La educación como base para la igualdad

La educación pública es la clave para que una sociedad sea más justa. Que quienes habitamos la Ciudad tengamos las mismas posibilidades de acceso a ella es lo que nos moviliza día a día para construirla y es el Estado quien tiene que brindar todas las posibilidades para ese fin desde los 45 días de vida.

Sin embargo, es difícil de lograr esto cuando el presupuesto destinado a la educación pública en la Ciudad de Buenos Aires, se reduce año a año, al tiempo que aumentan los aportes para la educación privada que, a pesar de los subsidios, aumenta sus cuotas; y si se desoyen propuestas como las que venimos presentando hace más de cuatro años. Continuar leyendo

Poner el eje en la gestión ambiental

La semana pasada se cumplieron seis años del histórico fallo de la Corte Suprema que ordena el saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo. Lamentablemente, no escuchamos pronunciamientos de ningún funcionario del Gobierno de la Ciudad que rinda cuentas sobre el cumplimiento de las obligaciones que el fallo les demanda. No es un tema menor: se trata del corazón mismo del área metropolitana y de la calidad de vida de millones de personas.

El Gobierno porteño debería explicar, en primer lugar, porqué se retrasa con sus cumplimientos presupuestarios con la ACUMAR, organismo designado por la Corte para cumplimentar el fallo y compuesto en un 50 % por el Estado Nacional, un 25% por la Provincia de Buenos Aires y un 25% por CABA. En segundo lugar, debe responder por los habitantes de las villas y asentamientos lindantes con el riachuelo, en severo riesgo ambiental, que esperan ser relocalizadas en complejos de vivienda que el PRO no ha terminado de construir a pesar de que se han vencido largamente los plazos. Y finalmente, existen unas 300 empresas de la CABA que continúan sin presentar el Plan de Reconversión Industrial, lo que da cuenta de la falta absoluta de control hacia la contaminación del río.

Como integrante de la Asociación Ciudadana por los Derechos Humanos, una de las organizaciones civiles que constituyen el Cuerpo Colegiado de seguimiento al fallo, puedo afirmar que la gestión del Gobierno de la Ciudad en este punto carece de planificación y evidencia una desidia preocupante.

La recuperación de la Cuenca Riachuelo-Matanza es una oportunidad única para la necesaria equiparación de los barrios del sur con los del norte de la ciudad. Es un paso indispensable para la integración armónica de toda el área metropolitana. Cumplir, como gobierno de la Ciudad, con los objetivos y responsabilidades adjudicados por la ACUMAR es una prioridad absoluta de una gestión que tenga como horizonte mejorar la calidad de vida de los vecinos y vecinas.

Ello implica coordinar y concretar con ACUMAR gestiones y programas relativos al ordenamiento ambiental de la cuenca, el monitoreo de la salud de los habitantes, la urbanización de las villas, la construcción de viviendas, el proceso participativo para realizar las relocalizaciones necesarias y el cumplimiento planes de reconversión industrial a los estándares de emisión adecuados.

Más allá de los bonitos anuncios electorales sobre la “Ciudad Verde”, hasta hoy no vimos nada de eso. Lo mismo sucede con el incumplimiento de la Ley Basura Cero, la ausencia de una estrategia urbana que frene las construcciones no armónicas en barrios sobrecargados de cemento, el reciente intento de convertir la Reserva Ecológica en un basural y los emprendimientos privados en parques y plazas públicas sin consultar a los vecinos.

Para avanzar hacia una Buenos Aires en la que todos y todas vivamos mejor, hay que superar la actual dicotomía Ciudad-Nación, dejar de pasarse la pelota de las responsabilidades no resueltas y construir y articular desde una mirada amplia el diálogo necesario para cumplir con una gestión plural y eficaz.

Pero el diálogo al que hago referencia debe superar las meras buenas intenciones y plasmarse en logros concretos. Un avance en ese sentido fue sin dudas la inauguración de la Autopista Illia, fruto del trabajo conjunto entre la Ciudad y el Estado nacional. Sin embargo, en materia ambiental, los incumplimientos con el saneamiento de la Cuenca del Riachuelo y con la Ley de Basura Cero por parte del PRO no pueden caer siempre en la excusa del “no me dejan”. La Ciudad paga por cada tonelada de basura 1400 pesos, mientras que otras ciudades, como Córdoba, pagan menos de 200 pesos. Nadie los obliga. El problema actual es que se considera a la recolección de basura como un negocio privado del que sacar una tajada antes que como un servicio público.

Hay mucho para hacer. Es posible incrementar los espacios verdes de la ciudad incorporando tierras vacantes pertenecientes al Estado Nacional y las franjas costeras del Río de la Plata y del Riachuelo. Es urgente también priorizar a aquellas empresas que garanticen sustentabilidad ambiental para las compras y contrataciones por parte del GCABA, y cumplir con el ahorro del agua y el estimulo a las energías limpias en el marco de los compromisos para reducir los efectos del Cambio climático al que adhieren las grandes ciudades del mundo.

Durante mi mandato como legisladora, impulsé una normativa obliga al ejecutivo a presentar una Evaluación Ambiental Estratégica que considere las obras proyectadas en cada barrio y comuna de acuerdo a su sustentabilidad, dándole voz a los vecinos y sus organizaciones civiles. La reciente aprobación del Parque de la Estación en Once es un logro que convertimos en ley a partir de la iniciativa de los habitantes del barrio, aprovechando terrenos ferroviarios vacantes.

Cuando ponemos el eje en la gestión ambiental estamos defendiendo la calidad de vida de todos y todas. Una gestión ambiental con perspectiva metropolitana, diversa e inclusiva y no discriminatoria puede recomponer, recuperar y preservar los recursos naturales y patrimoniales de la Ciudad. Y trabajar para el desarrollo económico sustentable no sólo para el presente, sino también para las generaciones futuras.

Desidia: miles de Pechitos en la Ciudad

Las personas en situación de calle han sido excluidas del mandato de Mauricio Macri. En la Ciudad  hay 17.000 personas viviendo bajo estas condiciones y 700.000 con emergencia habitacional. Se computa no sólo a los que viven en la calle sino también los/as que no tienen garantizado un techo digno, con acceso al agua, energía y servicios básicos.

Es importante destacar que Naciones Unidas ha hecho foco en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como lugar paradigmático en donde crece el número de viviendas que no tienen condiciones dignas para ser habitadas así como un sitio donde no hay políticas públicas al respecto. Por ejemplo, hay una partida presupuestaria destinada a urbanizar la Villa 31, y sin embargo no hay intención por parte de la actual gestión de hacerlo. Es parte de una concepción que busca la especulación y los negocios inmobiliarios en el espacio público.

Quieren titularizar el dominio para comprar a las personas humildes a un precio vil y hacer negocios con sus amigos a costa de los derechos de los ciudadanos y ciudadanas.

Por otra parte, con respecto a las personas que están en la calle, se limitan a buscarlos cuando hace frío, pero no tienen respuestas ni soluciones para cada sujeto, no es sólo darle dinero o tratar de sacarlos como si fueran un objeto o meterlos en una institución, sino que hay que ver qué problema tiene la persona, cómo es su origen,  de dónde vienen, qué les pasa, qué sucedió con su familia, etcétera. Cada persona tiene que ser tratada como tal con cariño e inclusión social. 

Por un lado, hay un tema de falta de ejecución del presupuesto, pero también la ciudad ha duplicado sus ingresos y disminuyó su presupuesto en materia de vivienda, lo que es un retroceso en materia de techo digno, así como en la inclusión social. Los “pobres” son tratados desde una concepción neoliberal, como los excluidos que no han llegado a progresar por su falta de esfuerzo. Una visión netamente utilitarista de la sociedad, ”ser” es ”tener” para los/as chicos/as PRO.

Estamos hablando de un gobierno que reprimió a personas con vulnerabilidad como lo hizo la Unidad de Control de Espacio Público, que reprimió a los más débiles en el Hospital Borda. No es desafortunado pensar que quisieron hacer una limpieza étnica en la vía pública. Gabriela Michetti visitó el programa de Mirtha Legrand, se le preguntó por Pechito  y trató a las personas en situación de calle como patológicas.

Se hacen visibles para el PRO sólo cuando se las/os nombra en programas de TV. Esto sucedió con  nuestro amigo Alejandro “Pechito” Ferreyra. Se lo llevo el SAME el día 29 de agosto en perfecto estado de salud. El 30 de agosto el BAP lo traslada al Hospital Rawson contra su voluntad y luego desparece. Los/as vecinxs pedimos un habeas corpus. El 1º de septiembre aparece golpeado y en pésimas condiciones de salud. Presentamos una denuncia por abandono de persona. El 7 de septiembre muere y no hay ninguna respuesta por parte del Gobierno de la ciudad. Tenemos que seguir luchando para que esto nunca más suceda, que se haga justicia, y que haya políticas sociales para los miles de Pechitos que padecen las mismas condiciones.

Ampliación presupuestaria 2013: la caja de Pandora del PRO

Como se viene repitiendo año tras año, el PRO reconoció la subestimación de recursos en el presupuesto sancionado 2013 del Gobierno de la Ciudad y presentó un nuevo proyecto de ampliación presupuestaria, el más abultado de todos estos años, sorpresivamente aprobado en tiempo récord y sin demasiado control ni análisis.

Con un estudio riguroso de las partidas a las cuales van a ir destinados los montos adicionales de la ampliación, se evidencia que existen datos generales y vagos sin especificar claramente el programa así como una desigual distribución de los recursos. Esta ampliación además de exponer la ineficacia y la imprecisión con la que se realiza el presupuesto también demuestra la estrategia de la gestión PRO de esquivar los procesos habituales de análisis y aprobación del presupuesto presentado para el ejercicio, sin mencionar el abandonado mandato constitucional incumplido del presupuesto participativo. La presentación es poco detallada, brindando sólo información del ministerio y del inciso de destino de las partidas y muchas veces con nombres amplios como “obras varias” o “transferencias”.

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