El modelo extractivista, ganador de las elecciones

Estamos en época de elecciones y se celebra, se sufre, se discute y se baila. También se derriban algunos pronósticos basados en encuestas y estadísticas mal hechas o diseñadas sólo para operar políticamente sin importar el tratamiento correcto de los resultados ni el prestigio de las encuestadoras. Es lógico que dentro de los distintos campos del conocimiento se hagan diferentes análisis a lo largo de un proceso electoral. Los economistas discutirán sobre los enfoques de los diferentes partidos en temas como la inflación, el gasto público, el endeudamiento y el tipo de cambio. Los historiadores -con otros tiempos- tratarán de recoger información de diversas fuentes, las analizarán, las compararán y tratarán de reconstruir la historia intentando ser lo más objetivos posible. Los sociólogos analizaran los comportamientos de los electores entre muchas otras variables.

¿Y sobre qué puede reflexionar un biólogo en esta época? En mi caso veo con preocupación que diferentes partidos políticos que se han impuesto en distintos distritos responden a un denominador común que los congrega: el modelo extractivista. Se trata de un modelo que atraviesa transversalmente a todos los partidos políticos con la excepción de algunos que ya no son lo que eran (como Proyecto Sur) o de algunos partidos de izquierda que están creciendo en algunos distritos aunque históricamente tienden a atomizarse víctimas del personalismo y la intransigencia de sus dirigentes. El extractivismo es una forma de organizar la economía de un país, basado en una alta dependencia de la extracción intensiva (en grandes volúmenes) de recursos naturales con muy bajo procesamiento (valor agregado) y destinado mayormente para la exportación. Según la filósofa y socióloga Maristella Svampa el extractivismo consolida modelos monoproductores, destruye la biodiversidad, provoca el acaparamiento de tierras y la reconfiguración negativa de vastos territorios. Continuar leyendo

Balance de políticas ambientales en la Ciudad: ¿qué tan verde es Buenos Aires?

                  “El ambiente es una cuestión casi ajena a los que gobiernan. Se ocupan de las próximas elecciones y no de las próximas generaciones” (Ricardo Lorenzetti)

Es frecuente que al hablar de ecología, de preservación de los ecosistemas o de conciencia ambiental nos focalicemos principalmente en lo que respecta al cuidado de la flora y la fauna en sus ambientes naturales tales como bosques, playas, montes o selvas. Solemos olvidarnos así de las ciudades en las que muchos de nosotros vivimos y que conforman ecosistemas urbanos.

Es necesario tomar en consideración que las ciudades que hoy conocemos han sido construidas sobre espacios naturales y este impacto debe reducirse aumentando la cantidad y calidad de los espacios verdes dentro de ellas. Y no hablo solamente de los espacios verdes como áreas de esparcimiento y socialización sino que también como elementos fundamentales para cuidar la salud de los ciudadanos.

Un impactante estudio recientemente realizado en los Estados Unidos demostró que la reducción en la contaminación del aire por parte de los árboles salva 850 vidas y previene 670.000 casos de síntomas respiratorios agudos cada año, lo que significa un ahorro de 6800 millones de dólares/año para los estadounidenses. Sería deseable realizar este tipo de investigaciones en las distintas ciudades de nuestro país para estudiar la correlación entre enfermedades respiratorias y cantidad de espacios verdes/habitante. Continuar leyendo