La Doctora y los Buscapinas

escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial

Estadio de Vélez Sarsfield. 27 de abril de 2012. La consigna es “ni un paso atrás”. Se destaca el cartel estratégico: “Aguante Morocha”.
La Morocha, la señora presidente Cristina, La Doctora, acababa de cometer la catastrófica decisión de expropiar YPF por cadena nacional.
El desastre derivó en el segundo gran error del segundo mandato.
Sin la auditoría del extinto Néstor, El Furia, el primero de los errores fue la designación, como compañero de fórmula, de Amado Boudou, El Descuidista.
En el colmado Vélez, en plena actitud de onanismo eufóricamente colectivo, La Doctora se dispuso a construir las claves del tercer gran error. El definitivo.
La gestación del gran movimiento de incondicionales. Los Unidos y Organizados. Formidable amontonamiento de sellos integrados por los heroicos buscapinas que iban a acompañarla en la epopeya de “ir por todo”. Hasta el foso, sin ir más lejos, de la actualidad. Pero para continuar con el onanismo del relato, en una atmósfera de auto-celebración, en el Mercado Central. Donde se tributan méritos por haber creado “seis millones de puestos de trabajo”, haber disminuido la “pobreza extrema”, mientras atacan a todos los desestabilizadores que, para ser francos, no les creen tantos indicadores truchos.

El núcleo era, en el fondo, un buen producto. Vendible. La Cámpora.
Un artificio burocrático inventado por Néstor, en su condición de presidente consorte. Para atribuirle algún tipo de liderazgo a Máximo, En El Nombre del Hijo. Con ambiciones lícitas de transvasamiento generacional. Kirchner-cristinismo puro, con un lejano origen aceptablemente peronista, para encarar la depuración étnica de los elementos tradicionales del aparato. Peronistas que debían pasar a un segundo plano.
Sindicalistas como Hugo Moyano, El Charol. Justamente una de las tres patas del trípode con que la pata principal -El Furia- logró conquistar la hegemonía. Y mantener la Argentina entera a sus pies, con sus empresarios en actitud de súplica, deseosos de cercanías.
La pata restante del trípode la ocupaba Héctor Magnetto, El Beto.
Significaba que El Furia podía dedicarse tranquilamente a la masacre cotidiana de la recaudación. Iba a mantenerse, en el plano secundario, al hoy hostigado Lázaro, El Resucitado. Como la orgiástica obra pública, con el dinero-ducto que se extendía desde la vialidad hasta la vivienda. Con el festín obsceno de los subsidios y sus espiritualidades que efectivamente ascendían. .

Si cuesta que entiendan, hasta hoy, las razones de la hegemonía alcanzada, cuesta aún más que se expliquen los motivos de la caída. Ampliaremos (sólo si viene al caso).

Los Buscapinas

En cierto modo La Cámpora nace como consecuencia del fracaso anterior de Compromiso K.
De cuando El Furia quiso tener su grupo personal de buscapinas incondicionales, que le permitieran no entregarse a la dirigencia tradicional del peronismo. Un ex Movimiento que aspiraba a convertirse, apenas, en un Partido Vegetal. La Doctora pudo finalmente completar la hazaña.
Pero la incondicionalidad del olvidado Compromiso K fracasó por las querellas presupuestarias que solían desgastar al Pilo Asset, del sur, y al correligionario Porcaro (un radical kirchnerizado que clama por un poco de iluminación).
A La Cámpora, pronto una Agencia de Colocaciones, la acompañaba un conjunto interminable de sellos que ni merecen ser chicaneados.
Basta con rescatar, sobre todo, al Movimiento Evita, del algo distante Pérsico, El Heladero, y El Chinito, El Próspero. Entre sus mezclas de sabores lo contiene a Jorge Taiana, El Inadvertido, el militante que pasó de canciller a concejal.
O el Grupo Kolina, desde donde aún dilapida fondos la señora Alicia, La Fotocopia. A través de la canaleta por donde se derraman los billetes que se desperdician escandalosamente desde el Ministerio de Desarrollo Social. Con los cientos de miles de subsidiados que votan, en bloque, sentimentalmente, de manera casi unánime, por Sergio Massa, La Rata del Tigre, Aire y Sol II.
Por portación de rostro, La Doctora, según nuestras fuentes, no debe echar a La Fotocopia.
“¿Cómo te parece que va a rajar a una Kirchner del gobierno?” exclama la Garganta. “La mantiene, aunque no sirva para nada”.
Al no poder echarla, La Doctora se dispone, según nuestras fuentes, a vaciarla. Arrancarle competencias. O encajarle a Larroque, un camporista que por su preparación y sus maneras debería ser canciller.
Desde que se le fue Berni, El Licenciado Serial, Alicita está casi tan desconcertada como el propio Berni. Que se designó a una inofensiva Cecilia, como supuesta ministra a la carta, y ahora se atreve, incluso, a criticarlo. Y hasta a disentir.

Onanismo colectivo
Aquel “ir por todo” implicaba, por supuesto, la utopía de la Cristina Eterna. Mecanismo conceptual que reclamaba la diputada Diana Conti, Fernet con Coca.
En el éxtasis del magno retroceso, junto al diputado Carlos Kunkel, El Cacheteado, la Conti va por los límites a la protesta social. Debe ser criminalizada porque las protestas, en adelante, se les vienen en contra.
Dos años después, en plena etapa lazarista del cristinismo, para colmo se paga de más por aquel horror confiscatorio de YPF. A los Titanes Catalanes se los va a tapar de billetes, pero con gesto humillante. Y con la certeza de saber que será un clavel para que lo paguen las próximas generaciones. “Pelito para la vieja”.
Hoy se llega al extremo de desgastar, incluso, a aquel soberbio Axel Kicillof, El Gótico, el mismo que iba a cobrarles a los Titanes Catalanes por el daño ambiental. Con la aplicación del ajuste que ni siquiera asumen. Y declaran, por si no bastara, inexistente.
“¿De qué ajuste habla la prensa concentrada?” se queja un camporista franco, en el onanismo colectivo del Mercado Central, frente a un micrófono de CN 23, de Sergio Szpolski. Es el duro empresario escogido para suplir, nada menos, que a Magnetto.

Desde la política, con el rabo entre las piernas, tanto La Doctora como los Buscapinas sólo pueden, todos juntos, tratar de condicionarlo a Daniel Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol. Acotarlo, estampillarle como vice a un nuevo Mariotto, y llenarle las listas de diputados propios.
A pesar de todo, Scioli es el más presentable de los que La Doctora cuenta para sucederla. Aunque lo detesten –a Scioli- los carteristas inmolados de Carta Abierta. Y en sus solemnes sesiones de onanismo colectivo, registradas en la Biblioteca Nacional, se lamenten por la magnitud del fracaso.
“¿Cómo se les pudo ir todo tan rápido a la m…?” pregunta la Garganta.
No obstante, La Doctora, según nuestras fuentes, ya le hizo saber a Scioli que será el sucesor.
Aunque, para facilitar la digestión lenta de los buscapinas que la rodean, va a promover a otros presidenciables. A los efectos de proseguir con la faena de “esmerilar” a Scioli.

Como Sergio Urribarri, El Padre del Marcador de Punta. Es quien compra el cristinismo entero “llave en mano”.
Urribarri es el responsable también de la designación de Galluccio, El Mago (según Tía Doris) al frente de YPF.
Pero Tía Doris ya no sabe cómo asegurar la permanencia de Galluccio al comando de YPF. Así el próximo presidente sea Massa (que se hace el desentendido) o Macri (ídem).
Será porque en YPF hoy temen, razonablemente, que Carlos Bulgheroni quiera ocupar también el despacho del último piso de la torre de Puerto Madero. Como si YPF fuera otro quiosquito más. De los tantos. Como si Bulgheroni no se encontrara justo en el centro de la mira de la SEC americana. Securities and Exchange Commission de Estados Unidos. Por una circunstancia que atormenta a todos los que mojaron la cometa con el Dragón del Cerro. Extinto incluido. En la operación cometeril más gravitante, según nuestras fuentes, de América. Con una ampliación explotadora, a favor de Los Bulgheroni, hasta 2047. Aguante PAE. Pan American Energy, con El Dragón del Cerro. ¿Ampliaremos?
Otro presidenciable es Florencio Randazzo, El Loco, que se anota en la grilla. Para su campaña sería conveniente que no ocurriera el menor accidente ferroviario.
Aunque Randazzo sabe –como Domínguez, El Lindo Julián- que tiene el techo, para nada desdeñable, de la provincia de Buenos Aires, La Inviable.
El último presidenciable presunto es Agustín Rossi, El Chivo.
Fue puesto como Ministro de Defensa sólo para encontrar una salida a la interna de Santa Fe. Pero Rossi, hasta aquí, ni siquiera logró el apoyo de su jefe inmediato.
Es el general César Milani, El Irresistible Seductor de Sexagenarias. Al cierre del despacho Milani aún no amaga con presentar ninguna candidatura.

La política swinger

Escribe Oberdán Rocamora  -  Redactor Estrella, especial para JorgeAsísDigital

 

Frente UNEN. Las presencias se destacan por la ausencia de Macri.

Si las presencias se destacan por una gran ausencia, están en problemas.

En efecto, el protagonista fundamental, en el lanzamiento del Frente Amplio-UNEN (FAU) fue el gran ausente. Mauricio Macri, El Niño Cincuentón.

Con las invalorables luminarias que presentaron en el escenario del Teatro Broadway pudo gestarse un excelente acontecimiento social. Abundante material, entre sus reconocidas figuras, para producir cuantiosos meses de emisiones televisivas de cable. Pero el amontonamiento de presidenciables no basta, de ningún modo, para ganarle al peronismo.

Bien de ausencia. Mauricio fue quien más se hizo notar en el eufórico lanzamiento del FAU, frente que nació partido.

Tajeado entre los que no lo quieren adentro al Niño Cincuentón. Y los que quisieran pactar. Impulsados por el objetivo apasionante que legitima la militancia política. La conquista del poder. Ganarlo. O sea: despojárselo a quien lo detenta.

 

Partidas simultáneas

“Hay que especializarse y jugar partidas simultáneas, como en el ajedrez”, confirma la Garganta. Un Sofista sabio. Debe entonces operarse en diversos tableros al mismo tiempo. “Al estilo Najdorf”.

El Sofista, a su manera, coincide con los lineamientos del Portal, que llega a la delirante conclusión de que la actividad política, en la Argentina actual, adquiere la modalidad del Club Swinger. De los contados que abundan secretamente en la Buenos Aires adulta, discreta, sofisticada.

La política swinger permite explicar que cualquiera, en el juego por llegar a calzarse la banda, puede terminar con cualquiera.

Todos hablan con todos. Al amparo consensual del diálogo. Como si fuera una interminable cena de la ONG Conciencia.

La insustancialidad imperante facilita las conjeturas. Se mantiene algún resabio del tradicional “baile de la escoba”. La modernidad del club swinger remite a la “cambiadita”, como se la llamaba en el suburbio, medio siglo atrás.

 

Macri-Sanz

Para terminar con la agobiante hegemonía del peronismo, que representa el lugar común “del pasado”, se instala la necesidad del acercamiento entre Macri -líder del PRO, expresión institucional del macricaputismo- con los radicales. La fusión de un buen candidato sin esqueleto (Macri) con el esqueleto del partido centenario que no tiene aún su candidato. A Sanz, La Esperanza Blanca, no le alcanza, y a Cobos, El Cleto No Positivo, no comienzan a quererlo ni valorarlo, como -acaso- merece.

Cualquier periodista deportivo, a esta altura, ya se atreve a esbozar la fórmula posiblemente imbatible. Es Macri-Sanz.

“En segunda vuelta, con esa fórmula, nos la ponen”, confirma un peronista, pero a los peronistas no hay que creerles.

Aunque trascienda que tanto Macri como Sanz mantienen también sus canales respectivamente simultáneos con el ascendente Sergio Massa, la Rata del Tigre, Aire y Sol II.

Para colmo, en el centro del boliche swinger, Massa tiene que desautorizar -aunque sin cerrar del todo la puerta- a los voluntaristas que proclaman, en nombre del peronismo, la necesidad de acercarse y pactar con Daniel Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol I.

Entre ambos, Scioli y Massa, se reparten la sustancial provincia (inviable) de Buenos Aires. Donde a Macri le cuesta instalar algún fortín satisfactorio, como para competir con los malones.

Más allá de la aceptable abnegación de la señora María Eugenia Vidal, La Chica del Flores de Carriego, y de las proyecciones de Jorge Macri, El Primo (que era) Pobre, que se propone arrimarlo a Macri con Massa. Como lo impulsa Ramón Puerta, El Experto en Simultáneas, y Diego Guelar, El Canciller sin Despacho.

Aparte, en la Buenos Aires Inviable, el conglomerado del FAU, todos sumados, no puede, con sus breves fortines, ni asustar ni defender a nadie.

Apenas tienen para mostrar a la admirable señora Margarita Stolbizer, La Buena Militante de su Casa, de repente estilizada. Ella hace forzados méritos para parecerse físicamente a Evita.

O tienen a Ricardito Alfonsín, Portador Sano de Bondad.

En el boliche swinger, Stolbizer y Alfonsín tampoco quieren saber nada con acercarse a Macri. Como si El Niño Cincuentón fuera el mal.

Y por supuesto tampoco quieren acercarse a Massa. Aunque Massa mantenga una relación públicamente entrañable con el joven radical Ramón Mestre, el alcalde de Córdoba, a quien querría llevar como copiloto en la fórmula presidencial. Massa-Mestre. Acaso para atenuar las ambiciones de Reutemann. Pero sobre todo para fortalecerlo a Mestre, según nuestras fuentes, en la interna radical de Córdoba.

 

Juez y el flit

Pero ocurre que Mestre está ausente, en el escenario del Broadway, sólo por la presencia casi inexplicable de Luis Juez, alias James Cagney. Otro gran maestro de partidas simultáneas, que casi ni tiene peones y ya no le queda ningún alfil. Pero Juez se transformó en el extraño paladín de la anticorrupción.

En el interior del boliche swinger, Juez lo masacra a Mestre. Le echa flit como consecuencia de las posibles salpicaduras en el derrumbe de una financiera.

Pero también duele mencionar los acercamientos swingers que se le atribuyen a Juez.

Tanto radicales como peronistas lo estampillan a Juez con las relaciones peligrosas que incluyen a Amado Boudou, El Descuidista (porque le facilita la cantidad de nombramientos en el Senado). Y con Zannini, El Cenador, que comparte con Juez la obsesión por destruirlo a De la Sota, El Cordobés Profesional.

Justamente fue por destruir a De la Sota que El Cenador entorpeció el ascenso, en el palo enjabonado, de Milton Capitanich, El Premier. Quien irrumpió para quedarse con el gobierno y lo convirtieron propio en objeto cruel de imitación.

Los entendimientos que subrayan los enemigos de Juez (delasotistas y mestristas) son perfectamente antagónicos con los intereses de la colección de presidenciables. Los que se entusiasman en el escenario, entre ellos. Aquí se destaca Fernando Solanas, El Dirigente Universitario, con ínfulas renovadas gracias al crecimiento de la señora Carrió, la Empresaria en Demoliciones.

Solanas, para espanto de Carrió, también le echa flit a Macri. Como le echa flit también Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto, que se muestra como el presidenciable natural. Sin siquiera impresionarse por la presencia de Carrió, con quien recíprocamente se detestan.

Y no sólo porque Carrió, en el juego swinger, promueva el acercamiento con Mauricio, en coincidencia con su también detestado Coti Nosiglia, El Richelieu. Y sin pasarle ninguna factura al ingrato de Solanas, al que sólo ella pudo, con su soberbia, hacer senador, y legitimarle la ficción actual de considerarse presidenciable. Como si fuera Binner, un Sanz más. Otro Cobos.

Cobos, a propósito, también saluda en el Broadway. Finge emocionarse con la masturbación colectiva, aunque no le escapa a la jeringa del acuerdo eventual. Con Macri. El que resultó, por bien de ausencia, el más favorecido en la velada del FAU.

El mito bacheletiano

escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial

Por más que se esfuerce en méritos, Daniel Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol, debe saber que los cristinistas empecinados (que juegan con el poder a fondo) nunca lo van a aceptar como sucesor. Aunque apoyarlo hoy sea la opción más recomendable.

Se percibe cierto atisbo de injusticia en el rechazo. Sienten que Scioli no les pertenece.
Pero es la noción de la pertenencia lo que hace que Scioli, paradójicamente, pese a sus diferencias permanezca “en el espacio”.
Tiene el derecho legítimamente adquirido de ser accionista fundamental del kirchnerismo en declinación que, para colmo, lo desprecia.
Consta que Scioli, con su Aire y su Sol, estuvo los once años y les juntó votos. Fue electo vicepresidente de Néstor Kirchner, El Furia, en 2003, y votado para gobernador de la provincia (inviable) en 2007, junto a Balestrini, y 2011, junto a Mariotto, El Calabró de Llavallol. Aparte participó activamente de las catástrofes. Por ejemplo no se perdió ninguna de las sobreactuaciones grotescas y multitudinarias derivadas del enfrentamiento “con el campo”. Y hasta se incineró con El Furia, en la aventura atroz de las candidaturas “testimoniales” de 2009. Cuando ambos fueron vencidos por el supermercadista Francisco de Narváez, repentinamente transformado en El Caudillo Popular.
Fueron demasiados aportes y presencias las de Scioli, para que ahora pretendan desprenderse de su sonrisa optimista. Como si fuera una mucama deficiente y cara, que no terminó de aprehender los hábitos de la casa.
La Doctora y sus esmeriladores parten de una certeza bastante atendible. La de creer que si Scioli se desprende de ellos “ya no tiene adónde ir”. De manera que debe aguantar lo que sea para quedarse.
Es tarde para arreglar con Sergio Massa, Aire y Sol II. Y lograr el acercamiento romántico que reclama Eduardo Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas). En nombre de la unidad del peronismo imaginario, hoy en situación de vegetal.
Pero también es tarde, sobre todo, para que Scioli intente armar algo parecido a la “fuerza propia”. Es decir, que no sea compuesta sólo por sus funcionarios.

Significa confirmar que Scioli hoy es el candidato más potable para ser apoyado por la mayoría de los gobernadores justicialistas que se encolumnan, sin gran convicción, con La Doctora.
Si golpea el puño sobre la mesa y dice ¡basta!, si se emancipa de La Doctora -como pide la tribuna- Scioli vale menos que aferrado a ella.
Hasta los “gobernadores atragantados” del PJ Vegetal, los que hoy lo valoran a Scioli con simpatía, aguardan la señal de La Doctora, para avanzar en mayor definición.

Conflicto unilateral

Extraño conflicto unilateral. La Doctora se obstina en hostigarlo a Scioli mientras Scioli se obstina en que La Doctora lo acepte.
Ella lo esmerila a través de los cristinistas mientras él procura aprobación en la diferencia. Y simula normalidad. Ausencia de conflicto, aunque esté tan visible como latente. Ante el desborde contenido de los normales de verdad, que contemplan, desde la tribuna, el espectáculo del esmerilamiento. Y le pierden el respeto al gobernador. Como si necesitaran emocionalmente que Scioli dé el golpe en la mesa con el puño, y diga “por qué no se van a la…”.
Perfecto, pero después del desahogo, en todo caso, ¿qué hacer? ¿Cómo sigue la historia?
Para entender las claves del Milagro-Scioli hay que coincidir en que Scioli sólo puede hacer exactamente lo que hace. Hasta ahora, tan mal no le fue.

Temperamentales

El estado de esmeril permanente se convierte en la antesala permanente del estallido que nunca ocurre.
La tribuna aguarda la reacción temperamental de Scioli. Aunque la rutina del esmeril sólo puede soportarse por la capacidad de aguante, que es el rasgo primordial de su temperamento.
Por los atributos semejantes Aire y Sol I llegó hasta aquí. A través de la ideología del vitalismo y el positivismo de la comunicación. Con “fe y esperanza y siempre para adelante”. Y se dispone a participar de la discusión final. Junto a los dos protagonistas que hegemonizan la miniserie. Sergio y Mauricio.
Por último, Daniel descuenta que los cristinistas lo provocan para estimular su reacción, pero sólo para castigarlo después con una virulencia superior, por el hecho de haber reaccionado. O haberse diferenciado, con cualquier fotografía. O con un planteo previsible sobre Seguridad. Ya ensayado por Ruckauf. Incluso, con Felipe Solá.

Aunque La Doctora, hasta el cierre del despacho, no encuentre otro postulante superior para disputar por la herencia envenenada. Alguien mejor preparado para defender, en campaña, “los trapos del kirchner-cristinismo”. La certificación de la derrota anunciada.
Lo que también debe saber Scioli, a esta altura, es que contar hoy con la aprobación oficial representa la garantía para salir tercero cómodo. Pero el hombre apuesta por los milagros de la fe.

Urribarri compra llave en mano

Mientras se dilata la definición del conflicto unilateral, La Doctora facilita que se le brinde un poco de rodaje a Sergio Urribarri, El Padre del Marcador de Punta.
Pero Urribarri arrancó mal, por la mala suerte de la cosechadora. Por el quebranto del improvisado fabricante de maquinarias truchas. Derivó en el último papelón de La Doctora. Confiada en los inventos de Moreno, la pobre se subió a la cosechadora para promover los avances de la nueva industria argentina, paradigma del modelo desarrollista de inclusión.
Sin embargo es injusto facturarle a Urribarri el costo del papelón.
Para conseguirse el apoyo del cristinismo declinante, el abnegado Urribarri decide comprar el paquete entero del kirchnerismo, llave en mano.
Se desplaza hacia Santa Cruz, y hasta visita el diario de Lázaro, El Resucitado, que viene incluido en el paquete (y también se enfrenta al destino lúgubre del fabricante de cosechadoras).
Entusiasmado con la ciega compra “llave en mano”, Urribarri se compromete a mantener, en sus empleos, a los mismos ministros irrelevantes y secretarios de estado que hoy se destacan como vibrantes aplaudidores, complementarios decorativos de “los pibes para la Liberación”.

Pero Urribarri no es el problema de Scioli. Tampoco lo es Sergio y mucho menos lo es Mauricio.
El problema principal Scioli lo conserva con La Doctora, que se clausura en su rencor unilateral. Con la fantasía estratégica de cumplir el mito bacheletiano.

Final con Bachelet

Entonces continua activa la línea medular que baja La Doctora. Fue descripta en “El Enemigo, El Sucesor y el Esmerilado”.
El objetivo consiste en detener, como sea, el avance de Sergio, El Enemigo.
Y si quien llega hasta el final es Daniel, El Esmerilado, que se desangre hasta la llegada como portador de una contradictoria fragilidad.
Para que El Sucesor sea, preferiblemente, Mauricio.
Brinda Mauricio un perfil adecuado. Como próximo adversario deseable. Más conveniente que Hermes Binner, El John Wayne de El Hombre Quieto, que le disputa la franja presentable de la izquierda.
De lo que se trata es de apostar por la ceremonia del regreso. Como el regreso triunfal de Michelle Bachelet, en Chile.
Para que se cumpla con el mito bacheletiano, La Doctora necesita de un Piñera que se sitúe a su derecha, que recomponga el desastre de la economía y que admita el floreo cómodo de una oposición de izquierda. Es Macri quien se parece más a la estampa de ese ideal.
Pero no hay que confundirse. Si La Doctora lo prefiere a Macri, como Sucesor, es para que se encargue del ajuste real y masacrarlo después, desde la oposición.
De lo que se trata, también, para cumplir con la epopeya del mito bacheletiano, es de evitar otros encierros. Otras clausuras. Tema de próximas entregas.

Entre Tigre y Barracas

escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial

De los tres personajes de “Mauricio, Daniel y Sergio”, consagrada miniserie del portal, el que la tiene peor es Daniel Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol I. En simultáneo es también quien la tiene mejor.
Peor, por los esmerilamientos perceptibles que el positivista debe soportar. Trabas innumerables que La Doctora suele plantarle. Con la invención de los rivales internos y la agitación de conflictos gremiales que logran el propósito de desgastarlo. Pero que al mismo tiempo lo consolidan. Dialéctica pura. El desafío de explicar a Hegel a través de Scioli, y la ideología del vitalismo milagroso. Aire y Sol.
Mejor porque, si Daniel llega al final, es por el respaldo plácido del Partido Justicialista Vegetal (PJV). En adelante, tiene sólo que dejarse llevar por la propia estructura que le facilita el trabajo territorial.
Los “gobernadores atragantados” hoy pueden ayudarlo a Scioli a salir segundo con decorosa indignidad. Aunque mantiene reservas “de fe y de esperanzas”, para ser el primero. No obstante las encuestas, al cierre del despacho, hoy no lo favorecen (ampliaremos con un próximo estudio de Consultora Oximoron).

Casualmente, es la estructura (la que tiene servida Scioli, con el PJV), lo que les falta armar a Sergio Massa, Aire y Sol II, y a Mauricio Macri, El Niño Cincuentón. La cuestión transitoriamente se simula con la prioridad de la televisión, que es, en definitiva, lo que más importa hoy en política. Comunicar, aparecer, decir. Para ser. Ontología que lo hubiera desconcertado a Heidegger.
Otro desafío: explicar a Heidegger a través de Massa y Macri.

La Renovación de la Permanencia

Uno, Sergio, titular de la Franja de Massa, el cuadro mimado por las encuestas, se proyecta desde el Frente Renovador. Así se proponga, en la práctica, a renovar la permanencia. Junto a un combinado de patriotas que revolotean a su alrededor y se enrolan detrás del carisma.
El conjunto massista recrea alguna nostalgia del menemismo. Como aquel Menem del 88, pero sin patillas rosistas ni ropa brillante.
Pero Sergio les hace creer a todos los enrolados en la Franja de Massa que les hace caso. Incluso, que los toma en serio, aunque en realidad, según nuestras fuentes, el muchacho apenas si le hace caso al influyente “malenismo”.
Pese a la presencia tutelar de Tito Lusiardo, alias Juanjo, el jefe de la campaña de Sergio es Sergio.
Y el massismo, o sea la Renovación de la Permanencia, es, hasta hoy, lo que dice o hace Sergio y su circunstancia. A través de sus acertadas sobreactuaciones que lo colocan en el primer plano. Evidencia que habilita el admirable armado de filas de empresarios emocionados, que lo surcan para ofrecerle sus aportes generosamente espirituales.

El caputismo-macrista

El otro, Mauricio, adopta el cuento ameno de la Tercera Vía, y se proyecta a través del PRO, agrupación gerencial que sostiene el macri-caputismo, que se transforma en caputismo-macrista.
Con su tácito diagrama vertical, que los mantiene, allá arriba, a los amigos de la vida. Mauricio, El Niño Cincuentón, y sobre todo Nicky, Numerario de la Logia Neumann.
En un peldaño visible, situado más abajo, se encuentra el imaginario caudalosamente agotable de don Jaime Durán Barbas, El Equeco. Con su arsenal numerológico de encuestas de entrecasa y los efectistas “focus groups”. Es el rebusque que imponen los consultores como de gran utilidad -sobre todo para facturar- y que le preparan a El Equeco sus dos colaboradores. Productores de las enseñanzas estratégicamente medulares que aplica Marcos Peña, El Perfil Bajo Bajito. Mientras Horacio Rodríguez Larreta, El Carismático de Pompeya, instrumenta la acción del gobierno local que sacó chapa de buena gestión con la magia del MetroBus. Aparte, El Carismático de Pompeya distribuye los diversos lineamientos para el resto de los gerentes encuadrados. Los que suelen dedicarse a criticar interiormente los deslizamientos nacionales que se le ocurren, con suerte relativa, al inspirado Emilio Monzó, El Diseñador. A veces en tandem con Humberto Schiavoni, El Desarrollista Moderno.

Mientras tanto Mauricio pregona los atributos especulativos de la Tercera Vía por donde interesa. Los medios de comunicación. Como la señora Gabriela Michetti, La Princesa de Laprida, y la señora María Eugenia Vidal, La Chica del Flores de Evaristo Carriego.
Pero trasciende que El Niño Cincuentón hoy se siente tironeado. Tentado, operado, por las posturas severamente antagónicas.
Una, la más notoria, lo instiga a cesar seducido por las teorías que aluden al inevitable turno (engañoso) del “no peronismo”. Le admite alucinar con los cantos de sirena nutrida, como los salmos mediáticos de la señora Elisa Carrió, La Empresaria en Demoliciones (que nunca sabe qué hacer con los escombros que produce). O por las incitaciones inteligentes de Oscar Aguad, El Radical Amarillo, o del pragmático Coti Nosiglia, el Ex Richelieu que mantiene el exclusivo objetivo de ganar. Y colmar a su partido de psicopedagogos y abogados de concejales, intendentes, legisladores. Para conformar el ogro indispensable del aparato.
La movida consiste en lograr que Mauricio pueda ser finalmente aceptado por la progresía inmaculada de UNEN, amontonamiento que prepara su próximo recital para el 22 de abril. Aunque no puedan desprenderse de las imágenes desastrosamente tutelares de Álvarez, El Chacho, y de Fernando de la Rúa, El Reivindicado, aunque no se atrevan a reivindicarlo (ampliaremos).
Pero aún Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto, suele echarle el antiguo flit a las ambiciones presuntas de Macri. Como le echa también flit Fernando Solanas, El Dirigente Universitario.

Entre Tigre y Barracas

Pero otra postura lo tienta, a El Niño Cincuentón, a “arreglar con Sergio”. Una idea que La Doctora -de repente una dama cordial- nunca toleraría.
Sergio es, precisamente, el problema principal de Mauricio. Aunque también Sergio podría ser también la solución. Para ambos. Si se entienden, como ya se entendieron en 2013, se resolverían dos territorios fundamentales.
Uno, Buenos Aires, la provincia (inviable), el bastión de Sergio.
El otro es el Artificio Autónomo, el bastión de Mauricio.
Trasciende que el ex gobernador Ramón Puerta, y presidente por tres días, extiende un activo puente automovilístico entre las nuevas oficinas de Tigre, donde atiende Massa, y las de Barracas, donde atiende Macri.
Avanza, entre Tigre y Barracas, en la extraña gestación de una interna nacional, a los efectos de consagrar la fórmula Massa-Macri, o Macri-Massa.
Ambos, mientras tanto, se diferencian (siempre por los medios). Se dedican alguna chicana, pero mantienen la alternativa en carpeta. Sin intentar cerrar nada, por lo menos hasta después del mundial de fútbol.

Territorios

La cuestión de la capital. Para constar en actas, Sergio armó un acto con figuras relativamente movilizadoras. Como Alberto Fernández, El Poeta Impopular (que oportunamente fue al Tigre para negociar en nombre de Scioli pero prefirió quedarse). De Alberto Iribarne, El Embajador que no Fue, y Daniel Arroyo, Ex Alicista.
Tres ex funcionarios del cristinismo, como Sergio. Perfectamente pueden pasar todos como grandes “renovadores de la permanencia”.

La cuestión de la provincia (inviable). Si arreglan, Sergio resolvería el dilema político-familiar que se le presenta a Mauricio con Jorge Macri, El Primo (que era) Pobre, hoy mini-gobernador de Vicente López.
Aparte podría blanquearse, de una vez por todas, la excelente relación triangular que Sergio mantiene con Rodríguez Larreta. Al extremo de asegurarse (casi) que el Carismático de Pompeya es el hombre ideal de Sergio para el Artificio Autónomo.
Aparte, a Mauricio se le ahorraría el esfuerzo titánico por armar algo trascendente en la provincia (inviable). Problemática que dista de resolverse sólo con declaraciones en emisiones de cable y los focus de El Equeco. En el intento conquistador, hoy sacrifican a la vice jefa de gobierno, La Vidal, la chica que evoca a Evaristo Carriego.

Final con flit

Lejos está el Portal de hostigar el entusiasmo de Ramón Puerta (que se recupera de una operación brutal para destruirlo, impulsada desde el máximo nivel y por cadena nacional, con denunciantes sobornados que se arrepienten). Pero en los alrededores de Sergio y de Mauricio se encargan de tirarle espeso flit a su idea superadora. Para enturbiar el puente entre Tigre y Barracas.
Si los consultan, Sergio y Mauricio lo van a desmentir, dirán “son locuras de Puerta”. Como corresponde a dos políticos que aprendieron el oficio.

Por otra parte, Sergio aguanta también las operaciones bien intencionadas de Eduardo Duhalde, El Piloto de las Tormentas (generadas).
Duhalde quiere acercarlo a Sergio, en cambio, con Daniel. En nombre de la unificación del peronismo superador.
Una idea que recibe flit, según nuestras fuentes, desde todos los costados.

Se viene la franja de De la Sota

escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial

“¿Qué hacemos aquí?”, preguntó José De la Sota, El Cordobés Profesional -según la Garganta- al colega gobernador Beder Herrera, El Eduardista.
Pares que fueron convocados por José Luis Gioja, El Flaco que Vuelve. Para el asado del reencuentro, en Remonta y Veterinaria.
(Otro gobernador creyó que se trataba de un club social. Desconocía a Remonta como dependencia del Ejército).

Churrascos castrenses

El “aquí” es el Partido Justicialista, para el Portal el PJV. El agregado es la “v” de Vegetal
Sin embargo, De la Sota persistió en el asado militar. Como El Beder, o el pobre Pérez, El Paco, incluso Daniel Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol. O Gildo Insfrán, El de la Provincia Escriturada.
Padecieron, por relativa educación, la melosa perorata de Jorge, El Distraído.
Es -Jorge- el gobernador de La Pampa que supo clavar la garrocha, para elevarse desde Santa Rosa.
De depender de Verna, El Rebelde, Jorge saltó en garrocha hacia el cristinismo más tenaz.
Con la portación sana de fervoroso cristinismo Jorge pareció competir, en la materia, con el ausente Sergio Urribarri, El Padre del Gobernador de Punta.
Es -Urribarri- el precandidato presidencial que cuenta con el discutible atributo de ser un desconocido. Aunque bastante original. En vez de trasladarse hacia la última moda de Nueva York (como Massa, Scioli, Urtubey y Macri), el entrerriano prefirió iniciar el proselitismo geopolítico en China.
Entre los chorizos, las mollejas y los churrascos castrenses, los gobernadores debieron padecer, por si no bastara, también a José Alperovich, El Ruso del Camello.
Está irreconocible -Alperovich- desde que se bajó del camello de Dubai. Junto a su esposa, la senadora Rojkés, La Desplazada.
Ocurre que Rojkés debió ceder compulsivamente el sitial del privilegio sucesorio. De un tucumano el sabot pasó justamente hacia el rival cultural santiagueño.
Hacia Gerardo Zamora, El Neo Juárez, Radical Kash que aporta, al esquema cristinista, tres senadores invalorables, más siete diputados.
Hasta la siesta de Santiago del Estero hoy consolida el sueño del cristinismo.
Para colmo, Alperovich cree tener resuelto el dilema de la propia sucesión. Bien atada. Consiguió la luz verde de La Doctora para postularlo a José López, El Neolopecito.
Es -López- un viejo crédito del Portal, desde los inicios. El Neolopecito es un baluarte del negocio de la vivienda. Debería confiar en que nadie, en adelante (ni Lanata ni Nico Wiñaski ni Alconada) se le introduzca entre los abnegados sobreprecios del sistema recaudatorio. Fue particularmente desfachatado desde los inicios del modelo productivo. No olvidar el desayuno de trabajo en el Hotel Intercontinental, para presentar el “encargado de los asuntos especiales” (ampliaremos, sólo si viene al caso).
Lo que sorprendió, en cambio, fue el cristinismo tardío y repentino del gobernador Urtubey, El Bello Otero. Como si el salteño quisiera preventivamente desprenderse de la onda expansiva que lo vincula, acaso a su pesar, al diablo Sergio Massa, Aire y Sol II. A través de la orientación medular de la señora Graciela Camaño, La Negra.
Como Urribarri, El Bello Otero amaga también -por supuesto desde Nueva York o Washington- con disputarle la sucesión del modelo transformador a Scioli, quien, si aún se sostiene, es por un milagro. O por su infatigable vocación para poner rostro de mármol e ir “siempre para adelante, con fe y esperanza”, Aire y Sol, Coppertone para Todos (cliquear). Aunque lo hostilicen desde la totalidad de los frentes disponibles. El docente gremial, en primer plano.

El redil del PJV

Hasta que llegó Milton Capitanich, El Premier
Es -Capitanich, El Montenegrino- el gobernador que desembarcó como presidenciable, desde Chaco a Buenos Aires, para producir pronto la decepción más conmovedora de 2013. Hasta transformarse en un maestro de ceremonias. Y estabilizarse en la meseta actual, en carácter de locutor.
El Premier llegó -como se sabe- acompañado del interventor Carlos Zannini, El Cenador, justamente el causante fundamental de su desventura. Consta que la declinación de Capitanich comenzó, para ser exactos, cuando no puso las virtudes del coraje que correspondía, durante la crisis policial de Córdoba. Fue cuando Zannini convenció a La Doctora acerca de la inconveniencia de enviarle gendarmes para ayudar a De la Sota. Se le incendiaba la provincia, pero con el beneficio colateral de acabar con un fuerte opositor. E intervenirle Córdoba.
La irresponsabilidad fue compartida entre El Premier, El Cenador y La Doctora. Pero finalmente lo victimizaron los tres juntos a De la Sota, que debió ponerse las pilas y ocuparse en pleno de Córdoba.
Pudo sobrellevar el incendio y tomó más distancia aún del cristinismo. Aunque, en simultáneo, pugnara por resolver los temas pendientes entre Córdoba y la Nación. Y activar los juicios que se encuentran debidamente estancados en la Suprema Corte. De los que dependen muchos mangos para su provincia.
El ingreso de Zannini y Capitanich desbarató el ostensible esfuerzo que compartían los unificados Gioja y Scioli. Consistía en acercarlo a De la Sota, hacia el redil del PJV. El partidito vegetal que invariablemente va a ser presidido por Fellner. Premio a la constancia, y a la meritoria carencia de ambición.
“¿Que c…hacemos aquí?”, confirma la Garganta que preguntó otra vez De la Sota.
Porque descuenta, según nuestras fuentes, que el manejo cristinista de este PJV sólo le deja una alternativa. Irse. Escaparse. A los efectos de armar algo diferente. Un proyecto que, como corresponde al Cordobés Profesional, ya lo tenía armado. Pensado desde mucho antes de los churrascos castrenses.

El efecto de la Iglesia

Irse del PJV de ningún modo significa irse del peronismo.
Con admirable firmeza, desde las tradicionales vueltas a la rotonda, Massa supo armar La Franja de Massa. A través de la invención del Frente Renovador, para salir por fuera de la estructura del PJV. Pese a las intenciones de evitarlo de Eduardo Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas). Alucina Duhalde con la receta imposible. “Massa gobernador/Scioli presidente”. Tortitas negras.
Se viene la Franja de De la SotaDe la Sota también, según nuestras fuentes, se propone la gestación de un invento similar. La construcción del proyecto presidencial a partir de otro sello menos relevante. De los tantos sellos respetables que se ofrecen en alquiler, y no precisamente en liquidación. A los efectos de llevar adelante su manera presentable de entender al peronismo. Un fenómeno “social cristiano”.
Para aplicar -al verbalizado estilo Ruckauf- los lineamientos de la “doctrina social de La Iglesia”.
Con la diferencia que doce años atrás, cuando estaba vigente la sonrisa de Ruckauf, aludir al cuento de la Iglesia producía un efecto incuestionablemente menor.
Pero como definió el Portal, El Vaticano, hoy, representa un nuevo Puerta de Hierro.

La Franja de De la Sota, cuya creación se anticipa, incorpora un poco más de dispersión en la fragmentada cultura peronista. Y fortalece probablemente la creencia en que emerge el turno (engañoso) del no peronismo. Una suerte de ola irresistible. Macri-Sanz.
Para convertir a La Doctora, estratégicamente, a partir de 2015, en la jefa virtual de la oposición.

El candidato ideal

“Daniel, Mauricio y Sergio” Segunda época. 1

Lo conforman Massa, Scioli y Macri. Sumados, mezclados. Imposiblemente fundidos en uno

escribe Oberdán Rocamora

Trago largo

Juntar el carisma, la astucia, la audacia y la simpatía de Sergio Massa, La Rata del Tigre, Aire y Sol II.
Agregarlo al empuje, la perseverancia, la capacidad de resistencia y confianza en sí mismo que emerge de Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol I.
Mezclar ambas vibraciones personales con la imagen serena de futuro pendiente, de raciocinio y modernidad occidental que depara -acaso a su pesar- Mauricio Macri, El Niño Cincuentón.
Revuélvase. Agítese. Unas gotas de limón. Otras de tabasco, a discreción. Hojas de menta.
Sírvase con frialdad. Consumir sin moderación.

Osiris Alonso D Amomio
Director Consultora Oximoron

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Los jóvenes arrastran a los cerdos

Los de 30/40 desplazan a los de 60. Y envían a la reflexión a los de 70.

sobre informe de Consultora Oximoron
Redacción Final Carolina Mantegari

Quien arrancó con el cuento de “lo nuevo y lo viejo” fue Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, líder del Pro, expresión institucional del macricaputismo.
Con la línea, o la letra, bajada -acaso- por el pensador Jaime Durán Barba. Un anti-ideólogo que, a principios de siglo, no vacilaba en descalificar con la sentencia.
“X es un buen político, pero del siglo veinte”.

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Comisión liquidadora del cristinismo

Oficialización de presidenciables. Reaparición estelar de La Doctora.

escribe Oberdán Rocamora

Nada nuevo bajo el sol. Se viene la Comisión Liquidadora del cristinismo, anunciada en “La calle cerrada de la derrota”.
“Sin novedad en el frente”.
Sirve el título de la novela de Erich María Remarque para confirmar que todo aquello que debe decirse hoy, el Portal ya lo dijo.
País en repetición.
Se asiste a la oficialización de las previsibles candidaturas presidenciales.
En primer lugar de Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, precipitado en la parada, muy fortalecido por el notable triunfo de la señora Gabriela Michetti, La Princesa de Laprida.
Aunque aún formalmente no lo acepte, está lanzada también la aventura presidencial de Sergio Massa, Aire y Sol II. Es el principal ocupante de la centralidad.
Massa amplifica la victoria humillante, lograda en las PASO. Se catapulta desde la mini gobernación de Tigre hasta donde pueda.
Su revolución de mini-gobernadores consolida, en la práctica, un relevamiento generacional.
Una señal, apenas una advertencia, para los sexagenarios que se obstinen en cotizar sus experiencias.

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Más acá de la veda

Alivio para la sociedad. Final de la campaña.

escribe Oberdán Rocamora

Alivio. Culmina la campaña más insosteniblemente larga e insufriblemente monótona de la historia.
Se registra el cansancio moral de la sociedad por el desfile televisivo de los candidatos previsibles.
Salvo determinadas excepciones para concejales, la mayoría de los postulantes son demasiado conocidos. Al extremo de no sorprender.
De imposibilitar la espera de algo nuevo. Original. Lo que menos necesitan es tener un competente jefe de prensa.

Resta saber, en la provincia inviable, Buenos Aires, por cuánto ganará Sergio Massa, Aire y Sol II, a Martín Insaurralde, El Barrilete de Plomo. Por quien se juega -en defensa propia- Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol I.
El resultado remite a una cuestión meramente académica.
Oxímoron insiste. Con que Massa triunfe por un sólo punto, se trata de un resultado extraordinario. Pero van a ser -para Oxímoron- entre 8 y 10.

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Aire a Urribarri para retener a Scioli

Martingalas atractivas y delirantes del cristinismo en retirada.

escribe Oberdán Rocamora

Urribarri, Rocamora, el Elegido es Urribarri”, confirma la Garganta.
Para inflarlo con aire político, y retenerlo a Scioli. Mantenerlo cerca. Pegado.
La estrategia, en el fondo, es clara.
“Como un anillo”, diría Neruda. “Casi simple” como un patio, diría Parra.

Para acotar a Daniel Scioli, el líder de la Línea Aire y Sol, es necesario darle rodaje nacional a Sergio Urribarri, El Pato, o El Padre del Marcador de Punta.
El gobernador de Entre Ríos -que mantuvo la admirable confirmación electoral- emerge como la máxima garantía sucesoria para el cristinismo.
Es consciente Urribarri que la lealtad es un acto de la inteligencia que sirve, en definitiva, para escalar.
“El mérito de hacer buena letra. Y los deberes”. O sea, lo que le pidan. Estar presente, para acompañar y aplaudir.
Un mecanismo de lícita especulación que suele brindar réditos.
Aunque el entrerriano, según nuestras fuentes, sea frontalmente sincero.

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