Por: Mariano Carpineti
Las pequeñas y medianas empresas (pymes) han sufrido a lo largo de su vida falta crónica de financiamiento genuino que les permita potenciar su crecimiento y su desarrollo y que este desarrollo logrado las inserte en un mundo cada vez más competitivo.
El escenario actual no dista mucho del de otras épocas. Las empresas del sector se enfrentan con la falta de mano de obra calificada, la restricción a la importación de insumos necesarios para producir, el incremento en los costos de producción (sobre todo el aumento en los costos salariales). Un tipo de cambio atrasado, una fuerte presión fiscal y la incertidumbre reinante por el escenario electoral golpea fuerte al sector.
A esto se le suma la vacilación económica de los principales socios comerciales de la Argentina, que transitan tasas de crecimiento muy bajas o incluso negativas. La devaluación de las monedas de estos países no hace más que encarecer los productos argentinos y lleva a que la producción del sector caiga o se resienta. Por otro lado, la caída de la actividad de estos países restringe la demanda de productos argentinos.
En este contexto, el ministro de Economía anunció esta semana medidas tendientes a incentivar el financiamiento de las pymes en el mercado de capitales. La idea principal es la de propiciar que las pymes busquen en el mercado de capitales una vía de financiamiento alternativa a las ya tradicionales que le permita crecer. Históricamente las pymes en la Argentina se han financiado a través de préstamos bancarios como financiamiento de largo plazo y a través de descuento de cheques, pagarés o por el pago a plazo de proveedores.
Entre las medidas conocidas esta semana, la novedad más importante está referida a la creación de nuevas reglamentaciones, requisitos y modalidades para que las pymes puedan emitir instrumentos en los mercados financieros. Tradicionalmente los requisitos para que las empresas pymes accedan al mercado de capitales eran requisitos de inaccesibilidad dados los costos de acceso y el volumen de información financiera que la empresa tiene que presentar periódicamente, lo que incrementa el costo de permanencia.
En cuanto a los diversos instrumentos financieros a los cuales podrá acceder la empresa, se destacó que se incrementará el límite superior (se duplicará el tope actual hasta los 50 millones de pesos) para la emisión de obligaciones negociables y que se instrumentará la negociación de pagarés a mayores plazos e importes sin designación de beneficiario por hasta cien mil pesos, los cuales estarán garantizados por sociedades de garantías recíprocas (SGR). Esto permitirá reducir los costos de financiación y de operación de las empresas. Asimismo, se buscará que el plazo de la subasta de operaciones de cheques diferido sea mayor, por lo que podrían en teoría realizarse operaciones con horizontes cercanos a un año.
Entre otras medidas anunciadas, se creará la Oficina de Asistencia Financiera a las Pymes (OAFPyme). Esto históricamente era tarea de consultores independientes y firmas de asesoramiento, lo que incrementaba los costos de acceder al mercado financiero. Además se creará el Fondo Fiduciario Asistir. La idea detrás del fondo es la de “costear y garantizar la primera emisión” de las pymes, lo que, según explicó la cartera, es “una subvención”, con un importe de 15 millones de dólares. También se anunció que las empresas van a poder contar con los recursos de los Fondos Comunes de Inversión, equiparable a 4500 millones de pesos adicionales de financiamiento.
Las medidas de financiamiento no tradicionales son de especial relevancia para la economía nacional, ya que este sector representa el 44 % del producto bruto interno y el 51 % del empleo en la Argentina. Si bien el sector es relevante para la economía nacional, no lo es para el mercado de capitales, ya que la participación de empresas pymes en el mercado financiero es muy pequeña. A lo largo de la historia, la participación de las pymes es muy baja por diversas razones que principalmente tienen que ver con el desconocimiento de las vías de financiamiento a las que se puede acceder y a la informalidad que registra una parte de estas empresas.
Como conclusión, cabe resaltar que si bien las medidas anunciadas estas semanas parecen atinadas para fortalecer el crecimiento de un sector muy vulnerable a los ciclos económicos, no son suficientes para lograr el objetivo. Para potenciar el sector, hace falta un plan integral que permita generar más empleo, más desarrollo e inversión. Por último, hay que pensar si la alta informalidad del sector hace factible el acceso de las empresas al mercado de capitales y, por lo tanto, a la tan ansiada vía de financiamiento que permita al sector crecer.