Ecología, religión y política: Laudato Sii

La ciencia y la religión tienen muchos puntos de desencuentro pero no se puede negar que probablemente sean las dos formas más importantes de interpretar el mundo. Para algunos son dos visiones absolutamente contrapuestas, para otros hay muchísimos matices y puntos de contacto. En este debate se distinguen tres posturas bien claras: la reflexiva, la conflictiva y la pacifista. Existe un mito que sostiene que todo científico debería ser ateo porque ser religioso implicaría descreer de la teoría de la evolución, uno de los más álgidos puntos de desencuentro entre la religión y la ciencia. Mi experiencia me dice que se trata sólo de un mito ya que he tenido la oportunidad de conocer durante mi formación científica a colegas de diversas regiones del país y de diferentes países del mundo y muchos de ellos son religiosos practicantes, otros son simplemente creyentes y otros tantos son ateos. Ninguno es mejor o peor científico por eso. El debate religión versus ciencia necesita de una reflexión seria y serena que examine la relación entre ambas como formas de conocimiento y como fenómenos sociales. Dentro de esa reflexión debemos incluir también el rol de la política porque la religión y la ciencia, así como quienes forman parte de ellas, están atravesados por la política. Continuar leyendo

Extranjerizar la Naturaleza: especies exóticas

En numerosas ocasiones hemos sido testigos de cómo el ser humano daña con su intervención directa a los espacios naturales: contaminación, desforestación, construcción indiscriminada y avance sin control de la frontera agropecuaria. Pero también hay modos más indirectos de impactar sobre los ecosistemas como por ejemplo el trasplante de especies animales y vegetales de un lugar a otro.

Si visitamos el sur de nuestro país, en la zona de los grandes lagos y la cordillera, es posible que nos topemos con animales que llamarán nuestra atención como las majestuosas truchas o los simpáticos ciervos colorados. Si nos vamos más al sur, a la provincia de Ushuaia, nos sorprenderíamos con la estructura de las sociedades de castores y los diques que construyen con barro, troncos y ramas de árboles que derriban con sus poderosos dientes. Para los porteños son muy conocidas las carpas, grandes y coloridos peces, que habitan el conocido Jardín Japonés del barrio de Palermo. Además de ser muy vistosas y conocidas estas especies presentan un denominador común: son especies exóticas. Continuar leyendo

Balance de políticas ambientales en la Ciudad: ¿qué tan verde es Buenos Aires?

                  “El ambiente es una cuestión casi ajena a los que gobiernan. Se ocupan de las próximas elecciones y no de las próximas generaciones” (Ricardo Lorenzetti)

Es frecuente que al hablar de ecología, de preservación de los ecosistemas o de conciencia ambiental nos focalicemos principalmente en lo que respecta al cuidado de la flora y la fauna en sus ambientes naturales tales como bosques, playas, montes o selvas. Solemos olvidarnos así de las ciudades en las que muchos de nosotros vivimos y que conforman ecosistemas urbanos.

Es necesario tomar en consideración que las ciudades que hoy conocemos han sido construidas sobre espacios naturales y este impacto debe reducirse aumentando la cantidad y calidad de los espacios verdes dentro de ellas. Y no hablo solamente de los espacios verdes como áreas de esparcimiento y socialización sino que también como elementos fundamentales para cuidar la salud de los ciudadanos.

Un impactante estudio recientemente realizado en los Estados Unidos demostró que la reducción en la contaminación del aire por parte de los árboles salva 850 vidas y previene 670.000 casos de síntomas respiratorios agudos cada año, lo que significa un ahorro de 6800 millones de dólares/año para los estadounidenses. Sería deseable realizar este tipo de investigaciones en las distintas ciudades de nuestro país para estudiar la correlación entre enfermedades respiratorias y cantidad de espacios verdes/habitante. Continuar leyendo