Todo cuesta abajo a la espera del Boletín Oficial

El Gobierno nacional busca mantener dentro de ciertos límites el tipo de cambio blue o no oficial y el contado con liqui. La idea es muy tentadora para el oficialismo: terminar el mandato teniendo control sobre ambos tipo de cambio es un objetivo que la actual administración busca de forma permanente.

En este sentido, el Gobierno llegó a desplegar en las semanas pasadas a la Gendarmería como medida intimidatoria hacia todos aquellos que querían intercambiar dólares en el mercado informal. Asimismo y con la misma finalidad, intentó esta semana, mediante la resolución 646 de la Comisión Nacional de Valores (CNV), mantener el control sobre el tipo de cambio contado con liquidación. La resolución cambia las reglas de juego una vez más y obliga a los fondos comunes de inversión a valuar los bonos y las acciones dolarizados al tipo de cambio oficial, lo que representa una caída importante en el valor de su cartera.

La reacción de los mercados no se hizo esperar y rápidamente, a horas de conocerse informalmente la resolución de la CNV, la Bolsa de Comercio de Buenos Aires comenzó una espiral descendente que ya lleva 5 días. Ayer los mercados se desplomaron como días anteriores, arrastrados principalmente por la caída de los bonos soberanos que los fondos tenían en cartera e intentan desprenderse. La pérdida registrada por estos bonos es del entono del 16 % en esta espiral y lo gracioso es que, al mismo tiempo y por la misma resolución, debilitaron el valor de cartera de bonos que el propio Gobierno tiene en cartera en diferentes organismos, como pueden ser Anses y Banco Nación. Continuar leyendo

Las pyme al mercado de capitales

Las pequeñas y medianas empresas (pymes) han sufrido a lo largo de su vida falta crónica de financiamiento genuino que les permita potenciar su crecimiento y su desarrollo y que este desarrollo logrado las inserte en un mundo cada vez más competitivo.

El escenario actual no dista mucho del de otras épocas. Las empresas del sector se enfrentan con la falta de mano de obra calificada, la restricción a la importación de insumos necesarios para producir, el incremento en los costos de producción (sobre todo el aumento en los costos salariales). Un tipo de cambio atrasado, una fuerte presión fiscal y la incertidumbre reinante por el escenario electoral golpea fuerte al sector.

A esto se le suma la vacilación económica de los principales socios comerciales de la Argentina, que transitan tasas de crecimiento muy bajas o incluso negativas. La devaluación de las monedas de estos países no hace más que encarecer los productos argentinos y lleva a que la producción del sector caiga o se resienta. Por otro lado, la caída de la actividad de estos países restringe la demanda de productos argentinos. Continuar leyendo