Comisión liquidadora del cristinismo

Oficialización de presidenciables. Reaparición estelar de La Doctora.

escribe Oberdán Rocamora

Nada nuevo bajo el sol. Se viene la Comisión Liquidadora del cristinismo, anunciada en “La calle cerrada de la derrota”.
“Sin novedad en el frente”.
Sirve el título de la novela de Erich María Remarque para confirmar que todo aquello que debe decirse hoy, el Portal ya lo dijo.
País en repetición.
Se asiste a la oficialización de las previsibles candidaturas presidenciales.
En primer lugar de Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, precipitado en la parada, muy fortalecido por el notable triunfo de la señora Gabriela Michetti, La Princesa de Laprida.
Aunque aún formalmente no lo acepte, está lanzada también la aventura presidencial de Sergio Massa, Aire y Sol II. Es el principal ocupante de la centralidad.
Massa amplifica la victoria humillante, lograda en las PASO. Se catapulta desde la mini gobernación de Tigre hasta donde pueda.
Su revolución de mini-gobernadores consolida, en la práctica, un relevamiento generacional.
Una señal, apenas una advertencia, para los sexagenarios que se obstinen en cotizar sus experiencias.

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Más acá de la veda

Alivio para la sociedad. Final de la campaña.

escribe Oberdán Rocamora

Alivio. Culmina la campaña más insosteniblemente larga e insufriblemente monótona de la historia.
Se registra el cansancio moral de la sociedad por el desfile televisivo de los candidatos previsibles.
Salvo determinadas excepciones para concejales, la mayoría de los postulantes son demasiado conocidos. Al extremo de no sorprender.
De imposibilitar la espera de algo nuevo. Original. Lo que menos necesitan es tener un competente jefe de prensa.

Resta saber, en la provincia inviable, Buenos Aires, por cuánto ganará Sergio Massa, Aire y Sol II, a Martín Insaurralde, El Barrilete de Plomo. Por quien se juega -en defensa propia- Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol I.
El resultado remite a una cuestión meramente académica.
Oxímoron insiste. Con que Massa triunfe por un sólo punto, se trata de un resultado extraordinario. Pero van a ser -para Oxímoron- entre 8 y 10.

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Cobos y Scioli, almas gemelas

El vice de La Doctora y el vice de El Furia.

escribe Serenella Cottani

“Al final, vamos a quedar los dos” –dijo uno de los dos, Cobos o Scioli.
Fue en la cena secreta de diciembre de 2012, en Villa La Ñata, que tanto enojó a los cristinistas salvajes.

Julio Cobos, El No Positivo, y Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol I, mantienen un pasado llamativamente común. Los unifica.
Ex vicepresidentes que padecieron las condenas respectivas de los dos presidentes que les correspondieron.
Scioli lo tuvo que aguantar a Kirchner, El Furia. Mal, aceptémoslo, no le fue.
Cobos debió soportar a Cristina, La Doctora. Y al salvajismo. Fue un calvario.

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La lealtad líquida

Los representantes del federalismo degradado se solidarizan con el cristinismo de Buenos Aires.

Hacia una identidad flexible y versátil
Zygmunt Bauman

Tío Plinio querido,

“Tiempos Líquidos”. A los 88 años, el pensador polaco Zygmunt Bauman podría abandonar el sublime aburrimiento de Leeds. Para dedicarse a cotejar, sus innovadoras teorías, con el estudio del peronismo.
Trátase de una cultura política que supera, en su desmesura, a la modernidad.
A la post modernidad, y a todas las otras perezas del pensamiento light.

Los Gobernadores Atragantados, emblemas del federalismo que suele devaluarse solo, se llegaron a El Mangrullo para auxiliar a la centralidad de Buenos Aires.
Tucumán, La Pampa, Salta, La Rioja, pero también Mendoza, Misiones, Santiago del Estero, Chaco, Entre Ríos.
Con sus gobernadores que se atragantaron. En expresiones de fidelidad líquida hacia La Doctora.
Consolidaban el cordón sanitario sobre Scioli, Aire y Sol I.
Llegaron al Mangrullo para completar la parábola y atragantarse, también, de pronto, en expresiones de solidaridad líquida.
Ahora hacia -quién iba a decirlo- Scioli.
Entre un atragantamiento y otro transcurrió, apenas, un hecho político.

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Aire y Sol II, Massa, y Aire y Sol I, Scioli

“Siete samuráis” de julio marca el retroceso de La Doctora.
sobre Informe de Consultora Oximoron
Redacción Final Carolina Mantegari

Introducción
La rayita imaginaria

“No preocupa tanto perder el poder. Les preocupa perder la libertad”.
La Garganta consolida la evaluación.
La (casi) segura derrota del cristinismo, también en la provincia (inviable) de Buenos Aires, no desespera, paradójicamente, a los cristinistas en retirada.
Los calma, y sobre todo los contiene, la conveniente liviandad del discurso de Sergio Massa, La Rata del Tigre. En adelante Aire y Sol II.
Les aporta tranquilidad. Les anticipa cierto sosiego espiritual.
“A Massa, que presentó La Ley de Medios, ya lo indultó Clarín”, confirma otra Garganta. “Tiene vocación para amnistiar”.

Quien encabeza el desprendimiento, la Franja de Massa, o el cisma, suele aposentarse entre la intrascendencia de la proclama de paz y amor. Del apego a las excelencias de la gestión.
Anuncia el fin de la “política de las descalificaciones”. Destaca el positivismo vital de la “no confrontación”. Traza la consiguiente implantación de una “raya” imaginaria que clausura los traumas del pasado. Para dedicar las energías, en adelante, hacia el “futuro”. A los efectos de “resolver los problemas de la gente”. O peor: de “estar cerca de la gente”. Un conjunto de vaguedades que encantan orejas distraídas. Genéricamente básicas, que repiten, también, con menos suerte, otros aventureros, que aportan aburrimiento en la campaña menos atractiva que se tenga memoria.
“Lo peor de las PASO son los debates sobre las PASO”, grafica con acierto Jorge Yoma, anclado en la Estación Macri.
Pero las liviandades convenientes resultan, en Aire y Sol II, transitoriamente admirables.
Con su rayita imaginaria, Massa se encuentra condecorado por la magia de ser el depositario de las ambiciones de permanencia de una magnífica troupe de medialuneros. Y de las esperanzas de un gran sector de la sociedad, saludablemente necesitado de creerle.

Osiris Alonso D’Amomio
Director Consultora Oximoron

* * * * *

El segmento

En “Geometría de los Samuráis” de mayo se explicó que aquel triángulo que conformaban “Cristina, Mauricio y Daniel”, se convirtió, con la irrupción de Massa, en un rectángulo.
Para transformarse, después, en un segmento. Tema tratado a principios de julio, en “Detrás de La Doctora y de la Franja de Massa”.
El segmento citado consolidaba a la señora presidente Cristina, La Doctora, en uno de los vértices. Con Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol I detrás, de escolta.
Y con Massa, Aire y Sol II, en el otro vértice. Con Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, detrás, también de escolta.
Con los desplazamientos triunfales que marcan las encuestas a favor de Aire y Sol II (Massa), y por la desertificación conceptual del oficialismo en banda, se asiste -para Consultora Oximoron- a la sobrevaloración funcional de Aire y Sol I. O sea de Daniel Scioli.
Por la carencia alarmantemente generalizada de referentes presentables, Scioli -devaluado y mancillado- debe ponerse al frente de la campaña remontadora. La que lleva al solvente mini-gobernador Martín Insaurralde, El Barrilete de Plomo. Cuesta remontarlo.
Entonces Scioli desplaza, en el vértice del segmento, a La Doctora. En su scioli-dependencia obligada, La Doctora ingresa -aunque bulliciosamente- en el ocaso. Sumergida por los incapaces que debieran cubrirla, pero que la hunden en dramatismos enfáticos que derivan en papelones memorables. A pesar de los shows en continuado de los aplaudidores escenográficos. En los actos donde, colmada de autoreferencias laudatorias, comienza, la pobre, a despedirse.
En la segunda quincena de agosto a La Doctora le costará contemplar el cielo. Por el tráfico múltiple de garrocheros que, desde los distintos puntos de la patria, clavarán la garrocha a los efectos de elevarse hacia el “Tigre, Tierra Santa”, Sede de la alcaldía Aire y Sol II. Y lugar de residencia y esparcimiento deportivo de Aire y Sol I. En Villa La Ñata.

De manera que, en el segmento principal, hoy se encuentran los dos positivistas. Con fe y con esperanzas. Aires y Soles.
El Aire y Sol I, Scioli, ahora con las huestes desesperadas de La Doctora, detrás. Lo siguen con la nariz tapada, y con deseos de que pueda socorrerlos el gobernador Sergio Urribarri, El Padre del Marcador. Pero Urribarri viene muy lejos de los samuráis. Debe hacer méritos en el pelotón de los aspirantes.
Y Aire y Sol II, Massa, con Mauricio detrás. Y con el extraordinario despliegue territorial de los medialuneros furtivos. Adelantados que cambian hábilmente de monta, para permanecer. Y suscriben el cuento de la raya imaginaria que separa el presente del pasado. Sin “descalificar”, siempre “cerca de la gente”. Paz y amor.

Los Aires y Soles encabezan el Informe de los Siete Samuráis de julio. Seguidos de cerca, aún, por Mauricio. Descolorido y sin armado, pero en la tercera posición.
El Niño Cincuentón -exponente emblemático del macricaputismo- apuesta al mérito de diluirse detrás de Massa en la Buenos Aires inviable. Y sin siquiera reclamar la reciprocidad elemental en el Artificio. Para que Massa declare su preferencia por la señora Gabriela Michetti, La Princesa de Laprida, y de Diego Santilli, El Colorado, al que promueven con el propósito inconfesable de desplazarlo del ministerio.
Para Oximoron, El Niño Cincuentón podrá imponer, al menos en agosto, a los senadores macricaputistas. Que también se anotan en los beneficios de la gestión, se proponen “resolver los problemas de la gente”, como excelentes positivistas de la paz y del amor.

El peronismo que cansa

El Informe Oximoron de julio constata el fundamentado cansancio social que produce el peronismo.
La metodología perversa que le permite siempre reciclarse.
Se legitima entonces la expansión del interés entre los tres exponentes módicos del “no peronismo”, que se imaginan lícitamente presidenciables. Mantienen, entre ellos, márgenes de entendimiento.
El cuarto samurai de julio es Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto. No tiene inconvenientes en imponerse en Santa Fe. Para salir después a la aventura de juntar. Proyectarse desde el parlamento.
El quinto y el sexto samurai son oriundos de Mendoza.
Ernesto Sanz, La Esperanza Blanca, ya está lanzado. En el ciclo del amague mediático.
Y Oscar Cleto Cobos, El No Positivo, que se impone, según nuestras fuentes, en Mendoza, y con contundencia. Pese a los obstáculos que le plantan los correligionarios entrañables (ampliaremos en próximo Relevamiento Federal).
Cobos, como Binner, saldrá a juntar desde el Parlamento.
Hay quienes planifican, incluso, que los dos deberían juntarse.

La recuperación de la Unión Cívica Radical es siempre preocupante. El partido centenario suele aportar el suspenso garantizado. Acción y aventura en sus turnos históricos que sirvieron, hasta aquí, para revalorar el peronismo.
Justamente el peronismo que hoy -por la dinámica de su perversidad metodológica- cansa.

Final con La Doctora

Por capacidad de daño, y por su implícita condición de cuadro influyente, el Informe Oximoron de los Siete Samuráis de julio lo cierra La Doctora. Aunque esté, en la práctica, fuera de juego. Entre la magnitud de las peleas desaconsejables. En sistemática simultaneidad.
Primero, la más lesiva. Contra el Grupo Clarín. Sin respetar, curiosamente, la alegada cuestión de género.
La Doctora ni imagina, acaso, que la señora Ernestina, directora nominal del ejército que considera enemigo, pasa, según nuestras fuentes, por una instancia triste de senilidad, que la aleja del combate racional. Debiera medirse en los agravios, sobre todo después de haberla agraviado tanto.
Segundo, la pelea inútilmente desgastante con la Suprema Corte. Aunque tal vez pronto La Doctora pueda conmoverse con la constitucionalidad más deseada. Pero por convicción jurídica, y no como consecuencia de los aprietes que le ponen, a su ocaso, migajas de autoritarismo.
O la última para citar, su guerra moderna contra los servicios de inteligencia. Impulsada por Carlos Zannini, el gran consumidor de pescado podrido, que cree que “las servilletas” obstaculizan sus decisiones políticas. Fueron errores que la arrastraron hacia el papelón-Milani.
Después de todo, el conflicto de fondo La Doctora lo sobrelleva consigo misma. En la desesperada búsqueda de convencer, al semejante, que el suyo es un gobierno revolucionario. Transformador. Sin darse cuenta tampoco que cada vez más semejantes, que para colmo nada tienen de oligarcas ni de gorilas, en cuanto aparece invasivamente en sus casas acuden, sin culpas, al cambio definitivo de canal.

Carolina Mantegari
Redacción final Consultora Oximoron

Detrás de La Doctora y de la Franja de Massa

CHARLA EN SEVRES (III): Vidas paralelas. Daniel Scioli y Mauricio Macri.
por Jorge Asís
(Desgrabación de Claudine Pons-Grévy)

Sevres, París

Mireille de C… – Dos dudas, o tres, entre tantas. Primero, usted asegura que Cristina -La Doctora, como la llama- no tiene la menor posibilidad de ser reelecta. Pero no lo veo del todo convencido. ¿O me parece?
Dos ¿cree que La Doctora puede elegirlo a Scioli como sucesor? Se lo pregunto porque yo estoy segura de que no.
Tres, en su historia, ¿cómo queda Macri? ¿Está más afuera?

La Doctora atraviesa un momento ideal para inspirar literatura. Final -si no sólo de ciclo-, de novela latinoamericana. Del tipo de Yo el supremo, de Roa Bastos, o La fiesta del chivo, de Vargas Llosa, descendencias del Tirano Banderas de Valle Inclán. La imagino en Olivos, a las diez de la noche y frente al televisor, con C5N. Con recuerdos que incitan al balance. Pero muy rencorosa, vengativa, casi humillada. La figura poco original alude al mito de la soledad del poder. Ella está obsesionada con la guerra errónea desatada contra el Grupo Clarín. La que declaró su esposo sólo cuando dejó de ser el presidente. Ya que, mientras El Furia lo fue, lo mantuvo a Magnetto, siempre al portador, disponible. El enfrentamiento ahora viene complementado por otra guerra absurda. Consecuencia de la derrota anunciada de la anterior. Contra la Justicia. Contra la Suprema Corte que fue el motivo inicial del “orgullo kirchnerista”. Y contra Clarín que fue el socio, junto a Hugo Moyano, El Charol, para consolidar la hegemonía conquistada. De manera que la solitaria, poderosamente desesperada, se enfrenta con los grandes medios de comunicación y con la justicia. Cuenta con una economía inflacionaria y con las excelencias de una soja que apenas le alcanza para dilatar el deslizamiento en el precipicio cercano, al que lo conduce la falta de energía. Acompañada por un equipo piadoso, casi para cultivar el ejercicio de la compasión, y con una militancia desenfrenada que supone participar de la epopeya de una Revolución (aunque Imaginaria). Con todo ese morral que arrastra, La Doctora tiene que ser la protagonista excluyente de una elección legislativa donde, antes aún de ponerse en campaña, ya sabe que pierde. Por lo menos en cuatro o cinco de los distritos principales. Si les parece, luego los analizamos.
Por lo tanto no puede perder un solo voto más en la provincia (inviable) de Buenos Aires. Que es, exactamente, donde se le abrió una fracción. La Franja de Massa. Cisura profunda en su fuerza, que el infantilismo expresivo de Francisco de Narváez, El Caudillo Popular, cree que es simulada.
Para colmo La Doctora tiene que aceptar el auxilio recíprocamente interesado de Scioli, al que -por ingrata- no respeta. Al que atacó con virulencia oral, y rigor presupuestario, hasta vaciarlo. Se comió hasta las migas de la panera y no le cedió un miserable candidato en la lista.
De todos modos, vaciado, denigrado, devaluado, La Doctora tiene que depender del Líder de la Línea Aire y Sol. Casi tanto como de la chequera infatigable de De Vido. Y de la fascinante caravana de buscas que medran con el cuento del arte comprometido. O de la comunicación propia-tropa.
Si Scioli saltaba, como inconscientemente La Doctora quería, ya asistíamos al verdadero final.
Pero Scioli sabe hacerse el polaco recién desembarcado. El misterio de la presencia ausente. Nada ganaba con saltar.
Prefirió quedarse, despojado, con cuero insensible en la piel. Pero cerca de la marca del Partido Justicialista.
Significa confirmar que La Doctora no es la única dependiente. Es la caravana de buscas del Frente de la Victoria que hoy vergonzosamente depende de él, aunque también lo desprecien. Lo consideran “la derecha”. Para consolidarse, acaso, en la ilusión de ser de izquierda. Cuando a lo sumo adhieren a la ideología a la carta del peronismo.
Pero si quiere seguir en este oficio, en el que no le fue tan mal, Scioli tiene que ofrendarse por Insaurralde (el que “armaba” con Bossio para cambiarlo por Boudou). Y por La Doctora, que lo ridiculizó delante de sus pares.
Debe ofrendarse por la vertical señora Di Tulio y hasta por Cuto Moreno y la señora Conti. Pero conste que no es por generosidad espiritual, sino para evitar el ascenso de la Franja de Massa.
Ya que Massa, La Rata del Tigre, hoy es el adversario de los dos. De La Doctora y, sobre todo, de Scioli.
Y si me apuran le diría, Mireille, que Massa también es el competidor de Macri, que va en la Franja. Chupado, como se dice en el automovilismo deportivo, detrás. Porque, si Massa le gana en agosto a Insaurralde, puedo asegurarle que no se va a ver el cielo, de tantas garrochas que sobrevolarán hacia el Tigre. Clavadas desde cualquier sección electoral de la provincia. En el aire del suburbio y con las medialunas enarboladas.

Ahora, si La Doctora y Scioli, con el mascarón de proa de Insaurralde, lo sacan del escenario a Massa con una derrota contundente, intuyo que va a existir el riesgo de querer quedarse. Que los gurkas de La Doctora, que nada tienen para perder, además de la libertad, quieran reformar inmediatamente la Constitución. A los efectos de eternizarla.
Pero según mis números, Mireille, no le va a alcanzar. Y conste que no me refiero sólo a las dificultades reglamentarias. Es la política.
Porque La Doctora y sus Buscas de la Victoria retroceden en Capital. Se apelotonan en Córdoba. Se quedan cortos en Santa Fe y son goleados en Mendoza. Les falta sólo estrellarse en Buenos Aires. Y asoman, en el horizonte, turbulencias. La Franja de Massa les presenta un desafío territorial.
La Rata, mientras daba vueltas en la rotonda, la armó bien. Y llego a la cumbre cuando consiguió que lo acompañara De Mendiguren. Es un ídolo popular de La Matanza, que logra suspiros entre las compañeras de la Tercera y Primera Sección Electoral. Sin hablar de las masas bonaerenses que siguen fieles a Felipe Solá, el que, reitero, es el máximo cuadro del felipismo. También hay que tener en cuenta a Adrián Pérez. El Jean Paul Belmondo en versión pobre. Con De Mendiguren, Felipe y el Belmondo Pobre, la Franja de Massa vuelca la elección.
(Risas, generalizadas carcajadas en la Casa de Sevres)
Ahora, para ser franco, Mireille, coincido con usted. Por más que transitoriamente sea Scioli-dependiente, no creo para nada que La Doctora vaya finalmente a optar por Scioli como su sucesor.
Sería -cómo decirle- la constatación del fracaso personal.

M.- ¿Nada más de Macri?
En cuanto a Macri, El Niño Cincuentón, figura principal del macricaputismo, percibo que la tiene casi tan difícil como Scioli. Vidas paralelas.
Tuvo mala suerte en su intención de proyectarse en la inviable Buenos Aires. Hasta decidir ir, aunque bastante diluido, detrás de La Franja de Massa. Como Scioli detrás de La Doctora. Un negocio extraño.
Porque Scioli se aferra a La Doctora, alguien que se va. Pero Macri no puede aferrarse a alguien como Massa, que se encuentra en la plenitud del crecimiento. Cuesta entenderlo. Porque, en simultáneo, lo que se le complica a Macri es el distrito que tiene escriturado, la Capital.
Su oferta es buena, pero carece de innovaciones y sorpresas. Parece un acto de resignación por no haber formalizado su alianza, de máxima, con Lavagna, o de mínima con Lousteau.
Si se le complica a Macri el distrito no es por el gobierno. El cristinismo insiste, en Capital, con su batallón destartalado de perdedores vocacionales. Tienen menos atractivo que el bife de hígado con puré, durante los siete días de la semana, para almuerzo y cena.
Las complicaciones le vienen, a mi criterio, por el lado del centro-izquierda, que la supieron hacer. Del radicalismo rebosado de progresismo, al que Macri le supo birlar oportunamente los votos, para festejar con globos y danzas amarillas.
El que se imponga en la interna progresista de agosto va a llegar, a mi criterio, mucho más fortalecido para confrontar con la señora Michetti, el Colo Santilli y el Padre Bergman.
Entre Solanas, el Dirigente Universitario, bastante conocido en París, que se larga secundado por la señora Carrió. Con Prat Gay, el cuadro repentinamente revolucionario, que va con Victoria Donda, la Transgresora de Barrio (y el Gil Lavedra como diputado). Y con el eterno Rodolfo Terragno, que suele contemplar con paternal regocijo a su discípulo, Martín Lousteau, el Personaje de Wilde.
Reitero que Macri lleva una oferta digna con Michetti y Santilli, pero tiene un cierto sabor a frustración. Por no haber podido cerrar con Roberto Lavagna, La Esfinge, la gran decepción para esta campaña de la que hablo aquí por última vez.
Lavagna fue capaz de negociar el canje de la deuda, acompañado del Flaco Guillermo Nielsen, y no supo negociar con Macri una senaduría que la tenía en bandeja.
La inquietud, y termino, a Macri le viene del radicalismo rebozado de progresistas. Más que de la postulación moyanista de Julio Bárbaro, con Piumato, armada a las apuradas. Tampoco de ningún modo lo asusta a Macri “La Revista Dislocada” que le presenta Alberto Rodríguez Saa, para entretener a la audiencia con seis cautivadoras listas de aspirantes diputados con la medialuna enarbolada.
Aunque pienso que el macricaputismo debería interesarse en desbaratar, desde ya, la temible presentación de la señora Alicia Oliveira. Es del Partido Unipersonal del Momo Venegas, que se llama Fe. Ocurre que Oliveira, una de las mejores discípulas de Eduardo Valdés, llega acompañada de Archibaldo Lanús, que tiene una inapelable penetración social en Mataderos, Soldatti, Parque Patricios y Flores Sur.

Bruno, El Cordobés – ¿Y a De la Sota? ¿Le parece que Cavallo lo perjudica?

(Desgrabación de Claudine Pons-Grévy)