Ascochinga en Olivos

Por el miserable dolor de cabeza La Doctora interrumpe la epopeya de “duhaldizar” a Scioli y “delarruizar” a Macri.

escribe Oberdán Rocamora

Hasta que aceptó convertirse en otra paciente de la clínica de Favaloro, La Doctora movilizaba personalmente una epopeya tan explícita como memorable.
La receta audaz de “duhaldizar” a Daniel Scioli, el líder de la Línea Aire y Sol I. A los efectos de encarar “la Gran Menem”.
El proyecto de hacer de Scioli -y de todo lo inquietante que representa en materia de diferenciación- una adaptación de la perversidad que se le atribuye a Carlos Menem.
Conste que se trata del Menem terminal del 99, cuando operaba a través de algún ministro bastante inteligente.
Aunque la historia sea, en el fondo, fantasiosa e inexacta. Pero quedó instalada de esa forma y casi se la oficializa como cierta.
“La gran Menem” consistió en recortar las ambiciones presidenciales de Eduardo Duhalde, el futuro Piloto de Tormentas (generadas). A través del impulso tácito de Fernando de la Rúa.
Si existió, la epopeya concluyó, de todos modos, en un fracaso.

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La felicidad aplicada a la política

DANIEL, MAURICIO Y SERGIO III: El macricaputismo. Entre Dale Carnegie, la meditación y Sir Bertrand Russell.

escribe Carolina Mantegari

Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, Jefe de Gobierno del Artificio Autónomo -máxima expresión del macricaputismo- se muestra contagiosamente feliz.
Tiene la vida abrochada. Planifica retirarse de la política en diez años. A los 64.
La asignatura pendiente -la única que le queda- es ser el presidente de la república.
Es la ambición lícita que comparte con los compañeros de la miniserie.
Daniel Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol I, y Sergio Massa, La Rata del Tigre, Aire y Sol II.
Ahora, a los 54, Mauricio se encuentra en perfecta sintonía con su historia. Se ve que disfruta, aparte, del presente.
Se le debe creer cuando confirma que está muy bien con su familia. Conforme con su cuerpo (hace 40 minutos de caminata diaria).
Explora discretamente los márgenes trillados del budismo. Para el circuito interior, la vaguedad que solía explotarse antes como “lo espiritual”. Con aquellos mantras colectivos -o con frecuencia individuales- que aportaron los sucesivos divulgadores que instalaron la trascendencia necesaria de la meditación. Un sistema de furtiva relajación que se trasplanta desde la lentitud del Tibet, para el consumo rápido de las grandes capitales.

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Cobos y Scioli, almas gemelas

El vice de La Doctora y el vice de El Furia.

escribe Serenella Cottani

“Al final, vamos a quedar los dos” –dijo uno de los dos, Cobos o Scioli.
Fue en la cena secreta de diciembre de 2012, en Villa La Ñata, que tanto enojó a los cristinistas salvajes.

Julio Cobos, El No Positivo, y Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol I, mantienen un pasado llamativamente común. Los unifica.
Ex vicepresidentes que padecieron las condenas respectivas de los dos presidentes que les correspondieron.
Scioli lo tuvo que aguantar a Kirchner, El Furia. Mal, aceptémoslo, no le fue.
Cobos debió soportar a Cristina, La Doctora. Y al salvajismo. Fue un calvario.

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Los que ponen votos y los que ponen versos

DANIEL, MAURICIO Y SERGIO II: El conflicto que desangra al cristinismo en retirada.
escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella

“Si adentro hay nada más que 60 mil, es fácil, te ponés 30 en un bolsillo y 30 en el otro y te vas. ¿Para qué vas a llevarte la caja?”.
La Doctora, según nuestras fuentes, ilustraba a los testigos perplejos. Todos “titulares”. Aludía, con indiscreta confidencialidad, al extraño robo filmado en la residencia de Sergio Massa, La Rata del Tigre, Aire y Sol II.
El robo a Massa es casi tan inexplicable como el misterio del crimen de El Lauchón. Ampliaremos.

El episodio tratado de la caja transcurrió en la reunión “cerrada” del Hotel Patagonia, en Río Gallegos, ex Tierra Santa. Después que la santidad territorial se desplazara, oportunamente, hacia el Tigre.
Alude a la idea de la presunta abundancia. Reflejo de la prosperidad, en materia de expectativas.
Calibra la actualidad política en la provincia (inviable). Buenos Aires.

Los Sin Techo

Basta con confirmar que determinado empresario, de relativo primer nivel, buscaba, sin suerte, durante la semana anterior, una manera directa de llegar a Sergio. Mantenía el saludable propósito de acudir en auxilio solidario del vencedor.
“Mirá que no quiero pedirle nada”, advirtió el empresario, según nuestras fuentes, al canal confiable que podía intermediar.
Al contrario, “es para ponerle”.

El muchacho, en semejante aspecto, “está muy dulce”. Le sobra. Como para no preocuparse, en exceso, por el contenido de la caja extrañamente robada. De manera tan visible. Como estaba visible la “carta robada” del cuento de Edgar Allan Poe.
Trasciende que, a esta altura, por la demanda, cuesta obtener cinco minutos con Sergio.
Significa confirmar que Aire y Sol II, el actual propietario de la centralidad, casi no tiene espacio para recibir a la totalidad de los garrocheros que sobrevuelan a su alrededor. Y procuran aterrizar en Tigre, Tierra Santa.
Con la metafórica garrocha en la mano, los abnegados también hacen antesala, durante horas, en la puerta del edificio de Cerrito y Juncal. Es donde se habilitó un piso entero, “para el armado político”.
Llegan los audaces para postularse como referentes del “massismo”. Desde los puntos más alucinantes del país.
Aunque el muchacho -Sergio- deba prepararse, apenas, para las iniciales legislativas de octubre.
Proliferan los “sin techo” que llegan con la medialuna enarbolada. Pretenden, ansiosamente, los medialuneros, “cerrar algo”. Asegurarse un techo, estar “adentro”. Ahora, ya. Los profesionales no quieren llegar tarde. Ni “quedarse afuera”.

Lo difícil de explicar

Para colmo, la escuadra de Francisco de Narváez, El Caudillo Popular, el vencedor de 2009, pasa a convertirse en un aeropuerto que registra exclusivamente las partidas. Sin ningún arribo.
A esta altura, y con suerte, sólo le quedan votos para reservar una banca.

Con semejante perspectiva, el cristinismo se desdibuja. Solo. Se cuece en la tinta de sus contradicciones.

“El kirchnerismo es un fenómeno difícil de explicar”, dijo La Doctora, al estimable periodista de la casa. Propia tropa.
Dolorosamente altiva ante la derrota, La Doctora no puede explicar la admirable construcción del poder kirchnerista.
Menos puede interpretar, entonces, la abrupta declinación del cristinismo.
Del 54% al 29 actual, en menos de dos años.

Con el tiempo, cuando pasen las turbulencias y los divisorios rencores, podrá estudiarse -en seminarios privados como los del portal- tanto la construcción kirchnerista como el desmoronamiento cristinista.
Partes del mismo fenómeno “difícil” -para La Doctora- de “explicar”.

Votos y versos

Aquí tratamos, en exceso, el apoyo de las otras dos patas fundamentales de “El Trípode”.
De Hugo Moyano, El Charol, y de Héctor Magnetto, El Beto. Es el poder real que se intentó superar.
Hoy se asiste al desvanecimiento de la alianza tácita entre lo que queda. Los peronistas que ponen los votos y los progresistas que aportan los versos.
Es el resultado de la insuficiencia catastrófica del frepasismo tardío.
Lo supo diseñar Carlos Zannini, El Gran Consumidor de Pescado (Podrido). Es el antiperonista que alcanzó la proeza de conducir un gobierno de matriz peronista.
Al fin y al cabo, para La Doctora, los “buscapinas” de Unidos y Organizados resultaron aún menos útiles que los ambiciosos cobradores de sueldos de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora.

En el intermedio de las derrotas, el conflicto hoy se da entre los que ponen los votos, que sienten peligrar el control de sus feudos, y los que ponen los versos. Los que perciben su anulación porque espantan, con sus brillantes ideas, justamente a los votos.

Las diferencias estallan, para colmo, en la delicada problemática de la inseguridad, que de pronto adquiere existencia.
Y no se trata, apenas, de recurrir a los servicios abusivos de la “Gendarmería para la Victoria”. De los miles de gendarmes que dejan las fronteras libradas a la suerte, para evitar los crímenes multiplicados del conurbano bonaerense.
Los que aportan el verso progresista ya no se conforman con la dignidad de los juicios, ni de los presos.
Se les esfuma, de repente, también la hegemonía argumental.
Hoy los verseros tienen que soportar la jura, como Ministro de Seguridad, del mini-gobernador de Ezeiza, Alejandro Granados, El Mangrullo.
Es el aportador de votos que supo alardear, incluso, hasta por su penosa “mala puntería”, que le impidió cargarse dos o tres delincuentes desesperados.
A quienes, según los que aportan los versos -a cambio de ejemplar humanismo y presos sin importancia-, debe tratarse con mayor consideración. Con firmes garantías básicas. Sin gatillos explicablemente temperamentales.

“Tanto pedir por la cabeza de Casal y ahora tienen que bancarse alguien que es mucho peor que Casal. Más duro aún, como Granados”, confirma la Garganta.
Es -Granados- el peronista clásico de colección. Readaptable al distinto tenor de las jefaturas que desfilaron, mientras consolidaba el dominio en su feudo. Ezeiza.

Desplazamiento de la responsabilidad

Pero ánimo, no todo está perdido. El retroceso del progresismo inspira una idea casi genial, apenas positiva para constar en actas.
Significa el desplazamiento de la responsabilidad por la próxima derrota.
La victoria abrumadora de Sergio, Aire y Sol II, que se aguarda para octubre, pasa a ser, en adelante, la exclusiva responsabilidad de Daniel, el Líder de la Línea Aire y Sol I.
En defensa propia, Scioli se pone al frente de la causa perdida. Una campaña compuesta por hombres especialmente seleccionados para la tarea de aislarlo. Cuando La Doctora ya carecía de brújula, estrategia. Sobre todo de buena información. Y la surtían de pescado que olía muy mal. Podrido.

La última alquimia consiste en transferir la responsabilidad de la derrota a Daniel.  A los efectos de atenuar los calamitosos errores de la dupla, de La Doctora y Zannini, que amparan a los aportadores de versos, y que hoy se encuentran en retroceso y en banda.
Son los máximos responsables del descalabro institucional que se viene. Y que permite aludir a la necesaria indulgencia de los vencedores. Como de los oportunistas que quieren sangre. O producir caídas dramáticas, situaciones límites. Imaginan renunciamientos. Ampliaremos.

Al cierre del capítulo de la flamante miniserie se registra, según Consultora Oximoron, en la Buenos Aires inviable, una diferencia de 14 puntos. En favor de Sergio. Sobre el buenito de Martín Insaurralde, El Barrilete de Plomo.
Para Oximoron, la próxima derrota de octubre produce un inapelable desplazamiento institucional del poder.
La alarmante fragilidad del Ejecutivo determina la próxima centralidad en el Legislativo, que a partir de diciembre tendrá no menos de cinco candidatos presidenciales.
Tres en la cámara mayorista, o sea Diputados.
Massa, Julio Cobos, El No Positivo, y Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto.
Y dos, hasta hoy, en la pasiva selectividad del Senado.
Ernesto Sanz, La Esperanza Blanca, el Reutemann de los radicales. Y Adolfo Rodríguez Saa, del Estado Libre Asociado de San Luis. Siempre y cuando, después del último papelón, El Hermano Alberto dé un paso atrás, como en el tango. Para dedicarse a la pintura, que lo reclama, como el teatro. O a los placeres del ocio, la gratificación del amor.

Oberdán Rocamora
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Daniel, Mauricio y Sergio

A Cristina, La Doctora, le despojaron la centralidad.

escribe Oberdán Rocamora

“Cristina, Mauricio y Daniel” es la consagrada miniserie del Portal que mantiene su continuidad.
Sólo que hoy se asiste al desplazamiento de Cristina, La Doctora. Al personaje femenino se le reserva la gravitación lateral.
A su pesar, Cristina cede importancia. En favor de Sergio.
Es -Sergio- el protagonista que, desde La Franja de Massa se dispone a alborotar los destinos de los otros tres. A condicionarles las respectivas cuadraturas personales.
En principio, Sergio desaloja a Cristina del centro de la escena.
Mutis por el foro, durante algún capítulo. Sólo se escucha esporádicamente su voz, con aplausos menos convincentes.
En adelante, la miniserie pasa a titularse “Daniel, Mauricio y Sergio”.
Con suficientes actores de reparto. Podrán lucirse, incluso, con alguna aparición tangencial.

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Gendarmería para la Victoria

4.500 efectivos más para velar por la Seguridad Inter-Electoral del conurbano bonaerense.

escribe Serenella Cottani

* * * * *

El cristi-sciolismo mantiene el incierto descaro que resulta casi admirable.
Una trascendente carencia de recato, que evita el ejercicio vano de la simulación.
Durante 45 días -extensivos a 60-, 4.500 gendarmes más van a esmerarse en el cuidado de los suburbios de Buenos Aires, la provincia inviable.
La inseguridad, de pronto, existe.
El objetivo es explícito. Lograr que la derrota de octubre sea menos catastrófica que la derrota de agosto.
Después de las elecciones, los habitantes del conurbano tendrán que encomendarse a Francisco, El Papa Girado.
Los gendarmes volverán a los destacamentos de frontera (de donde nunca debieron haber salido).

La Gendarmería (Para la Victoria) es, según su web, “una fuerza de seguridad, de naturaleza militar, con características de fuerza intermedia”.
Lo confirma Sergio Berni, Secretario de Seguridad, El Licenciado Serial. Se trata de la institución militar que creció más.
“Un 90 por ciento desde 2003”, año fundamental de la historia.
De 18 mil efectivos, Gendarmería (Para la Victoria) pasó a tener 34.400.

La movida inter-electoral costará, según nuestras fuentes, alrededor de 100 millones de pesos. Por lo bajo.
Cada gendarme cobra un viático diario de 485 pesos. Aunque tengan que procurarse el alojamiento y la comida. La Garganta confirma: “algún mango siempre les queda”.
Al margen, claro, del sueldo entero, “que les entra limpio”.
Los gendarmes son lo suficientemente austeros como para acomodarse de a seis o siete, en dos piezas.
Se las ingenian para hacer una “vaquita” y cocinarse. Para estar a disposición, alejados de sus familias. A los efectos de cumplir una misión que, en el fondo, no sienten. Ni les corresponde.

Tampoco hay que descontar que, pese a la rectitud institucional que los caracteriza, algún gendarme pueda ponerse de novio. Para anotarse en el desafío entretenido de la bigamia. Casos bastante previsibles, entre los abnegados integrantes de las fuerzas de seguridad (así sea “intermedia”). Tan habituados a enfrentar la cultura rutinaria de los desplazamientos.
(Tienta contar el dramatismo que se experimentó durante el velatorio de cierto policía, “muerto en acto de servicio”. “En cumplimiento del deber”.
El pobre muerto ofreció el espectáculo beligerante de los deudos de sus dos familias. Mujeres e hijos que se peleaban a los gritos y a los empujones para estar más cerca del cajón. Delante, según nuestras fuentes, del jefe de la policía bonaerense, y del señor ministro).
Pero los gendarmes suelen ser modestos, austeros, serviciales. Eso sí, muy exigentes con sus derechos. Les disgusta el maltrato y son fundamentalistas del respeto.
(Deben saberlo los pares del devaluado Ejército, o de la Policía, que se siente invariablemente invadida por su insuficiencia).
Cuentan que varios gendarmes tomaron como un verdadero maltrato el hecho de estar formados como idiotas. Bajo el sol, desde las 8.30 de la mañana. Para el lanzamiento del Plan Centinela Electoral, en La Escuela de Gendarmería Martín Güemes, Puente 12, La Matanza.
Pero las autoridades llegaron, lo más campantes, a las tres de la tarde. Cuando los gendarmes formaditos maldecían. Y extrañaban, pese a los viáticos, la zona de frontera.

Por una cabeza

Para la fotografía y el discurso llegaba el gobernador Scioli, líder de la Línea Aire y Sol.
En defensa propia, Aire y Sol I debió ponerse al frente de la campaña, compuesta por candidatos inicialmente preparados para aislarlo.
Lo acompañaba Arturo Puricelli, el Ministro de Seguridad, La Caricatura de Sabat.
Y por supuesto el hombre fuerte del área que lo instruye, y lo dibuja. El ya citado Berni. Quien aún se jacta, según nuestras fuentes, de brindarle la mínima importancia al General César Milani, el titular del Ejército, El Espía Seductor.
Trasciende que Milani lo busca a Berni, como a la Titina de la vieja canción. Para “acordar”.
Aunque Berni -cuentan- ni le da b…

Por orden de La Doctora, Berni mantiene también una relación formalmente amable con Ricardo Casal, El Flaco. Otro participante del acto del lanzamiento.
El Flaco Casal es el Ministro de Seguridad de La Inviable Buenos Aires.
Por conseguir su valiosa cabeza, y mantenerla colgada en su despacho, quien bregó afanosamente fue la señora Nilda Garré (junto a Milani).
Garré, La Novia Ausente, es la antecesora en Seguridad de “El Dibujo Puricelli”.
También intentó quedarse, con la cabeza del Flaco Casal, el inmanente director del CELS.
Es el colega Horacio Verbitsky, titular del Movimiento Todos por Horacio, quien hoy, según nuestras fuentes, tiene el acceso infortunadamente vedado a La Doctora.
Desde que lo entregaran, envuelto en celofán, y con un moño rojo, al general Milani, El Espía Seductor, por quien suspiran las ardientes sexagenarias.

Ahora quien reclama la cabeza preciada de Casal es, según nuestras fuentes, El Ingeniero.
Es -El Ingeniero- el cuadro misterioso que maneja, desde hace décadas, la actual Secretaría de Inteligencia, la SI, Cooperativa de Crédito de 25 de Mayo 11.
Porque, durante una feroz madrugada, desde el elitista Grupo Halcón, le habían “mandado para arriba” a uno de los suyos. El Lauchón.
Para la dogmática interpretación de El Ingeniero, según nuestras fuentes, nadie mueve el Grupo Halcón sin autorización del Ministro. Y mucho menos sin su conocimiento.
Aunque Casal, El Flaco, por lo que se supo, hizo lo imposible para demostrar que en ese tema “dormía”. Nada tuvo que ver. Y que lo último que quiere, en la vida, es tener “un quilombo con la SIDE”.
Casal, por el ajusticiamiento de El Lauchón, despidió a algún jefe. Aunque para El Ingeniero, según nuestras fuentes, no basta. Quiere más renuncias. De arriba. Es implacable.
Consta que se planificaba también enviar a El Ingeniero, según nuestras fuentes, “para arriba”.
“Enfriarlo”. Como a una botella de Don Perignon.

Pero el Líder de la Línea Aire y Sol no podía entregar la cabeza del Ministro Casal. Nunca antes de convertirlo en el próximo Fiscal de Estado.
Menos iba a entregarlo ahora, que con La Doctora “está tan bien”. Como en un noviazgo platónico, sin paredones ni zaguanes.
Por su parte, trasciende que el Ministro Casal asegura que es totalmente ajeno a la “Servilleta’s War”.
La guerra inconcebible por la información, desatada contra El Ingeniero por el bloque sólido que conforma el general Milani, El Seductor de Sexagenarias, con el respaldo declinante de La Doctora y Zannini, El Gran Consumidor de Pescado. Podrido.

Destino: Comodoro Py

Regresemos, mejor, al Puente 12.
Para que no quede la menor duda del uso grosero de la Gendarmería Para la Victoria, en el Plan Centinela (Electoral), participó del lanzamiento también el buenito de Martín Insaurralde, El Barrilete de Plomo.
Es -El Barrilete de Plomo- el candidato abnegado que debe poner la cara, junto al Líder de la Línea Aire y Sol. Para “defender los trapos” del relato que estalló. Como un espejo por culpa de un cascote. Como una causa irremediablemente perdida. Entre incoherencias y desastres. Imposturas desvencijadas, tratadas en textos anteriores del Portal.
Austero, intrascendente, abreviado, también participó del anuncio el Comandante Enrique Zach, El Gallo.
Es el Director de la Gendarmería para La Victoria.
En el esplendor del desbarajuste, El Gallo Zach deberá forzarse para no seguir los pasos desgarradores del antecesor, el Comandante Schenone.
El pobre Schenone culmina su trayectoria en el exacto destino estratégico que les aguarda a los prohombres del cristinismo.
En Comodoro Py. Edificio emblemático de la Justicia. Donde los legajos, inapelablemente, siempre esperan. Como esperaron la llegada de los funcionarios los miles de gendarmes formaditos. Hartos de la amansadora y del sol. Por el acto de servicio. Por el deber. Y -sobre todo- por unos mangos.

Serenella Cottani

Coppertone para todos

El cristinismo se evapora entre pases recíprocos de facturas veladas.
escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella

Con el tiempo -cuando cese el apasionamiento precario- va a estudiarse la admirable construcción de poder del kirchnerismo, entre 2003 y 2005.
Como se va a estudiar también la evaporación del poder cristinista, entre 2011 y 2013.

La Doctora dejó de ser la solución. Es el problema.
Su presencia comprime, sus palabras alejan. Pero nadie se atreve, entre los suyos, a insinuarlo.
Pese a la declinación que alarma, al descenso paulatino del respeto colectivo, aún -según nuestras fuentes- se le teme.
Al extremo de asegurar que algunos viceministros decisivos, a través del correo electrónico, lo consultan a Máximo. Como si el vástago fuera de verdad un conductor solvente. Con el básico objetivo de mostrar, entre la incertidumbre, un poco de aprobación.

“La hipótesis del helicóptero, con La Doctora, no corre, olvídese”, confirma la Garganta.
Un peronista, electo con legitimidad, sólo abandona el poder como consecuencia de un golpe militar. Como en 1955. O 1976.
“O porque le pegan un tiro en la cabeza”, continúa. Por cuestiones más pasionales que políticas. Como al Gringo.

Cuando se es portador del ADN peronista, no debe consignarse ninguna hipótesis de renuncia.
“El helicóptero es una solución reservada para los radicales, que se toman más en serio y suelen ser más dramáticos”.
En la cultura de referencia, son los propios peronistas los que jamás van a admitir abdicaciones.

Entonces el cristinismo se debate en el pase recíproco de las facturas veladas.
Se impone la indulgencia interpretativa. Se recomienda evitar el ensañamiento innecesario contra los derrotados.
La catarata de adversidades acentúa el rigor de la mala praxis.
Son demasiado crueles consigo mismos, y se registran enfrentamientos en cada ministerio. Secretaría de Estado. Dependencia.
Las descalificaciones y los odios impregnan el “pálido final” (Tango).

La bronca con Zannini

“Así que nosotros somos los corruptos y Zannini un impoluto, mirá vos” -nos confirma el cercano a Julio De Vido, el Ex Superministro.
“¿Y Electroingeniería? Es Joda. ¿Romanticismo de celda? Si todo salió para el demonio es porque se hizo lo que decidió Zannini, el Jefe de La Cámpora”.
Crece, en el sigiloso peronismo, la bronca contra Zannini.
Cuentan que Zannini los arrastró con el cuento de la Democratización de la Justicia.
Por el progresismo efectista de designar, por votación popular, a los miembros manipuladores del Consejo de la Magistratura.
Es la línea de interpretación que respaldan los peronistas que absuelven a De Vido. A quien quisieron responsabilizar por la derrota. Por encargarse de repartir las espiritualidades entre los municipios. Muy tarde, muy mal.

“El responsable fue Zannini. Quiso ser el candidato nacional en el distrito único y saltar, desde la plataforma de la Magistratura, hacia la candidatura presidencial”, insiste la Garganta.

De manera que, cuando La Doctora y Zannini utilizaban a los gobernadores infelices, enrolados en el Grupo GESTAR, no era sólo con el propósito de aislar a Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol I.
Ni porque contaban con la información distorsionada sobre las andanzas de Sergio Massa, la Rata Del Tigre que los embocó, Aire y Sol II.
Era porque se preparaba, en baño María, al sucesor preferido. Carlitos Zannini, El Gran Consumidor de Pescado. Podrido.

Frepasismo tardío para todos. A los efectos de acelerar la superación del peronismo anacrónico, representado paradójicamente por los gobernadores peronistas aferrados al“Vestidito negro”.
Ellos iban a recibir, también, con alguna excepción, la lección de la derrota de agosto. O del empate.
Son los que conversan, ahora, como tías en el velatorio. Y tratan, con relativa elegancia, de descolgarse. Para caerse del Vestidito.

La Justicia, otra vez, iba a clausurar definitoriamente el sueño.
Bastó, apenas, con declarar la inconstitucionalidad del zafarrancho legislativo de la Democratización. Volteado por la Justicia que precisamente buscaban “democratizar”.
Los aferrados al Vestidito Negro, instrumentados todos por Zannini y La Doctora, para colmo sin saberlo, iban a terminar, todos, en El Mangruyo de Granados. A los aplausos en Ezeiza, con aclamaciones favorables hacia Aire y Sol I. Como si Scioli fuera la reencarnación de Sandro.

Coppertone para Todos

En “El vuelo de los garrocheros”, se anticipó la moda previsible del invierno.
Saltar hacia el “Tigre, Tierra Santa”, también.

Se instala la creencia que 2015 contiene la atmósfera de la utopía.

Emerge octubre de 2013 como la próxima frontera. La elección legislativa aguarda con la derrota más severa en la provincia que les importa. Buenos Aires, La Inviable. Por más de 10 puntos de diferencia.

De poco le sirve, a esta altura, a La Doctora, asumir tardíamente el estallido del relato.
Aceptar la existencia de la inseguridad, de la inflación, subir el mínimo no imponible, para taparle la boca a Massa o a Moyano, El Charol.
Tampoco le sirve ocultar, en lo posible, los símbolos más cuestionados. Como si, de repente, Amado Boudou, El Descuidista, máximo error de la estadista hormonal, no existiera.
Hoy El Descuidista participa de onerosas excursiones, tan lejanas como extravagantes. Útiles para quitarlo transitoriamente del escenario.
Y carece de sentido desactivar totalmente a Guillermo Moreno, el Antonio Das Mortes, El Cumplidor de Instrucciones.
Ningún otro Das Mortes se encuentra en condiciones de apretar a los cambistas. Cueveros que se divierten con el ascenso del Blue.

Pero ánimo, no todo está perdido.
Probablemente la salvación provenga de El Consultor Providencial. Con su receta posiblemente mágica.
El Consultor Providencial fue llevado hacia La Doctora, según nuestras fuentes, por el buenito de Martín Insaurralde, El Barrilete de Plomo.

Para colmo Insaurralde sospecha, en el fondo, que efectivamente podrá ser el candidato a gobernador de La Provincia Inviable. Pero impulsado, llamativamente, por el adversario actual. Su buen amigo y colega Massa, Aire y Sol II.
Insaurralde podrá disputar, acaso, la Provincia Inviable, con el devaluado Francisco de Narváez, El Caudillo Popular, que hoy enarbola el discurso de Heidi. Aunque impulsado -secreto de multitudes- por Scioli.
Pasan cosas lindas en la familia del peronismo.
Marche más Crespi Seco.
El Aire y el Sol, en definitiva, se imponen.
“Coppertone para Todos”. Como instiga, con saludable desenfado, un airesolista del primer tipo, que se siente en la antesala del poder, y reparte embajadas como si fueran estampitas de Francisco.

Oberdán Rocamora

Franquicias del peronismo

Ante el riesgo de la derrota, como en 1983 y 1999.

sobre Informe de Consultora Oximoron
Redacción final Carolina Mantegari

Introducción
Calas políticas

¿Y ahora? ¿Cómo se sigue?
Cuesta, en adelante, ante el aroma penetrante de las calas políticas, sostener las imposturas de La Doctora. La trivialidad de sus desmesuras.
Acosada -la pobre- entre la derrota de agosto, que no empieza a aceptar, y la derrota más grave, que se perfila en octubre.
Cuesta también recurrir a la indulgencia democrática de ayudarla. Para que “el gobierno termine lo mejor posible”.
O mejor, simplemente, para que termine. Para que se llegue a 2015 con reservas de aire. Y alguna dignidad.

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La calle cerrada de la derrota

Dos años para la Comisión Liquidadora del cristinismo.

escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella

Admirablemente, entre la derrota eufórica, La Doctora pone el rostro. Pero lo pone mal. Con palabras demasiado autoindulgentes que rozan la patología. Con la insistencia en la visión autocomplaciente de su obra. Con la mitificación acerca de “todo lo hecho, lo avanzado”.
Conste que son logros que la sociedad ingrata no le reconoce. Como si se tratara de la horrible consecuencia de los influyentes medios perversos de comunicación.
A La Doctora aún le cuesta entender qué le pasó.
Téngase en cuenta que ninguno de los inútiles que se le cuelgan del “Vestidito negro” puede explicarle los fundamentos de la inmolación electoral.
O que, simplemente, fueron.

En “El Pozo”, de Onetti

Los errores le pertenecen exclusivamente a La Doctora.
Perdió la iniciativa. Aunque, en realidad, se la despojaron. Como a una inocente activista primeriza que disputa un centro de estudiantes.
No tuvo brújula, ni estrategia. Ni siquiera tuvo buena información. La mala praxis fue total.
La pobre se deslizó en la desmesura de humillarlo públicamente a Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol. Hasta vaciarlo. Extirparle la legitimidad. Devaluarlo. Para tener luego que depender de él.
Es precisamente la agresividad de esa diferenciación que lo mantiene a Scioli, en el furor de la debacle, sorprendentemente vivo. En condiciones de heredar la devastación. De quedarse con los restos del naufragio. O del quebranto.

Tal vez La Doctora supuso que podía bancarse, a su lado, inmutable, la roca inerte de Boudou, El Descuidista. Como si desde aquel 54 por ciento, de 2011, hasta aquí, no hubiera ocurrido nada. Ninguna mancha, en Rolando.
O tal vez creyó en la eficacia del silencio para ningunear la inflación. O el rigor de la desastrosa (falta de) política energética.
(¿Es verdad que se volvieron tres barquitos porque no había pelusa para pagarlos? ¿Es verdad que Galuccio se les quiso profugar? Rajarse).

Incluso La Doctora tal vez supuso que podía atenuar, sólo con el respaldo de su presencia, con la articulación del lenguaje, el potente festival de los valijazos transmitidos por televisión.
El peso del dinero que, en el subsuelo del cristinismo, paradójicamente se pesa.
Con semejante adversidad, entre tanta tensión arrebatada, con la geopolítica a la bartola y con los aplaudidores cautivos, La Doctora avanzó en el proyecto de cargarse al Grupo Clarín. Con las bravatas de Moreno y el gesto de pesado de Kicillof. Y con la virulencia de los artículos de la nueva Ley de Mercado de Capitales, que enarbola la Comisión Nacional de Valores. Vanoli Conducción.
Con su vulnerabilidad a cuestas, La Doctora justamente se propuso demoler el polo poderoso que simboliza la comunicación. Y que el marido extinto, El Furia, supo utilizar hábilmente -hay que reconocerlo- para imponer su hegemonía. Para gobernar, en la práctica, junto a Moyano, El Charol. El otro pilar. Al que obligó, irresponsablemente, a partir, hacia la oposición.
Divorciarse de Clarín, vaya y pase. Bastaba la ilusión de suplirlo con la inutilidad de cuantiosos medios propios, que apenas consolidaban la moral de los convencidos.
Pero desprenderse, en simultáneo, de Moyano, significaba sostenerse, en adelante, entre meros pilares presupuestarios. Pero forjados de barro blando.
“Buscavidas, buscapinas de Unidos y Organizados”.
Grandes ganadores de sueldos de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora.
Facilitaban la tentación del trasvasamiento generacional, aunque representaban, en la práctica, la vía más efectiva para enterrarse. En el descenso.
Hasta caer, desde las alturas de la pedantería hegemónica, en El Pozo de Onetti.

En la ceguera del desbande altivo, La Doctora atinó a cargarse, también, de manera fundacional y épica, a la Justicia. Para “democratizarla”. Ya que no le habilitaba el apuro del triunfo judicial (curiosamente podía haberlo logrado sólo con respetar a la Corte, sin apretarla).

Para completar el ciclo de tropiezos, La Doctora se embarcó en una alucinante negociación con Irán, que no supo explicarle a nadie. Y que fue ridiculizada hasta por los iraníes.
En su camino hacia El Pozo de Onetti, La Doctora cayó hasta enredarse en la borrasca de imponer al General Milani, El Depurado en el Ganges. Para incinerarlo. Justamente cuando también abría otro conflicto absurdo, contra sus propios servicios de inteligencia.
(¿Es verdad que le puso tarjeta roja al Espía que llega de Abril, sólo porque fue cómplice en las aventuras brevemente donjuanescas del marido?).
Una guerrita de final incierto. Sobre todo cuando trascienden los diversos episodios de aprietes memorables. Con cachetazos en algún subsuelo.
O cuando crece la indignación, ante la frialdad de algún ajusticiamiento. Programada ejecución. Mero asesinato. ¿El Lauchón?

La magnitud de la épica le sirvió a La Doctora para terminar enredada en los operativos de inteligencia más berretas.
Asaltos televisados, con silenciador.
Para dejarse arrastrar, sola, hacia la calle cerrada de la derrota.
Sin salida.

Comisión Liquidadora

En el arrojo de dar la cara, ante la adversidad, La Doctora también le erra.
Cuando intenta el análisis político. Por la facilidad de comparar, la calle cerrada de su derrota, con la derrota del extinto en 2009.
Cuando todavía había espacio para la recuperación, que El Furia, desde el piso, lo supo aprovechar. Aún creía disponer de carretel para ser el candidato presidencial en 2011. Por si no bastara, estaba también latente la posibilidad de la reelección de La Doctora.
Significa confirmar que en 2009 la continuidad era algo más sólido que una ilusión.
Esta derrota de 2013 implica la representación exacta del final.
Porque hoy se carece de espacio hasta para justificar la desmesura voluntarista de la señora Conti.
O del Ex Superministro De Vido, que insistía por los beneficios de la continuidad. Con mejores fundamentos. Su preocupación era lógica. Extensiva a sus “buenos muchachos”.
(¿No es cierto, Baratta? Olazagasti. Espinoza. Siguen las firmas).

Quedan dos años por delante. Debieran institucionalmente funcionar como una polea de transición. Como si La Doctora ahora presidiera una Comisión Liquidadora del cristinismo.
Para cubrir alguno de los severos desastres que La Doctora deja, en cada uno de los focos del poder aniquilado.
Tienen que ver, concretamente, con el manejo del Gorro Frigio. Del Estado.
Se extienden desde la política exterior hasta la salud, el dispendio de la solidaridad y la economía.
Desde la falta de energía, y de dinero para pagar los barquitos, hasta atender el descalabro anunciado de YPF (donde a la Tía Doris le cuesta impedir la idea de rajarse del pobre Galuccio).
O los desbordes del ANSES. O la irresponsable fiesta del Dinero Ducto de Aerolíneas ArgentinasDe Enarsa.

Consultora Oximoron anuncia una serie de informes relativos a La Herencia del cristinismo. Lo que deja, lo que queda después de la devastación.
Más allá de las internas lacerantes que actualmente se libran, hasta hoy, sin trascendencia. Más allá de las divisiones y de la ineficacia de los relatos.
Sin indulgencia. Pero también sin crueldad.

Parábola de la perforación

Nada que ver, por lo tanto, con aquel retroceso transitorio de 2009.
Resiste, con mayor densidad, alguna comparación con 2005.
Se asiste al cierre perfecto de la parábola.
En 2005, con La Doctora, Kirchner le perforó la provincia a Eduardo Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas). Aquel equivocado que precisamente los instaló en el podio de presidenciables.
En 2013 es Sergio Massa, La Rata del Tigre, Aire y Sol II, el que le perfora la provincia, en cuarenta días, a La Doctora. Es quien había elevado a Massa para jugar en la gran liga, en su condición de Premier. Puesto por ella, en el primer plano. Para que después le perforara la provincia inviable, que simboliza numéricamente el poder.
Por último, un tema parroquial. Resta reconocer el trabajo de Consultora Oximoron, que blinda con sus informes al Portal.
Sugerir la relectura de “Triunfa la Franja de Massa”, donde se anticipan, también, los 7 Samuráis que continúan vivos. En condiciones de heredar la desolación moral que lega el cristinismo.
Massa, Scioli, Cobos, Binner, De la Sota, Macri y la señora Carrió.

Oximoron anticipó los resultados cuando el Frente Encuestológico de la Victoria instalaba la idea sellada de la paridad.
También leer, de paso, “Gana Massa, el benefactor de Scioli”, O “Tigre, Tierra Santa”.
Es apenas el reflejo de una lectura acertada de la información disponible.
Méritos, acaso, del periodismo artesanal.

Oberdán Rocamora

La lealtad líquida

Los representantes del federalismo degradado se solidarizan con el cristinismo de Buenos Aires.

Hacia una identidad flexible y versátil
Zygmunt Bauman

Tío Plinio querido,

“Tiempos Líquidos”. A los 88 años, el pensador polaco Zygmunt Bauman podría abandonar el sublime aburrimiento de Leeds. Para dedicarse a cotejar, sus innovadoras teorías, con el estudio del peronismo.
Trátase de una cultura política que supera, en su desmesura, a la modernidad.
A la post modernidad, y a todas las otras perezas del pensamiento light.

Los Gobernadores Atragantados, emblemas del federalismo que suele devaluarse solo, se llegaron a El Mangrullo para auxiliar a la centralidad de Buenos Aires.
Tucumán, La Pampa, Salta, La Rioja, pero también Mendoza, Misiones, Santiago del Estero, Chaco, Entre Ríos.
Con sus gobernadores que se atragantaron. En expresiones de fidelidad líquida hacia La Doctora.
Consolidaban el cordón sanitario sobre Scioli, Aire y Sol I.
Llegaron al Mangrullo para completar la parábola y atragantarse, también, de pronto, en expresiones de solidaridad líquida.
Ahora hacia -quién iba a decirlo- Scioli.
Entre un atragantamiento y otro transcurrió, apenas, un hecho político.

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