Por: Mundo Asís
Oficialización de presidenciables. Reaparición estelar de La Doctora.
escribe Oberdán Rocamora
Nada nuevo bajo el sol. Se viene la Comisión Liquidadora del cristinismo, anunciada en “La calle cerrada de la derrota”.
“Sin novedad en el frente”.
Sirve el título de la novela de Erich María Remarque para confirmar que todo aquello que debe decirse hoy, el Portal ya lo dijo.
País en repetición.
Se asiste a la oficialización de las previsibles candidaturas presidenciales.
En primer lugar de Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, precipitado en la parada, muy fortalecido por el notable triunfo de la señora Gabriela Michetti, La Princesa de Laprida.
Aunque aún formalmente no lo acepte, está lanzada también la aventura presidencial de Sergio Massa, Aire y Sol II. Es el principal ocupante de la centralidad.
Massa amplifica la victoria humillante, lograda en las PASO. Se catapulta desde la mini gobernación de Tigre hasta donde pueda.
Su revolución de mini-gobernadores consolida, en la práctica, un relevamiento generacional.
Una señal, apenas una advertencia, para los sexagenarios que se obstinen en cotizar sus experiencias.
También está virtualmente lanzada la postulación presidencial de Julio Cobos, El No Positivo.
Como se descontaba, goleó en Mendoza con más de 20 puntos. A los radicales les va a costar, en adelante, obstinarse en negarlo.
Insertarse en jeroglíficos genéticos, para postergarlo.
Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto, con la certificación de su victoria en Santa Fe, agita también los pergaminos. Debe aprovechar la penúltima oportunidad para presentarse.
Si Binner avanza en negociaciones con Cobos, Macri, Solanas y Carrió, sólo depende de la inteligencia emocional de sus protagonistas.
Admitiría la gestación de un proyecto alternativo no peronista. Podría clausurar la dinámica perversa que impone un peronismo duro en reconocer el retroceso.
O la vulgaridad de la caída.
Scioli y la escrituración de la derrota
Macri, Massa, Cobos y Binner, son cuatro de los siete samuráis presentados en “De Aires, Soles y Terceras Vías” .
En cuanto a Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol I, queda riesgosamente envuelto en la derrota que se le transfirió.
Y la escritura porque, en gran parte -a “consciencia pura”, como en el tango-, le pertenece.
Pero conste que de ningún modo Scioli está para descartarlo. Para que se le extienda el certificado de inhabilitación.
O para descalificarlo definitivamente por no haberse ido con “La Franja de Massa“.
Para quedarse al frente de una escuadra desvencijada, con los protagonistas escogidos inicialmente para anularlo.
También queda “en forma” la señora Elisa Carrió, la Empresaria en Demoliciones, pero exactamente en un momento de construcción. De recuperación.
Carrió consigue la proeza de condecorar, como senador nacional, a Fernando Solanas, El Dirigente Universitario.
Tal vez Solanas va a amagar con sentarse en la mesa de los presidenciables junto a Binner, Cobos, Macri. Y la propia Carrió.
En realidad, uno de los escasos enigmas que debía clarificarse, en la elección sin sorpresas de ayer, consistía en averiguar quién iba a quedarse con la senaduría por la minoría en el Artificio Autónomo.
Si Solanas o Daniel Filmus, El Psicobolche.
Debe aceptarse que la pasión social, por dejarlo sin trabajo a Filmus, era exagerada.
Motivó que muchos jugados se forzaran en encontrarle méritos al Dirigente Universitario de extensa filmografía. Pero transformado en instrumento.
El “killer” del pobre Psicobolche.
Corazones destrozados
Resta la Samurai 7, La Doctora. La que encabeza la Comisión Liquidadora del cristinismo.
Como ya pasó el violento expresionismo de la derrota, se aguarda, en diez días, la reaparición estelar.
Espectacular, como si La Doctora fuera Madonna.
Justamente en una instancia en que el Frente para la Victoria tiene la moral por el subsuelo. Que besa la lona.
Sólo le queda, al cristinismo, el relato.
Y La Doctora es la única que mantiene la articulación oral para narrarlo. Aunque nadie, en el fondo, lo crea. Y la aplaudan en defensa propia.
De todos modos, en literatura, la manera de contar suele ser siempre valorable. Importa poco, en literatura, si aquello que se cuenta es verdad.
La atmósfera literaria se percibió en el palco de los “corazones destrozados”, como el hotel de Elvis Presley.
Los que pretendieron persuadir, a la sociedad, que estaban enteros y no habían perdido.
Porque eran “la principal fuerza del país”, mientras se detenían en la contabilidad de los diputados.
El espectáculo televisivo de los cristinistas eufóricos que merecían ser presididos por Boudou, El Descuidista.
Produjeron una fascinación grotesca, casi desgarradora. Se mostraban felices y cantaban, con “los corazones destrozados”.
En una negación de la realidad que asegura un lugar en la historia de la psicopatía colectiva.
El Gran Triunfador
Lo expuesto no debe atenuar, de ningún modo, el impacto de la victoria de Massa, Aire y Sol II.
Es el gran triunfador de 2013. Le birló el discurso a Macri. Desplazó de la centralidad a La Doctora. Postergó a Scioli, pero sólo después de legitimarlo.
Al mostrarse, en gran parte, como una fotocopia. De aquí el Aire y Sol II.
Es -Massa- el brazo que se separó del cuerpo cristinista para vencerlo.
Cultor también de la voluntaria ideología del vitalismo. Con un discurso factible, colmado de alusiones genéricas a “la gente”, al “bien de la gente”, para “mejorar la vida de la gente”.
Con un inteligente tráfico de portación de presente y de futuro, a Massa le sobró para erigirse en la máxima esperanza.
Para proyectarse, en adelante, en una sintonía similar a la de Macri. A quien le arrebató el espacio natural. Para compartirlo.
Massa contiene el discurso de Macri y el vitalismo de Scioli. Pero con la osadía admirable que armoniza, a la perfección, con la capacidad de armado.
Lo que Massa muestra, hasta hoy, a la sociedad, en la práctica, es una condición de ex cristinista, oportunamente independizado, abierto y presentable.
Una especie de kirchnerista disidente. Prolijo. Sin desmesuras ni desmanes.
Dos aspectos, kirchnerismo y cristinismo, que lo contenían hasta hace (la eternidad de) cuatro meses.
Revisar las PASO
Por último, la metodología electoral tendría que ser, en adelante, más eficaz. Menos aburrida.
Esta campaña, “insosteniblemente larga e insufriblemente monótona”, mantuvo un desfile de candidatos previsibles que produjo, en la sociedad, cierto “cansancio moral” (ver “Más aca de la veda”).
Habrá que revisar el sistema. Las PASO imponen una duplicación costosa de esfuerzos.
Una repetición inconcebible, sobre todo innecesaria.
Oberdán Rocamora