Por: Mundo Asís
De blanco La Doctora purifica la Secretaría de Inteligencia.
escribe Carolina Mantegari
“Toda vestida de blanco,
Almidonada y compuesta,
En la puerta de su casa
Estaba la niña…”
Luis Cané
La Doctora encara la purificación de la SI, la Secretaría de Inteligencia, para improvisar la AFI, la Agencia Federal de Inteligencia.
En el esplendor de su excesiva fragilidad, hostigada por la deslegitimación moral que signa la actualidad de su administración.
Lo enunció a través de una presentación tan hábil como calculada. Con el blanco de la ropa, que repele las malas vibraciones, símbolo ideal para la faena de purificar. Y con la silla de ruedas, que suele invocar a la piedad. La intención, bastante obvia, consiste en producir entereza. Mientras avanza, con firmeza, sobre el poderoso. El que representa el repentino mal.
Con la escenografía minuciosamente preparada, La Doctora se introdujo sola en el laberinto de las tergiversaciones que aquí se prefiere omitir. Se complicó más de lo necesario. Como para aclarar malentendidos, se incineró al decir que Néstor, su marido extinto, no fue quien lo designó fiscal a Nisman. Intentó ganar un poco de tiempo. Envolver de nuevo a los opositores fáciles de la Planta Permanente, como para entretenerlos durante los próximos 90 días. A los efectos de retomar la iniciativa que nadie, aparte de la realidad, inexplicablemente, le disputa.
Juega sola, ante la oposición de bajas calorías, en estado caniche. Ladra por televisión, pero reluce por lo inofensiva. Por la tendencia a aguardar su recuperación.
Selectas grabaciones
En mediología (especialidad europea que estudia la influencia de los medios de comunicación), debe aceptarse que La Doctora, pese a sus tergiversaciones y papelones, es eficaz y osada. Sabe transgredir desde el poder. Y hasta tenderles una trampera, a los polemistas envueltos, con la propuesta para la Corte de un muchacho de 33 años. Lo que plantea en el fondo es un dilema generacional. Es de esperar que la Planta Permanente no se deje envolver con facilidad. Ampliaremos.
La cuestión que La Doctora se encontraba en un arco por el asesinato de Nisman. Pero contraataca con el conejo que saca de la galera. La disolución de la SI.
Disuelve, a palabrazos, lo que usufructuó. Ni Icazuriaga, El Corazón de Ballena, ni Paco Larcher, El Espía que viene de Abril, merecían ser descalificados con tanta crueldad. Y por cadena nacional.
Acabar con la vieja SIDE hubiera sido una idea interesante, para llevarla a cabo en 2003. Cuando El Furia, en otro arranque de astucia, prefirió utilizarla, para dormir apaciblemente la siesta con el fondo sutil de las grabaciones de la OJOTA. Las producían en el Musimundo de Avenida de los Incas. Junto a otras producciones por izquierda, ya que el país se había transformado en una enorme Sala de Grabación. Consta que ni siquiera la Doctora se atrevía a tratar ningún tema sensible por teléfono. Temía que la grabaran. Tenía, según nuestras fuentes, razón.
O podía haber pulverizado la SIDE en 2007. Cuando La Doctora irrumpió junto a Alberto Fernández, El Poeta Impopular. Juntitos, La Doctora y el Poeta Impopular entonces seducían con el verso extinguido de la “superior calidad institucional”.
Pero lo despidió a Albertito, y durante varios años La Doctora continuó con la recepción de los partes con“selectas grabaciones”.
Los acercaba el inagotable Corazón de Ballena, junto a Zannini, El Cenador. Mientras tanto, se producía el cambio geopolítico, y crecía la influencia del jugador que serruchaba desde las inferiores. Lo apalancaba la Ministro Garré, y el líder indiscutible del Movimiento Todos por Horacio. El general Milani, reconocido como El Seductor de Sexagenarias.
La construcción del nuevo Satanás
La cuestión que en 2015 La Doctora instala la idea del nuevo demonio. Es el Satanás superador, incluso, de Héctor Magnetto, El Beto.
Es El Ingeniero, Jaime Stiusso. Lo responsabiliza hasta de la proliferación de las denuncias que signan la etapa lazarista del cristinismo. La que se atraviesa. Con escatológicas denuncias que divulga -¡oh casualidad!- Magnetto.
Todo cierra. “Blanco y Jarra es Leche”. En el fondo es fácil.
A través del flamante conejo del delirio, La Doctora gana un poco de tiempo. Aunque se le abren previsiblemente casi dos mil nuevas vertientes informativas. Son los disueltos. Los que se prepararon como espiones y se miran en el espejo de inestabilidad laboral.
Distan de ser perejiles que vayan a comprar el diario de Magnetto para buscar trabajo.
Hoy se banaliza, en la Argentina, hasta la literaria profesión de espía. Y hace desaparecer, en adelante, la mera noción del secreto.
La diplomacia del espionaje, que está bastante nutrida en el país, flota, según nuestras fuentes, en estado de perplejidad.
Ningún servicio de inteligencia extranjero, ni siquiera de los vecinos, aceptará acordar, en lo inmediato, la menor reciprocidad informativa.
“Con estos locos el espía termina en la tapa de los diarios”, confirma la Garganta.
Como le ocurrió a aquel diplomático trucho, de la estación de CIA. Apareció fotografiado en un diario, Página 12, hoy una Secretaría de Estado.
La cruzada
“Cristina se empecina en acabar con todo aquel que sirvió a su marido y ella no controla, o le desconfía”, confirma otra Garganta.
La cruzada de La Doctora -de acuerdo a esta teoría- es antikirchnerista.
Destruye las alianzas del extinto. Despide a los funcionarios, los vacía o los minimiza, hasta la degradación (De Vido, teléfono).
Ahora, para salir del paso, participa de la demonización del Ingeniero mítico. Un empleado que podía desplazarlo con una mera resolución interna.
En lo suyo, en el arte extorsivo o enigmático del secreto, El Ingeniero supo colaborar sustancialmente para que el marido conquistara la hegemonía total que ella heredó.
Pero surgió un imprevisto, de los que suelen caracterizar una realidad tan apasionantemente dinámica. El acuerdo inesperado con quien ambos -La Doctora y El Furia- más despreciaban.
Jorge Bergoglio. El “compañero” Cardenal.
La gran pregunta es ¿qué tiene que hacer el Papa en medio de semejante desbarajuste institucional?
Nadie debiera salpicar a su Santidad. Aunque, a esta altura, Francisco es casi el único que puede ayudarla. Para llegar. Y hasta para cargarse al Ingeniero.
Cabe consignar que La Doctora, tan “almidonada y compuesta”, abusa de la imagen de Francisco. Desde el purismo de La Alameda se viene otra denuncia judicial, ahora más fuerte, contra El Ingeniero. Con el Papa como complemento tácito. Trasciende que Francisco considera a Jaimito un “responsable máximo del basural”.
Con la incandescencia santa de su imagen, acaso Francisco espiritualmente acompañe, a La Doctora, en la ofensiva judicial de purificación.
Carolina Mantegari