El kirchnerismo de Macri

Cómo ganar amigos (I): La Argentina imprevisible se vuelve previsible en el marco de la imprevisibilidad integral

En el contexto del acompañamiento prometido durante los iniciales 120 días, se constata que Argentina consolida la natural vocación por ser uno de los países más imprevisibles del universo. Por la insólita facilidad para el cambio de reglas del juego. Por la capacidad para resignificar el discurso dominante.

La Argentina es tan imprevisible que se vuelve, en cualquier momento, sensata y previsible. Como amenaza serlo, en adelante, con Mauricio Macri (pero siempre dentro de la imprevisibilidad natural que la caracteriza).

Históricamente, sea a través de la democracia o del facto, aquí se naufraga entre las oscilaciones antagónicas. Se registran los saltos posicionales. De una impostura hacia otra. Con la sucesión de principios que inspiraban a Bernard Shaw y Groucho Marx. “Si no les gustan estos principios, tengo otros”. Continuar leyendo

Almidonada y compuesta

De blanco La Doctora purifica la Secretaría de Inteligencia.

escribe Carolina Mantegari

“Toda vestida de blanco,
Almidonada y compuesta,
En la puerta de su casa
Estaba la niña…”
Luis Cané

La Doctora encara la purificación de la SI, la Secretaría de Inteligencia, para improvisar la AFI, la Agencia Federal de Inteligencia.
En el esplendor de su excesiva fragilidad, hostigada por la deslegitimación moral que signa la actualidad de su administración.
Lo enunció a través de una presentación tan hábil como calculada. Con el blanco de la ropa, que repele las malas vibraciones, símbolo ideal para la faena de purificar. Y con la silla de ruedas, que suele invocar a la piedad. La intención, bastante obvia, consiste en producir entereza. Mientras avanza, con firmeza, sobre el poderoso. El que representa el repentino mal.
Con la escenografía minuciosamente preparada, La Doctora se introdujo sola en el laberinto de las tergiversaciones que aquí se prefiere omitir. Se complicó más de lo necesario. Como para aclarar malentendidos, se incineró al decir que Néstor, su marido extinto, no fue quien lo designó fiscal a Nisman. Intentó ganar un poco de tiempo. Envolver de nuevo a los opositores fáciles de la Planta Permanente, como para entretenerlos durante los próximos 90 días. A los efectos de retomar la iniciativa que nadie, aparte de la realidad, inexplicablemente, le disputa.
Almidonada y compuestaJuega sola, ante la oposición de bajas calorías, en estado caniche. Ladra por televisión, pero reluce por lo inofensiva. Por la tendencia a aguardar su recuperación.

Selectas grabaciones

En mediología (especialidad europea que estudia la influencia de los medios de comunicación), debe aceptarse que La Doctora, pese a sus tergiversaciones y papelones, es eficaz y osada. Sabe transgredir desde el poder. Y hasta tenderles una trampera, a los polemistas envueltos, con la propuesta para la Corte de un muchacho de 33 años. Lo que plantea en el fondo es un dilema generacional. Es de esperar que la Planta Permanente no se deje envolver con facilidad. Ampliaremos.
La cuestión que La Doctora se encontraba en un arco por el asesinato de Nisman. Pero contraataca con el conejo que saca de la galera. La disolución de la SI.

Disuelve, a palabrazos, lo que usufructuó. Ni Icazuriaga, El Corazón de Ballena, ni Paco Larcher, El Espía que viene de Abril, merecían ser descalificados con tanta crueldad. Y por cadena nacional.
Acabar con la vieja SIDE hubiera sido una idea interesante, para llevarla a cabo en 2003. Cuando El Furia, en otro arranque de astucia, prefirió utilizarla, para dormir apaciblemente la siesta con el fondo sutil de las grabaciones de la OJOTA. Las producían en el Musimundo de Avenida de los Incas. Junto a otras producciones por izquierda, ya que el país se había transformado en una enorme Sala de Grabación. Consta que ni siquiera la Doctora se atrevía a tratar ningún tema sensible por teléfono. Temía que la grabaran. Tenía, según nuestras fuentes, razón.
Almidonada y compuestaO podía haber pulverizado la SIDE en 2007. Cuando La Doctora irrumpió junto a Alberto Fernández, El Poeta Impopular. Juntitos, La Doctora y el Poeta Impopular entonces seducían con el verso extinguido de la “superior calidad institucional”.
Pero lo despidió a Albertito, y durante varios años La Doctora continuó con la recepción de los partes con“selectas grabaciones”.
Los acercaba el inagotable Corazón de Ballena, junto a Zannini, El Cenador. Mientras tanto, se producía el cambio geopolítico, y crecía la influencia del jugador que serruchaba desde las inferiores. Lo apalancaba la Ministro Garré, y el líder indiscutible del Movimiento Todos por Horacio. El general Milani, reconocido como El Seductor de Sexagenarias.

La construcción del nuevo Satanás

La cuestión que en 2015 La Doctora instala la idea del nuevo demonio. Es el Satanás superador, incluso, de Héctor Magnetto, El Beto.
Es El Ingeniero, Jaime Stiusso. Lo responsabiliza hasta de la proliferación de las denuncias que signan la etapa lazarista del cristinismo. La que se atraviesa. Con escatológicas denuncias que divulga -¡oh casualidad!- Magnetto.
Todo cierra. “Blanco y Jarra es Leche”. En el fondo es fácil.
A través del flamante conejo del delirio, La Doctora gana un poco de tiempo. Aunque se le abren previsiblemente casi dos mil nuevas vertientes informativas. Son los disueltos. Los que se prepararon como espiones y se miran en el espejo de inestabilidad laboral.
Distan de ser perejiles que vayan a comprar el diario de Magnetto para buscar trabajo.

Almidonada y compuestaHoy se banaliza, en la Argentina, hasta la literaria profesión de espía. Y hace desaparecer, en adelante, la mera noción del secreto.
La diplomacia del espionaje, que está bastante nutrida en el país, flota, según nuestras fuentes, en estado de perplejidad.
Ningún servicio de inteligencia extranjero, ni siquiera de los vecinos, aceptará acordar, en lo inmediato, la menor reciprocidad informativa.
“Con estos locos el espía termina en la tapa de los diarios”, confirma la Garganta.
Como le ocurrió a aquel diplomático trucho, de la estación de CIA. Apareció fotografiado en un diario, Página 12, hoy una Secretaría de Estado.

La cruzada

“Cristina se empecina en acabar con todo aquel que sirvió a su marido y ella no controla, o le desconfía”, confirma otra Garganta.
La cruzada de La Doctora -de acuerdo a esta teoría- es antikirchnerista.
Destruye las alianzas del extinto. Despide a los funcionarios, los vacía o los minimiza, hasta la degradación (De Vido, teléfono).
Ahora, para salir del paso, participa de la demonización del Ingeniero mítico. Un empleado que podía desplazarlo con una mera resolución interna.
En lo suyo, en el arte extorsivo o enigmático del secreto, El Ingeniero supo colaborar sustancialmente para que el marido conquistara la hegemonía total que ella heredó.
Pero surgió un imprevisto, de los que suelen caracterizar una realidad tan apasionantemente dinámica. El acuerdo inesperado con quien ambos -La Doctora y El Furia- más despreciaban.
Jorge Bergoglio. El “compañero” Cardenal.

La gran pregunta es ¿qué tiene que hacer el Papa en medio de semejante desbarajuste institucional?
Almidonada y compuestaNadie debiera salpicar a su Santidad. Aunque, a esta altura, Francisco es casi el único que puede ayudarla. Para llegar. Y hasta para cargarse al Ingeniero.
Cabe consignar que La Doctora, tan “almidonada y compuesta”, abusa de la imagen de Francisco. Desde el purismo de La Alameda se viene otra denuncia judicial, ahora más fuerte, contra El Ingeniero. Con el Papa como complemento tácito. Trasciende que Francisco considera a Jaimito un “responsable máximo del basural”.
Con la incandescencia santa de su imagen, acaso Francisco espiritualmente acompañe, a La Doctora, en la ofensiva judicial de purificación.

Carolina Mantegari

Líder de culto y fenómeno delictivo

Cuatro años de la muerte (irresponsable) de Néstor Carlos Kirchner, El Furia.

escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella

“puto y ladrón/
lo queremos a Perón”
(consigna anónima)

Líder de culto y fenómeno delictivo

“Un fuera de serie. Hacía política hasta cuando dormía. Pero le gustaba mucho la guita. Demasiado”, sintetiza la Garganta.

La “guita”, en principio, era sustancial para “hacer política”. Después, con el poder acumulado, la “guita” pasaría a convertirse en el gran obstáculo. No había manera de gastarla. Se desconocía, incluso, dónde ocultarla.
A cuatro años de la muerte (irresponsable) de Néstor Kirchner, El Furia, correspondería celebrar al militante apasionado. A quien no “dejó las convicciones en la puerta de la Casa Rosada”.
Aquí, precisamente, reside la clave del dramatismo que atormenta a La Doctora, la heredera. Que en mayo de 2003 El Furia ingresaba en la Casa de Gobierno con sus “convicciones” reconocidas. Dispuesto a aplicar su metodología de interpretación del poder, inspirada en la“pasión recaudatoria”.
Es el origen de los “desastres seriales” por los que La Doctora debe responder hoy. En momentos de alta sensibilidad, cuando el temor de los adversarios se diluye. Y se animan a impugnarla hasta los empresarios.

El Furia supo construir admirablemente el poder mientras, en simultáneo, consolidaba el Sistema Recaudatorio de Acumulación.
Mecanismo que el portal exploró desde sus comienzos, con el propósito exclusivo de entenderlos. Se remite a los textos iniciales que componen “La Marroquinería Política”, o “El Descascaramiento”. Editados mientras El Furia vivía. Cuando “podía defenderse”.

Construcción y evaporación

Líder de culto y fenómeno delictivo

En nuestros seminarios privados, suele rescatarse la epopeya del fenómeno kirchnerista. Sobre todo entre mayo de 2003 (cuando El Furia accede al gobierno e inventa Austral Construcciones con Lázaro, El Resucitado) y octubre de 2005. Cuando le perfora la provincia (inviable) de Buenos Aires a Eduardo Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas). Y conquista la hegemonía total.

Junto a Hugo Chávez, El Furia se dio el horrible gusto diplomático de humillar a George Bush, El Junior, en Mar del Plata. Fortalecidos, ambos extintos, por la prepotencia respectiva del petróleo y de la soja.
Para no ser menos, La Doctora se animó también a maltratar a Obama, El Keniano, en el pleno reciente del Consejo de Seguridad. Con argumentos políticos que no ocultaban el desborde del resentimiento. Por no haber evitado la expresión de la justicia de Estados Unidos. Por no haberla salvado -El Keniano- de la dilatada siesta de la mala praxis, que depositó a la Argentina en el descenso del default y sus derivaciones previsibles. El maldito discovery, que habilita a los sabuesos irascibles de Paul Singer, El Buitrero, para husmear entre cuentas inquietantes.
“Partes sustanciales de un todo complejo, más amplio”. Restos de recaudaciones producidas mientras El Furia, en simultáneo, construía la propia mítica que lo completa. Sopapeaba a Bush, “maltrataba corporaciones culposas”, abusaba de la centralidad desde el conflicto, obligaba olímpicamente al heroico general Bendini a subirse al banquito y retirar los retratos impresentables.

Líder de culto y fenómeno delictivoDurante sus mandatos, La Doctora no pudo disfrutar de la complacencia de la gran prensa que supo festejar a su marido. Aunque mantuviera, a su lado, en el arranque, a Alberto Fernández, El Poeta Impopular. La pobre enfrentó severas derrotas, se enroló en causas perdidas, pero registró sus propias recuperaciones. Hasta debió improvisarse para el rol de La Jefa.
En los citados seminarios, así como se trata la epopeya de la hegemonía, desfila también la transformación del poder que se evapora. Sin darle siquiera importancia al clavel inerte de Boudou, El Descuidista, reconocido como el primer gran error de la estadista viuda.
Debe estudiarse la instancia que se extiende desde abril de 2012 hasta octubre de 2013. O sea, desde que en el estadio de Vélez se lanza el movimiento de buscapinas “Unidos y Organizados”. Cuando La Doctora decide la tontería abrupta de “ir por todo”. Junto a los incondicionales incentivados a fuerza de presupuesto de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora. Hasta que Sergio Massa, el titular de la Franja de Massa, le perfora, a su vez, Buenos Aires, la provincia inviable.

Líder de culto y fenómeno delictivoEn cuatro años, La Doctora supo mantener, como pudo, los trapos. Pero no supo sustituir el trípode de poder con que gobernó, como dueño, su marido. Junto a Hugo Moyano, El Charol, y Héctor Magnetto, El Beto. Suponer que con el sindicalismo adicto de Yasky y Caló, y con los buscapinas de Unidos y Organizados, podía suplir los servicios que le brindaba Moyano, es tan absurdo como suponer que con las publicaciones satelitales de Szpolski y Gvirtz, y con las escenografías de Grossman, podía suplirse el extinguido favoritismo que le dispensaba Magnetto. Y menos aún con Magnetto -o sea Clarín- en contra.
Es el medio como enemigo. Resignado, dispuesto a informar para no morir.
Así sea tardía, que sea bienvenida la información.

“Con Néstor era distinto”

Aparte de una fortuna tan indescifrable como oscura, El Furia le dejó a La Doctora un gobierno con destino clavado de naufragio. Pero cabe consignar que ella aprendió a encarrilarlo. Contó con la inestimable docilidad del peronismo en estado vegetal, que se adaptó a la ficción del rol de conductora. De Jefa.
Entonces La Doctora se lanzó a jugar al solitario con la política. Nadie puede culparla que continúe, aún hoy, con el juego en soledad. Confronta con la tendencia hacia la destrucción, contra la indignación de los sectores gravitantes de la sociedad que no encuentra -por suerte- quien los represente.

Líder de culto y fenómeno delictivoCon la iniciativa acaparada, La Doctora se dedica a envolver a los opositores envueltos con las construcciones épicas que sirven para simular el gran fracaso. Mientras se entrega a la seducción generacional de los jóvenes brillantes, que colaboran -junto al peronismo vegetal- para introducir el país en la ciénaga. Sin que se note, en exceso, las marcas del fango. Pero se ampara el negacionismo que indica que no existe el fango, como tampoco existe el default, ni el desacato, ni el estancamiento de la inflación.

Líder de culto y fenómeno delictivoPor si no bastara, La Doctora sabe que a sus espaldas prospera, entre los canallas que se colgaban del vestidito negro y dicen defenderla, otra interpretación.
“Con Néstor era distinto. Con Néstor esto no pasaba”.
Aunque aquella pasión recaudatoria de El Furia signe las verdaderas pesadillas actuales del gobierno. Por aquella ilustrativa franqueza que lo inducía a abrazar las cajas fuertes que ansiaba llenar.
Cuatro años después, La Doctora trata audazmente de reconstruir a El Furia como el máximo líder popular. Una versión desgarbada de San Martín contemporáneo, un objeto de culto para venerar. Mientras en simultáneo, la gran prensa sobrecargada de información, prefiere presentarlo, por derivaciones de la pasión recaudatoria, como un fenómeno delictivo.
El Furia sostiene, acaso, la compleja combinación de ambas interpretaciones antagónicas.
No deja de ser -la suya- una proeza.

Oberdán Rocamora

La selectiva lógica del poder cristinista

sobre informe de Consultora Oximoron
Redacción final de Carolina Mantegari

Introducción
Penúltima recuperación

En “Pelota a Paleta”, se alude al juego de La Doctora contra el frontón (que es la realidad).
Para Consultora Oximoron, La Doctora juega políticamente sola. Sin contrarios a la vista.
Confronta con la tendencia hacia la autodestrucción (de la que suele recuperarse). Y confronta con la indignación permanente de la sociedad que oposita. Es un sentimiento racional, democráticamente vacante, que no canaliza ningún exponente de la oposición.
La sociedad que oposita no encuentra el opositor que la represente.
Entre 1930 y 1976, el hartazgo equivalente pudo haber sido aprovechado por algún General.
Ante la complacencia de la sociedad, Uriburu, Onganía o Videla tomaron el poder. Para generar -de facto- los respectivos fracasos cíclicos. Posteriormente condenados por la misma sociedad (siempre inocente).
La capacidad de recuperación, que sucede a las declinaciones, es un atributo principal del cristinismo.
Son caídas que admitieron la falsa evaluación del “boleto picado”. La certeza de toparse ante la crisis final, de la que -invariablemente- el cristinismo resurgía. Caídas que fueron tan innumerables como las recuperaciones.
Tal vez se asiste, en la actualidad, a la última recuperación. Pero por prudencia corresponde escribir la “penúltima”.

Osiris Alonso D’Amomio
Director Consultora Oximoron

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Los ejemplos de Héctor Magnetto, El Beto, de Jorge Bergoglio, San Borocotó, y del general César Milani, El Seductor de Sexagenarias, sirven para interpretar la lógica selectiva del poder cristinista.
En Guerra de Convalecientes se reflejaron aquí los tensos tramos del litigio recíprocamente devastador entre Kirchner-Cristina y Magnetto-Clarín.
Un divorcio contencioso que se arrastra hasta el cierre del informe. Entre 2003 y 2007 fue una relación pasional de conveniencia mutua.
Se mantuvo inalterable el apasionamiento similar de la pelea. Agravada por el epílogo de la llamada “crisis del campo”. Cuando perdieron Los Kirchner. Hasta quedar, en el declive, casi debajo de la lona.
Pero la respuesta de El Furia fue letal. Recurrió a la lealtad cautiva del parlamento para impulsar la Ley de Medios. Instrumento que en 2009 nació viejo, especialmente obsoleto y sobre todo vano.

De todos modos, cinco años después, La Ley de Medios sirve para que La Doctora no se dé por vencida y lo vuelva a acosar, a través de Sabbatella, El Psicobolche II, al enemigo heredado.
Al contrario de El Furia, La Doctora nunca pudo disfrutar de los beneficios de la complacencia informativa de Clarín. De la armonía registrada en los tiempos de la amistad con Magnetto.
Acontecía que El Beto, para El Furia, estaba adentro. Y de los aliados sólo esperaba incondicionalidad absoluta. Sin las menores sutilezas que presenta el fenómeno de la comunicación.
“O están conmigo o no”, era la consigna.
Al tomar distancia crítica, por cuestiones profesionales o comerciales, Magnetto se transformaba en el enemigo total.
Para el kirchner-cristinismo la construcción del enemigo siempre fue básica, casi esencial. Meros leños para la hoguera de la causa épica. Y de ningún modo era porque aplicaran las teorías esotéricas de Laclau, al contrario. Los buscapinas que teorizaban era para explicar la acción, siempre previa.
Sea contra el jugoso neoliberalismo de los 90, la papelera de los uruguayos, la inagotable prensa concentrada de Clarín. O los buitres de Griesa.

Reciedumbre del olvido

En menor medida, cualquier desdichado que haya estado adentro, y se haya distanciado, padece su irremediable condena. Se hace acreedor a la reciedumbre del olvido. Y si sobrevive y eleva la cabeza, el sujeto tiene un destino asegurado de desprecio. Objeto marcado de aniquilación.
Magnetto, Francisco y MilaniSea Alberto Fernández, El Poeta Impopular, arrastrado en la tormenta anti-Clarín.
O sea Sergio Massa, El Renovador de la Permanencia. Es el peor. El que osó vencer imperdonablemente a La Doctora. Hoy es el declarado máximo enemigo del cristinismo. Para colmo es un objeto de desconfianza, aparte, por Magnetto. Por estar Massa condecorado con la amistad de la dupla Vila-Manzano. Y sobre todo por Alberto Pierri, El Muñeco de Echenagucía.
Y por si no bastara Massa se encuentra mantenido a la distancia también por el venerable Francisco. El Papa que se derrite de tanto amor que desparrama ante el universo, aunque mantiene inalterable el rencor por mezquindades terrenales.
Sea también, acaso, Juan Carlos Fábrega, El Sensato Marginal, que inteligentemente opta por alejarse. Para aspirar a los atributos del olvido. Como si estuviera en falta imaginaria por algo.
En su lógica del poder, el cristinismo nunca redime al que estuvo adentro y prefiere tomar distancia. Menos puede permitir que, aquel que se vaya, parta con algún atisbo de prestigio. Como Fábrega.
O los humille con un triunfo ofensivo. Como Massa.

La captación del enemigo

En cambio Jorge Bergoglio, El Cardenal, nunca fue amigo. Ni tampoco estuvo adentro. Como estuvieron Magnetto o Massa.
El Cardenal se diplomó de enemigo cuando desmoronó la estrategia de permanencia que Kirchner había diseñado. Fue en 2006, cuando autorizó al Obispo Piña a confrontar con Carlos Rovira, en aquel plebiscito de Misiones. Y El Cardenal le ganó, justamente cuando El Furia tenía el país rendido. Arrodillado ante su bragueta.
En adelante Bergoglio pasó a ser diabolizado como el enemigo principal. Con fundamentos. Porque detrás del planteo de reelección de Rovira se ocultaba el proyecto de santacrucificación total. La reelección indefinida, como en Santa Cruz. Proyecto pulverizado con la imagen del San Miguel Arcángel.
La respuesta no se hizo esperar: El Furia decidió humillarlo a Bergoglio a través del parlamento cautivo. Pegó donde más le dolía. Lo castigó con La Ley de Matrimonio Igualitario. Pero le otorgó a la década la pátina progresista que brindaba, hacia el mundo, la máxima imagen de la tolerancia.
Para Oximoron, el manejo absoluto del parlamento resulta indispensable para aplicar el rigor del cristinismo explícito. Para valorar la admirable capacidad para la readaptación.
Teoría que se comprueba cuando el enemigo, el Cardenal, es designado Papa. Para convertirse en el Francisco emotivo y racional, distribuidor de la esperanza.
Es cuando La Doctora se somete al poder de Francisco. La supera. Espiritualmente la da vuelta. La doblega pero la contiene.
Entonces La Doctora se somete ante el que fue enemigo, pero para captarlo. Y hacerlo amigo. Lo grave es que lo capta.
Hoy La Doctora y San Borocotó se llevan como Hansel y Gretel. Pasean de la mano por el prado del anti-capitalismo, y cautivan juntos a Vladimir Putin, para quien el manejo del poder es natural como el té de la mañana. Putin es un zar de Rusia como lo fue Stalin, pero sostenido por el PC superador de la Iglesia Ortodoxa, que legitima la persecución medieval hacia los homosexuales rusos, de La Siberia o de San Petersburgo. Lo cual no impide que Putin y La Doctora mantengan el diálogo más enternecedor, y justamente en materia de comunicación. Es la conmovedora alianza entre quien persigue a los gays, como si fueran delincuentes, y quien se jacta de tener el Matrimonio Igualitario para todos y todas.

Final con Brinzoni y Milani

El general Brinzoni, ex jefe del Estado Mayor del Ejército, no entendió la lógica del poder que estaba por instalarse en 2003.
Antes de asumir la presidencia, y por teléfono, El Furia le preguntó:
“General, ¿usted está conmigo o no?”.
“El Ejército no hace política”, le respondió Brinzoni.
“Lo sé, pero lo que quiero saber si usted está conmigo o no”.
Brinzoni no captó la dinámica del lenguaje que después percibió perfectamente el general Milani.
Situado en el balcón de la historia, Milani no vaciló en asegurarle a La Doctora que el Ejército estaba identificado con el modelo de inclusión.
Un modelo progresista bastante extraño que merece un informe especial de Oximoron. Es defendido por la inteligencia carísima y sofisticada del Ejército. Y que cuenta, para colmo, con el apoyo sustancial del máximo nivel del purpurado.

Máximo y su circunstancia

Informe de Consultora Oxímoron

Carolina Mantegari para JorgeAsisDigital.com

 

Demostración de fuerzas de La Cámpora

 

Introducción

Kirchnerismo y cristinismo

 

Aunque no se puedan analizar separadamente, el kirchnerismo tiene alguna diferencia proverbial con el cristinismo.

Kirchner, El Furia, conquistó la hegemonía y gobernó -reiteramos- con el apoyo sustancial de Hugo Moyano, El Charol, y la complacencia de Héctor Magnetto, El Beto. Y con la bendición del “viento de cola”. La soja.

Poco después de la muerte (irresponsable) de El Furia, ya La Doctora no contaba con ninguno de los dos apoyos primordiales. Sólo con la persistencia de la soja.

Fue El Furia quien encaró la guerra perdida que La Doctora supo empeorar después. Moyano, en cambio, dilató la mala relación un tiempo más.

Sin los pilares fundamentales, La Doctora prefirió gobernar con conjunción de incondicionales que la sostuvieron. Continuar leyendo

Desde la Rufo hacia la aceleración

La imperdonable vocación por subestimar al argentino medio

Escribe Bernardo Maldonado-Kohen – Economía, especial para JorgeAsísDigital

 

Chistes de argentinos

Ofender la inteligencia emocional del argentino medio, o subestimarlo culturalmente, es -para el cristinismo- una aventura posible. Aunque imperdonable. Confirma que a la impericia, a la permanente mala praxis, se le debe agregar, en adelante, la mala fe. Semejante tergiversación colectiva admite que el país penetre, de pronto, en el laberinto del papelón. Del ridículo, sin salida.

Mientras tanto, desde los países vecinos, o un poco más alejados, se brindan muestras de solidaridad. Aunque se sonríen, en el fondo, por lo bajo. Se tapan la sonrisa con la mano. A los efectos de inspirar próximos chistes de argentinos. Para festejar. Y disfrutarnos.

 

Cláusula de aceleración

Los irresponsables sumergen a la sociedad en el descenso del default. Pero tratan de convencerla, paradójicamente, que no se trata, en definitiva, de ningún default. Como “la Argentina paga”, el default no es default. Es una alucinación de conspiradores furtivos. O sostenerlo es una elemental “pavada atómica”.

Aquí se movilizan sentimientos básicos de nacionalismo torpe. Pero combinado con dosis siniestras de anti-imperialismo tardío. A través de la creación de los enemigos imaginarios. Y del “carnaval del mundo” capitalista que nos condena por nuestros atributos.

Derivaciones de la manifiesta incapacidad para gestionar. De las picardías estremecedoras que salieron mal.

La estrategia dilatoria, a través de la estética deplorable del pedal, concluyó en el extraordinario bochorno. En el acto consciente de negar la realidad.

Y cuando todavía los ineptos, los que gobiernan, los que abusan de la complacencia opositora, no terminan de convencer a nadie acerca de las terribles maldades de la cláusula Rufo, tienen que sorprenderse con la previsible moda de las “cláusulas de aceleración”. Las que ya comienzan, según nuestras fuentes, a presentarse. Sin que importe un reverendo pepino la semántica narrativa del default. Si existe o no.

Por lo tanto habrá que preparar una próxima agenda defensiva, para imponer los discursos articulados de La Doctora y de Axel, El Gótico.

Faltaría pronunciarlos, en adelante, en la Organización Mundial de la Salud, en el plenario de la Interpol, en la Sociedad Masónica de Cangallo. O en la FIFA.

 

Martínez y Pigasse

Matthieu Pigasse, exquisito multimillonario francés, de la Banca Lezard, es editor de Le Monde y dueño de la revista rockera Los Inrockuptibles. También, según Heitz Dieterich, es el principal asesor externo de Nicolás Maduro. Y así le va, al presidente que agrava los escombros de la Venezuela Bolivariana.

Es a través de Venezuela que Pigasse desembarca, según nuestras fuentes, en los negocios abiertos de la encepada Buenos Aires. Y de algún modo, Pigasse se las ingenia para sugerir la conveniencia práctica del default para la Argentina. Idea perversa que, aunque lo desmienta con entusiasmo, también supo acercar el financista mejicano David Martínez, del fondo Fintech.

Para colmo socio de Héctor Magnetto, El Beto, el baluarte Martínez mantiene excelentes vinculaciones con el cristinismo. Hoy por los teléfonos, en un tiempo no muy remoto fue Ciccone, antes del ingreso de The Old Fund, artificio que marcó la gloria y la sepultura de Boudou y La Banda de los Descuidistas. Ampliaremos.

Hoy Martínez mantiene una sobria influencia moral, según nuestras fuentes, hasta con Carlos Zannini, El Cenador. Es acaso el máximo responsable de la estrategia que condujo al flamante naufragio de la Argentina. Presentado, como se acostumbra, como una epopeya.

Entonces Pigasse y Martínez coincidieron en instalar la idea que el default no es grave. Al contrario. Y ni siquiera tampoco es default. Y sin que nadie sospeche que ambos baluartes rápidos “están jugados en CDS”. O sea en el llamado Crédito Default Swap. Otro artificio teórico invalorable, inventado en 1994 por Blythe Masters, del JP Morgan.

Es uno de los instrumentos más modernos de Wall Street. Merecería ser estudiado por De Pablo, y tratado por el colega Monteverde. “Los CDS se utilizan en el aseguramiento de grandes corporaciones. En el aseguramiento de paquetes de referencia crediticia, o en el aseguramiento de los bonos de deuda soberana. Se dieron a conocer tras el estallido de la crisis subprime. Su monto mínimo de operación es de 10 millones de dólares” (referencias tomadas del Blog Salmon).

 

Don Julio no murió

Dijimos que todavía no terminó de clarificarse la cuestión irritante de la clausula Rufo cuando cae, sobre el cuello de la Argentina, el cadalso de la cláusula de la aceleración. Para ser más específico, se trata de la aceleración que gatilla el “cross default”. O sea el default cruzado. Melconián tendría que explicárselo pronto a Maxi Montenegro.

Trátase de las presentaciones que ya mismo pueden realizar los tenedores de bonos que se atrevan a juntar el 25 % de cualquiera de las 16 serie de bonos, y que de pronto se presentan por ventanilla a cobrar. Por ejemplo los tenedores de series de Bonos Par, los que vencen en 2038.

Si se juntan más del 25 por ciento de los bonos emitidos se mantiene “el derecho de acelerar”. De pedir cobrar al contado la totalidad. Obliga al Estado emisor a negociar. A abreviar los plazos. Y para semejantes desventuras Kicillof no está aún preparado. Aunque recurra a su ayuda Álvarez Agis, al que Morenito pronto lo apodó El Culata.

Pero según La Doctora y El Gótico el default no es, en definitiva, ningún default. Como sostener que don Julio Grondona, en definitiva, no murió. Se lo vela, se lo sepulta, pero su obra nada tiene que ver con la muerte. Por lo tanto don Julio vive. “Todo pasa”.

 

Alineamientos y envoltorios

La esquizofrenia cotidiana se encuentra garantizada desde lo más alto del poder. Y lo que se escriba aquí puede ser más tarde corregido. Impugnado de inmediato. Declarado falso. Inexistente. Persiste una crisis de superproducción de la conjetura. Instiga a diseñar los acuerdos que tampoco existen. Arreglos virtuales, soluciones mágicas que sólo encuentran refugio en el voluntarismo. O en la imaginación.

Lo que resultó admirable -y debe aceptarse- es la manera en que el cristinismo envolvente supo contagiar su propio desconcierto. Sobre todo a lo que puede denominarse “oposición envuelta”. A los “opositores envueltos” por el cristinismo que siempre sabe utilizar, y esmerarse, en la preparación del envoltorio.

“Están todos alineados”. Se lo aseguraron al importante gobernador que se anota, naturalmente, para la sucesión. Por más que se le esmeren en la presentación de trabas.

Por supuesto que Daniel, invariablemente “alineado”, no iba a representar ningún problema. Porque Daniel “es del palo”. Pese a los cotidianos esmerilamientos de La Doctora. Al énfasis ninguneador de Zannini, el máximo responsable del desastre.

El problema es que divulgan que mantuvieron también “alineados” a Mauricio y a Sergio. Los opositores mejor posicionados. Invariablemente envueltos.

El primero, a través de la línea magistral que bajara Durán Barba, El Equeco. Y que instrumentara Marquitos, El Pibe de Oro, que provocó la resignación piadosa de los economistas de cabecera.

El segundo, por el respeto visceral que, entre los economistas de la Franja de Massa, se le mantiene a Roberto Lavagna, La Esfinge.

“Lavagna fue de los primeros en alinearse”, confirma la Garganta.

Sospechan las fuentes que Lavagna, que es en el fondo un melancólico, mantiene la insólita esperanza de volver a caminar por los jardines. De ser convocado, acaso, como en 2002. A los efectos de aportar su innegable cuota de patriotismo y rescatar a la Argentina. Por segunda vez. Porque fue arrojada, por impericia, hacia el segundo foso del siglo.

Lo recomendable entonces, en tramos decisivos, era callar. Permitir. Otorgar. Mientras La Doctora, Zannini y Kicillof conducían la profundización del disparate.

No debían referirse demasiado al riesgo del default (“que no existe, ¿de qué default hablan?, si Argentina paga”).

Lo conveniente era plantear las inofensivas generalidades dilatorias. Ante la resignación, la sigilosa impotencia de los economistas de medialuna enarbolada. Los que no podían desconocer que se dirigían, frontalmente, hacia la debacle.

Para chocar, otra vez, la calesita de la improvisación.

 

Bernardo Maldonado-Kohen, para JorgeAsisDigital.com

En Derecho Penal pagan los muertos

Moneta sirve más enfermo que sano a la Banda de Los Descuidistas

escribe Oberdán Rocamora

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“El que se muere pierde”
J.A.
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“Con frecuencia, en Derecho Penal suelen pagar los muertos” confirma la Garganta.
Después del clavado procesamiento de Amado Boudou, El Descuidista, con superior prepotencia emergen las caudalosas fojas de Lázaro, El Resucitado.
A la larga, culpas, como las responsabilidades, van a descargarse en la memoria del muerto principal. El más importante. Néstor, El Furia.

Significa resaltar que La Doctora tiene razones de sobra para espantarse. Y encargar la causa perdida de defender a Boudou, representación de su primer -y peor- error de viuda.
Cada vez que habla, El Descuidista se desliza por el tobogán de la credibilidad. Parece, incluso, procesarse solo.
La Doctora sabe que Lázaro, según nuestras fuentes, está mal. A punto de quebrarse también moralmente. Le llegan mensajes. Algún hijo, acaso la hija, tiene registrado todo. Absolutamente todos los secretos y los lugares…
El Resucitado está convencido que vienen por él. Desde Comodoro Py y desde la celeste y blanca Suiza. Teme por la suerte de un hijo demasiado involucrado.
El tema transversal de los hijos instala un escenario de tormento. Por los dedos pegados que signan la inexperiencia. Por el manto de impunidad que paulatinamente se desvanece.
Tal vez también se encuentra irresponsablemente comprometido Máximo, En El Nombre del Hijo. No lo cuidaron. Lo rifaron. Le proporcionaron poderes desmesurados y protecciones insuficientes.
La alternativa consiste en transferirle las responsabilidades al que no está. Atributos de la ausencia. El que se fue debe liberar de culpas a los que persisten en la tierra de la vida.

La peste de transparencia

“Habrá que monetear al Muerto”, confirma la Garganta.
Como neologismo, “monetear” deriva de Raúl Moneta, El Rulo. Empresario vigoroso y banquero deteriorado que hoy se encuentra físicamente fuera de juego. Recluido en su departamento. Imposibilitado para testimoniar. De hacerse cargo siquiera de su sombra.
Con rasgos de inusual nobleza, para salvar a un amigo, al que le debe en cierto modo la sobrevida financiera, antes de caer Moneta le puso el pecho, según nuestras fuentes, al desastre de Ciccone. Aunque no hubiera puesto una moneda de los cincuenta millones que puso un amigo equivocado. Debía arrojarle una soga a Jorge Brito, quien, en su vida colmada de aciertos oportunos, tuvo lugar también para la trascendencia del error. El que compartía, en el fondo, con La Doctora. Consistía en apostar por el destino manifiesto de Boudou. Sin imaginar, ninguno de los dos, ni La Doctora ni JB, que el encantador muchacho de la motocicleta y la guitarra era apenas un Descuidista.
Ahora que los códigos estallaron se asiste al espectáculo frívolo de encontrar culpables.
Ahora que los pactos flotan en el aire. Precisamente cuando asoma el momento difuso de la salvación individual.
Cada uno debe custodiar los secretos ocultos de su propio ano.
Trasciende que los jueces federales más creíbles, y determinados fiscales, se pusieron de acuerdo. ¿Ya lo sabe De Vido, el Ex Superministro?
Asoma en el horizonte, sin estupor ni perplejidad, un festival de procesamientos.
Como si se estuviera en las vísperas de concretarse la interpretación informativa del Portal. Indica, para algarabía de Francisco, que en la Argentina se viene nomás la epidemia de transparencia. La peste de moralidad. Bacilos de decencia que van a instalar la idea insólita. “Ser honesto garpa”. La honestidad deja de ser un mérito para giles.
A este paso, va a suplicarse por un poco de corrupción. Por migajas de trampas. Para construir, al menos, una sociedad entretenida.

La novela de Moneta

A La Banda de los Descuidistas, Moneta les fue de mayor utilidad enfermo que sano.
Cuando estaba pleno y sano, era un católico convencido que vivía admirablemente al borde. Capitalizado por protecciones místicas, deparadas por la fe.
Una existencia comercial entre altibajos emotivos. Ascensos fulgurantes y caídas dramáticas. Con juicios rutinarios. En permanente estado de sospecha.
Hoy, en su piadoso retiro de enfermo, Moneta fue transformado en una suerte de cinturón ecológico. Una versión del Ceamse espiritual.
Para salvarse, los Descuidistas le arrojan los residuos de la catástrofe comercial.
Si Moneta estuviera consciente, lo ideal sería penetrar en su pensamiento. Para componer la gran novela. El desafío de tratar los últimos 30 años de la historia argentina desde el punto de vista de su epopeya. La relación con los gobiernos y con sus caballos danzarines. Como los personajes de Pirandello, la memoria de Moneta reclama, a los gritos, por un autor.
La última vez que el Portal lo trató a Moneta fue por aquel viaje desopilante hacia Roma. En avión privado. Cuando el secreto narrador Matías Garfunkel, El Depilado, en cerrada connivencia con La Doctora y El Furia, recurría a la experiencia de Moneta, entonces su socio en varias radios, para quedarse con las míticas acciones de Telecom.
La experiencia del viaje fue para producir un film neo realista. Acompañados por Frank Holder, Corcho Rodríguez. Un despliegue argumental matizado con situaciones alucinantes, avales comerciales inconsistentes y encendidas noches romanas (de las que Moneta, según nuestras fuentes, católicamente prescindía).
La historia contenía el marco complementario de La Guerra de los Convalecientes. La libraban dos enfermos poderosos. Kirchner contra Héctor Magnetto, El Beto. El gran enemigo común que El Furia ahora compartía con Moneta.
Antes que El Furia, Moneta fue el único suicida que le ofreció años de resistencia a Magnetto. A Clarín. Supo sobrevivirlo, hasta desde la clandestinidad.

“Todo aquel que decidiera enfrentarse con Moneta tenía que estar dispuesto a todo” confirma otra Garganta.
Como amigo, Moneta era reconocidamente frontal y leal. Como enemigo era de lo peor. (Curioso es escribir en tiempo pretérito. Casi injusto decir “era”).
Aún hoy perduran los enemigos, anteriormente amigos, que creen que Moneta los mandó –digamos- apretar. O asustar.
Sucede que los enemigos implacables son siempre aquellos que fueron, en algún momento, amigos. O socios. Y Moneta supo pleitear con varios ex socios. Hasta abreviarse.

Magnetto, el enemigo íntimo

Moneta persiguió detalladamente el proceso de la severa enfermedad de Magnetto. Otro que debe contar con poderes especiales. Naturalmente, Magnetto supo desprenderse de sus enemigos.
Cuando Magnetto amenazaba con partir, Moneta lo tenía, según nuestras fuentes, penetrado. Mostraba a sus visitantes copias de los análisis clínicos. Conocía hasta la medición exacta del hematocrito de Magnetto. De su vida agonizante en Estados Unidos. Faltaba apenas el desencadenante cese final.
En el principio, Moneta era impresentable para el kirchnerismo. El Furia no lo quería tener cerca. Pero mantenía, según nuestras fuentes, una excelente relación, a través de cierto intermediario, entonces de presencia constante, como Rudy Ulloa. Otros aluden, en cambio, también a Cristóbal. Cuentan que por intermedio de Rudy le envió a El Furia un memorandum confidencial. Junio de 2003. Le expresaba que, si de verdad quería gobernar, imponer sus criterios, ser un estadista, debía avanzar invariablemente sobre Clarín.
“Se tendrá que aguantar cincuenta o sesenta tapas desagradables, pero no tienen más que eso”.

El Furia decidió no hacerle caso al consejo de Moneta. En su pragmatismo ejemplar prefirió acordar con Magnetto. Tiempos líricos de Alberto Fernández, El Poeta Impopular. Etapa sustantiva para la consolidación del poder personal.
Entonces Moneta volvió al combate desigual. Con sus medios marginales. Con el despliegue de radiografías, de tomografías, cuando era Magnetto el que estaba fuera de juego, en alguna clínica de Chicago.
A esta altura de la crónica debiera aceptarse que Magnetto venció en la Guerra de Convalecientes. Pudo testimoniar sobre la partida final de El Furia, su desafiante, octubre de 2010.
Del mismo modo Magnetto puede testimoniar hoy sobre el epílogo lento de Moneta, el enemigo íntimo. Ambos tienen la misma edad, exactamente son Monos de Madera, de 1944. Dos monos de 70 años que hicieron recíprocamente lo imposible por masacrarse.
Este mano a mano con Moneta también Magnetto parece ganarlo. Como se lo ganó a Kirchner.
“El que se muere pierde”. Sentencia de nuestro director.
En la Argentina, además, aquel que muere, como Kirchner, o el que está fuera de juego, como Moneta, debe salvar a los amigos acosados por el Derecho Penal.

Maleficios de la etapa lazarista

A La Doctora ya se le atreven empresarios, obispos, jueces

 

Escribe Oberdán Rocamora, Redactor Estrella, especial  para JorgeAsísDigital

 

Etapa lazarista del cristinismo. Se la denomina así por las derivaciones de Lázaro Báez, El Resucitado, a quien los lectores del Portal conocen desde 2005. Conste que aún no se indagó, ni siquiera en la superficie, en la línea Sanfelice, El Bochi. Conduce directamente a Máximo, En el Nombre del Hijo, y hacia Bariloche. Del mismo modo en que Lázaro hoy lleva hacia las estancias que lo unifican con La Doctora. Ampliaremos.

En un primer tramo, La Doctora supo manejar con habilidad la herencia política de Néstor Kirchner, El Furia. Alcanzó la altura del 54 por ciento. Octubre de 2011.

En un segundo tramo, en abril de 2012 comenzó el camino de la lona. A través de su entrega hacia los buscapinas de Unidos y Organizados. Y de la petulancia hueca del “ir por todo”.

Pero La Doctora nunca acertó en el manejo de la herencia económica. En la clarificación u ocultamiento de la torta de euros. Es la torta que signa el maleficio de la etapa lazarista. Con la exhibición de los personajes secundarios que fueron transitoriamente fundamentales. Manejaron irresponsables millonadas. Impregnan de ridículo el mensaje de alta ejemplaridad, que La Doctora intenta en sus deteriorados soliloquios.

Para colmo, se obstina en ofender la inteligencia del argentino medio. Al disponerse a santificar, en cierto modo, al Nestornauta. A quien la introdujo en el laberinto que signa el ocaso. (Y por favor no vengan con la baratura de decir que aquí se critica a quien no puede defenderse. Lo decimos desde 2005 y está documentado en “La marroquinería política” y “El Descascaramiento”, de Editorial Planeta, hoy en Ediciones B).

Pese a las pastillitas indicadas por el doctor Manes, La Doctora atraviesa, según nuestras fuentes, por un periodo de irritabilidad. Está mal, desencajada, sin frenos inhibitorios. Convive con los “pensamientos tóxicos”. Como si no hubiera registrado las enseñanzas medulares del otro Facundo. El doctor Manes que compone también, según nuestras fuentes, con lícito derecho, la fantasía de sucederla.

 

Hipersensibilidad

La Doctora se transformó en una dama hipersensible de desequilibrio fácil. La sacó de quicio hasta la eficiente colega Natasha, con una pregunta de lo más simple.

Pero la desbordada hizo papelones justamente en presencia de otra presidenta, que la supera, para colmo, en templanza. Y a la que quisiera imitar, en la epopeya del regreso (ver “El mito bacheletiano”).

Como buena serpiente, lo planifica antes de irse. Por lo tanto necesita infinidad de diputados fieles. Y de jueces que le respondan, de manera complaciente. En la etapa lazarista que se viene con sus maléficas verdades.

Sin embargo a La Doctora hoy le temen, apenas, sus ministros. Los secretarios de Estado que dependen de sus arrebatos. Los que están dispuestos a aplaudir hasta más allá del final.

En la práctica, ya se le atreven hasta los empresarios. Lo cual es, casi, un exceso. ¡Si hasta producen deseos de defenderla!

En vida de Kirchner, cuando El Furia gobernaba con Hugo Moyano, El Charol, y el encanto caro de la negritud, y con Héctor Magnetto, El Beto, con sus aportes de silencios, en las kermesses anuales de IDEA ni siquiera se permitía el tratamiento de los temas que rozaran el menor sesgo crítico.

Hoy desde cualquier cámara la gastan. Ya ni resultan eficaces los recursos de la dupla Echegaray-Michel. Ampliaremos.

Por si no bastara, hoy cualquier dirigente empresario se le pronuncia. Le arroja, en el rostro, la maldita palabra inflación.

Trátase de la palabra que el genio de Axel Kicillof, El Gótico, aconseja negarle entidad. Lo conveniente es declararla inexistente, por absurda.

Ya que la inflación es un mito. Cualquier chartalista lo sabe. Como también pertenece al reino de la fantasía el déficit fiscal. O la necesidad reaccionaria de ajustarse.

La relación de Kicillof, el genio de cabecera, con Juan Carlos Fábrega, El Bancario Sensato y Elemental, ya no puede sostenerse. Cuesta disimular la persistencia del litigio. Y a esta altura sería excesivo sustituir a Fábrega con algún buscapina de La Cámpora.

Para hacer moco el Banco Central del mismo modo que se destruye, paulatinamente, el Banco Nación, que les dieron a los chicos para que se entretengan y ocupen los lugares claves.  A los efectos de hacer del Estado entero, con las recetas del MMT (´Teoría Monetaria Moderna”) una gigante Aerolíneas Argentinas. Total, el déficit no existe. ¿A quién le importa?. Si se cuenta con la generosidad inagotable de la maquinita de Boudou.

Si las tasas bajan el dólar se les escapa. Mientras tanto la recesión acecha. Como los licenciamientos de personal.

La Doctora está hipersensible porque se les desmoronan los pilares de flan del relato.

Y asoman, por todas partes, los impresentables pobres.

 

La justicia le pica el boleto

La Doctora siente que la justicia le tomó el tiempo. Que le picó sin piedad el boleto.

Le mantiene vivo el espectro de la equivocación fundacional y prioritaria. La culpa que, en exclusiva, le pertenece. Amado Boudou, El Descuidista.

Por suerte abundan los lineales opositores que le reclaman la renuncia. Sería la mejor manera de liberarla. Ni se dan cuenta (los lineales) que el precio más caro que La Doctora paga consiste en mantenerlo.

A su lado. Cerca en algunos actos, con la sonrisa fingida y los saludos hacia nadie.

“Es mucho peor tenerlo al lado que dejarlo caer” confirma la Garganta.

La justicia le voltea hasta el acuerdo demencial con Irán. Le brinda otra salida digna del embrollo en que se introdujo, según nuestras fuentes, por pedido de Hugo Chávez, a quien no podía decirle que no. Se le debe demasiado. Y no son precisamente favores ideológicos.

Aunque envíe a dos ministros agotados a reclamar, La Doctora debiera aceptar que la justicia en el fondo la salva. Aunque la vacune.

Cumplía con Chávez, en exceso. Y hasta cumplía con la memoria, a través del disparate de apoyar al inepto de Nicolás Maduro. Es quien se puso Venezuela de sombrero. Del mismo modo que puede ponérselo ella. En cualquier momento. Si sigue en la creencia del genio. En la inexistencia de la inflación o del mito del déficit.

Y hasta los curas de la Conferencia Episcopal ya no vacilan en vacunarla contra la enfermedad de la violencia.

Para replicar, La Doctora recurre a los textos del protector que ella y Verbitsky merecen. El Papa Francisco.

Es la última reserva moral que le queda. Es Francisco quien transmite, desde la nueva Puerta de Hierro, El Vaticano, la instrucción precisa de cuidarla.

Sobre todo, Eminencia, hay que cuidar a La Doctora. Tiene razón, pero hay que cuidarla de ella misma. Para que llegue, con algo de aire, hasta el final.

Pero quien reconforta es Julio De Vido, El Ex Superministro, en su audacia infinita. Cuando dice, en público, sin ningún prestigio que resguardar, sin nada para perder, sin ponerse colorado, que “no hay ningún final de ciclo”. Que el kirchnerismo, con su sexo breve y flojo, llegó para quedarse y ultrajarnos para siempre.

 

Oberdán Rocamora

El resurgimiento de Moyano

Escribe Oberdán Rocamora

Redactor Estrella, especial para JorgeAsísDigital

 

El Charol vuelve. Ante la impotencia de La Doctora y sin apoyos del peronismo político. 

La Doctora -como la oposición complementaria- debiera registrar que se asiste al resurgimiento de Hugo Moyano, El Charol.

El encanto de la negritud vuelve a situarse en el primer plano. Moyano se recupera después de dos años. Para ser precisos, desde que La Doctora cometiera el error medular de desairarlo. De instalar la distancia que Néstor Kirchner, El Furia, nunca se hubiera atrevido a clavar, aunque fuera, en el fondo, su deseo íntimo. Pero las mujeres siempre suelen ir más al frente.

Aquí se refirió que El Furia, antes de pactar con Moyano -y de entregarle mucho más de lo que le pidiera- ordenó un abordaje informativo y judicial. Para estudiar por dónde entrarle. Si por suma de irregularidades administrativas, las vulnerabilidades de crecimiento patrimonial, o a través de las siniestras indagaciones que pudieran salpicarlo. Por su actividad política y gremial, durante los setenta, entre las violencias de Mar del Plata. Con la totalidad del material en su poder El Furia evaluó que lo más conveniente era tenerlo adentro a Moyano, en su bolsa, para asegurarse el acompañamiento del obrerismo quieto y garantizarse el control de la calle.

Alguna evaluación casi similar lo llevó a aliarse, también, con Héctor Magnetto. Sin hacerle caso a la recomendación de Moneta, con el que se comunicaba pero sin que apareciera.

“Termine con Clarín”, sentenció Moneta. “Tendrá que aguantarse 50 portadas incómodas. Pero no tienen más”.

Fue la confluencia de los tres pilares. Manejo del Estado, Kirchner. Complacencia en la comunicación, Magnetto. Apoyo sindical, Moyano. El trípode de poder facilitó que Kirchner impusiera su hegemonía, durante su mandato presidencial. Ciclo (2003-2007) que debiera estudiarse académicamente, como ejemplo de la construcción de poder.

Con Kirchner en vida (pero ya sin ser el presidente) se registró el tratado conflicto con Magnetto y el Grupo Clarín. Ver “Guerra de Convalecientes”.

Aquí Moyano también lo acompañó. Fue el inspirador del cartelito “Clarín Miente”. 

A partir de la muerte (irresponsable) de Kirchner se produce la distancia con “el indeseable” Moyano.

Como si La Doctora cumpliera con la instrucción póstuma de El Furia. Si nos inducen a buscar una fecha emblemática, fue el 27 de abril de 2012. Cuando La Doctora percibió que podía colmar el estadio de Vélez sin ayuda del sindicalismo, ni del “aparato justicialista”, y relegar sin inconvenientes a los “gobernadores atragantados” (cliquear), hacia un espacio subalterno.

Es el turno de los buscavidas de Unidos y Organizados y de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora. La gestación de la fuerza de incondicionales absolutos, que le permitiera mantener a La Doctora el perfil preferido. Sin imágenes deprimentes. Y aplicar la sentencia movilizadora de “ir por todo”. Hasta desgajarse y paulatinamente reducirse, en una política de circuito cerrado. Hundida entre sus incondicionales, los aplaudidores del elenco estable.

Sin el apoyo del trípode, era una cuestión de tiempo. El cristinismo ya era una causa perdida (Ver “Nuestra César contra El Charol“).

Pero La Doctora no acepta que fue precisamente con Magnetto y Moyano que Kirchner conquistó la hegemonía. Por lo tanto le costará también admitir las claves de su caída.

Creer que podía suplir los servicios que le resolvía Moyano con los buscas incondicionales de Unidos y Organizados, y con la docilidad de los gremialistas deslegitimados como Caló o Yaski, es tan idiota como creer que podía suplirse el servicio inicial del Grupo Clarín con el amontonamiento de sellos de prensa y de canales del Grupo 23, o del diversificado Cristobalito.

 

Relatividad de las encuestas

En adelante, con la constatación de la fortaleza de Moyano y lo que representa, correspondería relativizar el dictado de las encuestas, que signan la placidez de los comportamientos.

El gobierno se inspiró en la hipocresía de aferrarse a la imagen negativa de Luis Barrionuevo, Harry. E identificar la movida sindical que no entendían con su figura. Un gran acierto de Moyano consistió en perforar la negatividad que le marcan las encuestas, para imponerse con su legitimidad, con “el encanto de la negritud”, y acompañado del izquierdismo adaptable de Pablo Micheli y sobre todo del mismo Barrionuevo, con quien nunca Moyano dejó de comunicarse, sin necesidad de hablar siquiera por teléfono. Abundaban, por doquier, los canales. Como persisten en la actualidad los diálogos con los pocos suicidas que se encuentran transitoriamente enredados con Caló.

Aparte, Barrionuevo es el portador de una indiscutible popularidad que espanta, pero que asimismo atrae. Induce a la hipocresía del sensible que supuestamente se disgusta con sus sentencias, pero lo escucha con secreta admiración. Mientras tanto se repiten las imposturas que le produjeron la fama de filósofo de arrabal.

Barrionuevo es otro ganador por su coherencia. Siempre estuvo enfrentado al cristinismo y conserva la suficiente inteligencia como para cederle el liderazgo a Moyano. Al que tanto supo gastar cuando La Doctora lo expulsó del palacio.

“Estamos tristes, La Patrona ya no se pone más el gorrito de Camioneros”, le decía Barrionuevo, por teléfono, a uno de los tantos canales. Un gordo, que adelgazó admirablemente.

 

Los postulantes tibios 

El tercer mensaje del 10 de abril es para los referentes tibios que aspiren a colocarse la banda en 2015. También pueden situarse entre los perdedores de una jornada que no supieron evaluar. Anticipos de los escenarios que tendrán que enfrentar en caso de tener éxito, y suceder a La Doctora.

En los radicales vaya y pase. Pueden alegar una suerte de obstáculo tradicionalmente cultural. Una imposibilidad para captar la dinámica del movimiento obrero, mayoritariamente peronista.

En cuanto a “Sergio, Daniel y Mauricio”, los tres integrantes de la miniserie, es perdonable el error de Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol. Porque, aunque es un buen amigo de Moyano, se encuentra aferrado a la estrategia improvisada de La Doctora que no acierta.

En su impotencia, La Doctora instruyó a los incendiarios para que se incineraran. El caso más grotesco es el de un peronista en la pendiente como Capitanich, El Premier. Costará facilitarle, al Montenegrino Denso, el retorno desde el ridículo (aunque en el peronismo siempre se puede).

O de otro “compañero” como Randazzo, El Loco, que se deslizó por los mismos lugares comunes.

Como Kunkel, El Lindo Julián (Domínguez), o el inexplicable Pérsico, “compañeros” que rifaron sus trayectorias al pronunciarse contra “el chantaje” y la “extorsión” de esta huelga. Para deslizarse en la gilada autoritaria de sostener que el “paro es político”. Como si algún paro, de los tantos en que participaron, no lo hubiera sido.

A veces una huelga/les arruina el alma”, dice un poema de Mario Benedetti. Con el “alma arruinada”, el cristinismo verbal ayer hizo el ridículo. Pero también Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, y Sergio Massa, Aire y Sol II, se desgastaron en intrascendencias, como consumidores de encuestas que muestran también su desconcierto ante el confirmado renacer del sindicalismo, sin el menor apoyo del peronismo político. Con la inalterable capacidad de paralización, y sin necesitar, siquiera, de las enternecedoras inocencias de la izquierda tan combativa como adolescente. La que prefiere sobreactuar, incluso, hasta su alborotado crecimiento.

David, el juntador de cabezas

Martínez, socio de Magnetto en Cablevisión, compra las acciones de Telecom Italia. ¿Acercamiento entre el Gobierno y Clarín?

escribe Oberdán Rocamora

David Martínez Guzmán es el poderoso inversor mexicano de Monterrey. Oscila cotidianamente entre sus pisos de Nueva York y Londres. 56 años.
Suele molestarle, según nuestras fuentes, que los tilingos lo llamen “deivid”. Prefiere que lo llamen David.
Como si celebrara su propia proeza. Desde la humildad social del origen, hasta convertirse en el equivalente de otro mexicano emblemático. Carlos Slim, el paisano más rico del mundo.

Con la astucia de su mirada penetrante, y con cierto sospechoso movimiento de los labios que remiten a la sugerencia, David Martínez Guzmán inquieta a sus interlocutores.
Los cautiva. Una de dos: David genera invariable admiración o instintivo rechazo de piel.

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