lo traslada al Hospital Rawson contra su voluntad y luego desparece. Los/as vecinxs pedimos un habeas corpus. El 1º de septiembre aparece golpeado y en pésimas condiciones de salud. Presentamos una denuncia por abandono de persona. El 7 de septiembre muere y no hay ninguna respuesta por parte del Gobierno de la ciudad. Tenemos que seguir luchando para que esto nunca más suceda, que se haga justicia, y que haya políticas sociales para los miles de Pechitos que padecen las mismas condiciones.

Macri es cómplice del avance sobre nuestro patrimonio cultural

La Secretaría de Cultura de la Ciudad, responsable de la protección patrimonial de la tradicional Confitería Richmond, cedió en competencias al Ministerio de Desarrollo Urbano, bajo el pretexto de reabrir el local. Terminó autorizando otros usos, desvirtuando el sentido de la protección de la confitería Richmond que con tanto empeño y militancia de vecinos/as habíamos logrado proteger.

Entendemos que esto es una avanzada más de los desarrolladores inmobiliarios y del triunfo parcial de la lógica rentística que ha predominado en la gestión de Macri, quienes tienen el deber de defender la protección patrimonial acaban siendo funcionales a la lógica del mercado. 

Creemos que es posible proteger el patrimonio sin hacer concesiones cuando existen suficientes recursos para proteger y preservar estos espacios, que no pueden competir con otro tipo de negocios pero que debemos proteger en función de la historia y cultura de nuestros barrios.

El Gobierno de la Ciudad autoriza por medio de una resolución del Ministerio de Desarrollo Urbano un uso que desvirtúa el concepto original de este bar notable, defendido y protegido por la Legislatura de la Ciudad.

Los ministros Chain y Lombardi son cómplices haciendo lo que planificaban desde un principio, un negocio. Para ello avanzan en depredar el patrimonio, que nosotros/as protegimos con todo el poder de la legislatura y en lugar de acompañar hacen negocios inmobiliarios.

Denuncio que me mandaron negociadores para que acordemos con los desarrolladores urbanos, hasta enviaron un emisario del gobierno de Macri. Le dijimos que nuestra posición es intransigente. Esta confitería pertenece a nuestra identidad como porteños/as, es Patrimonio Cultural de la Ciudad, lo que implica que no se puede modificar el local ni reformar la fachada, ni usarlo para otros fines. Tenemos que defender este espacio que es un bien cultural de todos y todas.

Si no defendemos nuestros bienes culturales, los desarrolladores inmobiliarios terminarán haciendo lo que querían desde un primer momento, guardar un rinconcito de los recuerdos y souvenires de la confitería y entregar el resto del edificio para explotarlo económicamente. Vamos a seguir denunciando esto caiga quien caiga, para que este notable bar porteño sea preservado para las futuras generaciones.

Ampliación presupuestaria 2013: la caja de Pandora del PRO

Como se viene repitiendo año tras año, el PRO reconoció la subestimación de recursos en el presupuesto sancionado 2013 del Gobierno de la Ciudad y presentó un nuevo proyecto de ampliación presupuestaria, el más abultado de todos estos años, sorpresivamente aprobado en tiempo récord y sin demasiado control ni análisis.

Con un estudio riguroso de las partidas a las cuales van a ir destinados los montos adicionales de la ampliación, se evidencia que existen datos generales y vagos sin especificar claramente el programa así como una desigual distribución de los recursos. Esta ampliación además de exponer la ineficacia y la imprecisión con la que se realiza el presupuesto también demuestra la estrategia de la gestión PRO de esquivar los procesos habituales de análisis y aprobación del presupuesto presentado para el ejercicio, sin mencionar el abandonado mandato constitucional incumplido del presupuesto participativo. La presentación es poco detallada, brindando sólo información del ministerio y del inciso de destino de las partidas y muchas veces con nombres amplios como “obras varias” o “transferencias”.

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