El camino de Isabel

Sobre la formidable vocación por el suicidio institucional

Escribe Oberdán Rocamora . Redactor Estrella, especial para JorgeAsísDigital

“¿No quiere que Cristina vaya presa? ¿Se hizo kirchnerista?”

Dama Indignada de Recoleta

En 1976 la señora María Estela Martínez de Perón, Isabel, fue presa. Cinco años en El Messidor, Villa La Angostura, paraíso de Neuquén.

Transcurrida la Dictadura Militar, los generales-presidentes, todos, fueron alternativamente presos.

El extinto Jorge Rafael Videla (murió en la prisión de Marcos Paz). El extinto Roberto Eduardo Viola, “administrador de silencios” (liberado por el indulto de 1990), el extinto “majestuoso” Leopoldo Fortunato Galtieri (idem 1990). Sólo sobrevive -preso- el general Reynaldo Benito Bignone, 87 años.

En plena democracia, Carlos Menem también fue preso. Seis meses en la Quinta de Gostanián, Don Torcuato. 2001. Continuar leyendo

Líder de culto y fenómeno delictivo

Cuatro años de la muerte (irresponsable) de Néstor Carlos Kirchner, El Furia.

escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella

“puto y ladrón/
lo queremos a Perón”
(consigna anónima)

Líder de culto y fenómeno delictivo

“Un fuera de serie. Hacía política hasta cuando dormía. Pero le gustaba mucho la guita. Demasiado”, sintetiza la Garganta.

La “guita”, en principio, era sustancial para “hacer política”. Después, con el poder acumulado, la “guita” pasaría a convertirse en el gran obstáculo. No había manera de gastarla. Se desconocía, incluso, dónde ocultarla.
A cuatro años de la muerte (irresponsable) de Néstor Kirchner, El Furia, correspondería celebrar al militante apasionado. A quien no “dejó las convicciones en la puerta de la Casa Rosada”.
Aquí, precisamente, reside la clave del dramatismo que atormenta a La Doctora, la heredera. Que en mayo de 2003 El Furia ingresaba en la Casa de Gobierno con sus “convicciones” reconocidas. Dispuesto a aplicar su metodología de interpretación del poder, inspirada en la“pasión recaudatoria”.
Es el origen de los “desastres seriales” por los que La Doctora debe responder hoy. En momentos de alta sensibilidad, cuando el temor de los adversarios se diluye. Y se animan a impugnarla hasta los empresarios.

El Furia supo construir admirablemente el poder mientras, en simultáneo, consolidaba el Sistema Recaudatorio de Acumulación.
Mecanismo que el portal exploró desde sus comienzos, con el propósito exclusivo de entenderlos. Se remite a los textos iniciales que componen “La Marroquinería Política”, o “El Descascaramiento”. Editados mientras El Furia vivía. Cuando “podía defenderse”.

Construcción y evaporación

Líder de culto y fenómeno delictivo

En nuestros seminarios privados, suele rescatarse la epopeya del fenómeno kirchnerista. Sobre todo entre mayo de 2003 (cuando El Furia accede al gobierno e inventa Austral Construcciones con Lázaro, El Resucitado) y octubre de 2005. Cuando le perfora la provincia (inviable) de Buenos Aires a Eduardo Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas). Y conquista la hegemonía total.

Junto a Hugo Chávez, El Furia se dio el horrible gusto diplomático de humillar a George Bush, El Junior, en Mar del Plata. Fortalecidos, ambos extintos, por la prepotencia respectiva del petróleo y de la soja.
Para no ser menos, La Doctora se animó también a maltratar a Obama, El Keniano, en el pleno reciente del Consejo de Seguridad. Con argumentos políticos que no ocultaban el desborde del resentimiento. Por no haber evitado la expresión de la justicia de Estados Unidos. Por no haberla salvado -El Keniano- de la dilatada siesta de la mala praxis, que depositó a la Argentina en el descenso del default y sus derivaciones previsibles. El maldito discovery, que habilita a los sabuesos irascibles de Paul Singer, El Buitrero, para husmear entre cuentas inquietantes.
“Partes sustanciales de un todo complejo, más amplio”. Restos de recaudaciones producidas mientras El Furia, en simultáneo, construía la propia mítica que lo completa. Sopapeaba a Bush, “maltrataba corporaciones culposas”, abusaba de la centralidad desde el conflicto, obligaba olímpicamente al heroico general Bendini a subirse al banquito y retirar los retratos impresentables.

Líder de culto y fenómeno delictivoDurante sus mandatos, La Doctora no pudo disfrutar de la complacencia de la gran prensa que supo festejar a su marido. Aunque mantuviera, a su lado, en el arranque, a Alberto Fernández, El Poeta Impopular. La pobre enfrentó severas derrotas, se enroló en causas perdidas, pero registró sus propias recuperaciones. Hasta debió improvisarse para el rol de La Jefa.
En los citados seminarios, así como se trata la epopeya de la hegemonía, desfila también la transformación del poder que se evapora. Sin darle siquiera importancia al clavel inerte de Boudou, El Descuidista, reconocido como el primer gran error de la estadista viuda.
Debe estudiarse la instancia que se extiende desde abril de 2012 hasta octubre de 2013. O sea, desde que en el estadio de Vélez se lanza el movimiento de buscapinas “Unidos y Organizados”. Cuando La Doctora decide la tontería abrupta de “ir por todo”. Junto a los incondicionales incentivados a fuerza de presupuesto de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora. Hasta que Sergio Massa, el titular de la Franja de Massa, le perfora, a su vez, Buenos Aires, la provincia inviable.

Líder de culto y fenómeno delictivoEn cuatro años, La Doctora supo mantener, como pudo, los trapos. Pero no supo sustituir el trípode de poder con que gobernó, como dueño, su marido. Junto a Hugo Moyano, El Charol, y Héctor Magnetto, El Beto. Suponer que con el sindicalismo adicto de Yasky y Caló, y con los buscapinas de Unidos y Organizados, podía suplir los servicios que le brindaba Moyano, es tan absurdo como suponer que con las publicaciones satelitales de Szpolski y Gvirtz, y con las escenografías de Grossman, podía suplirse el extinguido favoritismo que le dispensaba Magnetto. Y menos aún con Magnetto -o sea Clarín- en contra.
Es el medio como enemigo. Resignado, dispuesto a informar para no morir.
Así sea tardía, que sea bienvenida la información.

“Con Néstor era distinto”

Aparte de una fortuna tan indescifrable como oscura, El Furia le dejó a La Doctora un gobierno con destino clavado de naufragio. Pero cabe consignar que ella aprendió a encarrilarlo. Contó con la inestimable docilidad del peronismo en estado vegetal, que se adaptó a la ficción del rol de conductora. De Jefa.
Entonces La Doctora se lanzó a jugar al solitario con la política. Nadie puede culparla que continúe, aún hoy, con el juego en soledad. Confronta con la tendencia hacia la destrucción, contra la indignación de los sectores gravitantes de la sociedad que no encuentra -por suerte- quien los represente.

Líder de culto y fenómeno delictivoCon la iniciativa acaparada, La Doctora se dedica a envolver a los opositores envueltos con las construcciones épicas que sirven para simular el gran fracaso. Mientras se entrega a la seducción generacional de los jóvenes brillantes, que colaboran -junto al peronismo vegetal- para introducir el país en la ciénaga. Sin que se note, en exceso, las marcas del fango. Pero se ampara el negacionismo que indica que no existe el fango, como tampoco existe el default, ni el desacato, ni el estancamiento de la inflación.

Líder de culto y fenómeno delictivoPor si no bastara, La Doctora sabe que a sus espaldas prospera, entre los canallas que se colgaban del vestidito negro y dicen defenderla, otra interpretación.
“Con Néstor era distinto. Con Néstor esto no pasaba”.
Aunque aquella pasión recaudatoria de El Furia signe las verdaderas pesadillas actuales del gobierno. Por aquella ilustrativa franqueza que lo inducía a abrazar las cajas fuertes que ansiaba llenar.
Cuatro años después, La Doctora trata audazmente de reconstruir a El Furia como el máximo líder popular. Una versión desgarbada de San Martín contemporáneo, un objeto de culto para venerar. Mientras en simultáneo, la gran prensa sobrecargada de información, prefiere presentarlo, por derivaciones de la pasión recaudatoria, como un fenómeno delictivo.
El Furia sostiene, acaso, la compleja combinación de ambas interpretaciones antagónicas.
No deja de ser -la suya- una proeza.

Oberdán Rocamora

Máximo y su circunstancia

Informe de Consultora Oxímoron

Carolina Mantegari para JorgeAsisDigital.com

 

Demostración de fuerzas de La Cámpora

 

Introducción

Kirchnerismo y cristinismo

 

Aunque no se puedan analizar separadamente, el kirchnerismo tiene alguna diferencia proverbial con el cristinismo.

Kirchner, El Furia, conquistó la hegemonía y gobernó -reiteramos- con el apoyo sustancial de Hugo Moyano, El Charol, y la complacencia de Héctor Magnetto, El Beto. Y con la bendición del “viento de cola”. La soja.

Poco después de la muerte (irresponsable) de El Furia, ya La Doctora no contaba con ninguno de los dos apoyos primordiales. Sólo con la persistencia de la soja.

Fue El Furia quien encaró la guerra perdida que La Doctora supo empeorar después. Moyano, en cambio, dilató la mala relación un tiempo más.

Sin los pilares fundamentales, La Doctora prefirió gobernar con conjunción de incondicionales que la sostuvieron. Continuar leyendo

Maleficios de la etapa lazarista

A La Doctora ya se le atreven empresarios, obispos, jueces

 

Escribe Oberdán Rocamora, Redactor Estrella, especial  para JorgeAsísDigital

 

Etapa lazarista del cristinismo. Se la denomina así por las derivaciones de Lázaro Báez, El Resucitado, a quien los lectores del Portal conocen desde 2005. Conste que aún no se indagó, ni siquiera en la superficie, en la línea Sanfelice, El Bochi. Conduce directamente a Máximo, En el Nombre del Hijo, y hacia Bariloche. Del mismo modo en que Lázaro hoy lleva hacia las estancias que lo unifican con La Doctora. Ampliaremos.

En un primer tramo, La Doctora supo manejar con habilidad la herencia política de Néstor Kirchner, El Furia. Alcanzó la altura del 54 por ciento. Octubre de 2011.

En un segundo tramo, en abril de 2012 comenzó el camino de la lona. A través de su entrega hacia los buscapinas de Unidos y Organizados. Y de la petulancia hueca del “ir por todo”.

Pero La Doctora nunca acertó en el manejo de la herencia económica. En la clarificación u ocultamiento de la torta de euros. Es la torta que signa el maleficio de la etapa lazarista. Con la exhibición de los personajes secundarios que fueron transitoriamente fundamentales. Manejaron irresponsables millonadas. Impregnan de ridículo el mensaje de alta ejemplaridad, que La Doctora intenta en sus deteriorados soliloquios.

Para colmo, se obstina en ofender la inteligencia del argentino medio. Al disponerse a santificar, en cierto modo, al Nestornauta. A quien la introdujo en el laberinto que signa el ocaso. (Y por favor no vengan con la baratura de decir que aquí se critica a quien no puede defenderse. Lo decimos desde 2005 y está documentado en “La marroquinería política” y “El Descascaramiento”, de Editorial Planeta, hoy en Ediciones B).

Pese a las pastillitas indicadas por el doctor Manes, La Doctora atraviesa, según nuestras fuentes, por un periodo de irritabilidad. Está mal, desencajada, sin frenos inhibitorios. Convive con los “pensamientos tóxicos”. Como si no hubiera registrado las enseñanzas medulares del otro Facundo. El doctor Manes que compone también, según nuestras fuentes, con lícito derecho, la fantasía de sucederla.

 

Hipersensibilidad

La Doctora se transformó en una dama hipersensible de desequilibrio fácil. La sacó de quicio hasta la eficiente colega Natasha, con una pregunta de lo más simple.

Pero la desbordada hizo papelones justamente en presencia de otra presidenta, que la supera, para colmo, en templanza. Y a la que quisiera imitar, en la epopeya del regreso (ver “El mito bacheletiano”).

Como buena serpiente, lo planifica antes de irse. Por lo tanto necesita infinidad de diputados fieles. Y de jueces que le respondan, de manera complaciente. En la etapa lazarista que se viene con sus maléficas verdades.

Sin embargo a La Doctora hoy le temen, apenas, sus ministros. Los secretarios de Estado que dependen de sus arrebatos. Los que están dispuestos a aplaudir hasta más allá del final.

En la práctica, ya se le atreven hasta los empresarios. Lo cual es, casi, un exceso. ¡Si hasta producen deseos de defenderla!

En vida de Kirchner, cuando El Furia gobernaba con Hugo Moyano, El Charol, y el encanto caro de la negritud, y con Héctor Magnetto, El Beto, con sus aportes de silencios, en las kermesses anuales de IDEA ni siquiera se permitía el tratamiento de los temas que rozaran el menor sesgo crítico.

Hoy desde cualquier cámara la gastan. Ya ni resultan eficaces los recursos de la dupla Echegaray-Michel. Ampliaremos.

Por si no bastara, hoy cualquier dirigente empresario se le pronuncia. Le arroja, en el rostro, la maldita palabra inflación.

Trátase de la palabra que el genio de Axel Kicillof, El Gótico, aconseja negarle entidad. Lo conveniente es declararla inexistente, por absurda.

Ya que la inflación es un mito. Cualquier chartalista lo sabe. Como también pertenece al reino de la fantasía el déficit fiscal. O la necesidad reaccionaria de ajustarse.

La relación de Kicillof, el genio de cabecera, con Juan Carlos Fábrega, El Bancario Sensato y Elemental, ya no puede sostenerse. Cuesta disimular la persistencia del litigio. Y a esta altura sería excesivo sustituir a Fábrega con algún buscapina de La Cámpora.

Para hacer moco el Banco Central del mismo modo que se destruye, paulatinamente, el Banco Nación, que les dieron a los chicos para que se entretengan y ocupen los lugares claves.  A los efectos de hacer del Estado entero, con las recetas del MMT (´Teoría Monetaria Moderna”) una gigante Aerolíneas Argentinas. Total, el déficit no existe. ¿A quién le importa?. Si se cuenta con la generosidad inagotable de la maquinita de Boudou.

Si las tasas bajan el dólar se les escapa. Mientras tanto la recesión acecha. Como los licenciamientos de personal.

La Doctora está hipersensible porque se les desmoronan los pilares de flan del relato.

Y asoman, por todas partes, los impresentables pobres.

 

La justicia le pica el boleto

La Doctora siente que la justicia le tomó el tiempo. Que le picó sin piedad el boleto.

Le mantiene vivo el espectro de la equivocación fundacional y prioritaria. La culpa que, en exclusiva, le pertenece. Amado Boudou, El Descuidista.

Por suerte abundan los lineales opositores que le reclaman la renuncia. Sería la mejor manera de liberarla. Ni se dan cuenta (los lineales) que el precio más caro que La Doctora paga consiste en mantenerlo.

A su lado. Cerca en algunos actos, con la sonrisa fingida y los saludos hacia nadie.

“Es mucho peor tenerlo al lado que dejarlo caer” confirma la Garganta.

La justicia le voltea hasta el acuerdo demencial con Irán. Le brinda otra salida digna del embrollo en que se introdujo, según nuestras fuentes, por pedido de Hugo Chávez, a quien no podía decirle que no. Se le debe demasiado. Y no son precisamente favores ideológicos.

Aunque envíe a dos ministros agotados a reclamar, La Doctora debiera aceptar que la justicia en el fondo la salva. Aunque la vacune.

Cumplía con Chávez, en exceso. Y hasta cumplía con la memoria, a través del disparate de apoyar al inepto de Nicolás Maduro. Es quien se puso Venezuela de sombrero. Del mismo modo que puede ponérselo ella. En cualquier momento. Si sigue en la creencia del genio. En la inexistencia de la inflación o del mito del déficit.

Y hasta los curas de la Conferencia Episcopal ya no vacilan en vacunarla contra la enfermedad de la violencia.

Para replicar, La Doctora recurre a los textos del protector que ella y Verbitsky merecen. El Papa Francisco.

Es la última reserva moral que le queda. Es Francisco quien transmite, desde la nueva Puerta de Hierro, El Vaticano, la instrucción precisa de cuidarla.

Sobre todo, Eminencia, hay que cuidar a La Doctora. Tiene razón, pero hay que cuidarla de ella misma. Para que llegue, con algo de aire, hasta el final.

Pero quien reconforta es Julio De Vido, El Ex Superministro, en su audacia infinita. Cuando dice, en público, sin ningún prestigio que resguardar, sin nada para perder, sin ponerse colorado, que “no hay ningún final de ciclo”. Que el kirchnerismo, con su sexo breve y flojo, llegó para quedarse y ultrajarnos para siempre.

 

Oberdán Rocamora

El resurgimiento de Moyano

Escribe Oberdán Rocamora

Redactor Estrella, especial para JorgeAsísDigital

 

El Charol vuelve. Ante la impotencia de La Doctora y sin apoyos del peronismo político. 

La Doctora -como la oposición complementaria- debiera registrar que se asiste al resurgimiento de Hugo Moyano, El Charol.

El encanto de la negritud vuelve a situarse en el primer plano. Moyano se recupera después de dos años. Para ser precisos, desde que La Doctora cometiera el error medular de desairarlo. De instalar la distancia que Néstor Kirchner, El Furia, nunca se hubiera atrevido a clavar, aunque fuera, en el fondo, su deseo íntimo. Pero las mujeres siempre suelen ir más al frente.

Aquí se refirió que El Furia, antes de pactar con Moyano -y de entregarle mucho más de lo que le pidiera- ordenó un abordaje informativo y judicial. Para estudiar por dónde entrarle. Si por suma de irregularidades administrativas, las vulnerabilidades de crecimiento patrimonial, o a través de las siniestras indagaciones que pudieran salpicarlo. Por su actividad política y gremial, durante los setenta, entre las violencias de Mar del Plata. Con la totalidad del material en su poder El Furia evaluó que lo más conveniente era tenerlo adentro a Moyano, en su bolsa, para asegurarse el acompañamiento del obrerismo quieto y garantizarse el control de la calle.

Alguna evaluación casi similar lo llevó a aliarse, también, con Héctor Magnetto. Sin hacerle caso a la recomendación de Moneta, con el que se comunicaba pero sin que apareciera.

“Termine con Clarín”, sentenció Moneta. “Tendrá que aguantarse 50 portadas incómodas. Pero no tienen más”.

Fue la confluencia de los tres pilares. Manejo del Estado, Kirchner. Complacencia en la comunicación, Magnetto. Apoyo sindical, Moyano. El trípode de poder facilitó que Kirchner impusiera su hegemonía, durante su mandato presidencial. Ciclo (2003-2007) que debiera estudiarse académicamente, como ejemplo de la construcción de poder.

Con Kirchner en vida (pero ya sin ser el presidente) se registró el tratado conflicto con Magnetto y el Grupo Clarín. Ver “Guerra de Convalecientes”.

Aquí Moyano también lo acompañó. Fue el inspirador del cartelito “Clarín Miente”. 

A partir de la muerte (irresponsable) de Kirchner se produce la distancia con “el indeseable” Moyano.

Como si La Doctora cumpliera con la instrucción póstuma de El Furia. Si nos inducen a buscar una fecha emblemática, fue el 27 de abril de 2012. Cuando La Doctora percibió que podía colmar el estadio de Vélez sin ayuda del sindicalismo, ni del “aparato justicialista”, y relegar sin inconvenientes a los “gobernadores atragantados” (cliquear), hacia un espacio subalterno.

Es el turno de los buscavidas de Unidos y Organizados y de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora. La gestación de la fuerza de incondicionales absolutos, que le permitiera mantener a La Doctora el perfil preferido. Sin imágenes deprimentes. Y aplicar la sentencia movilizadora de “ir por todo”. Hasta desgajarse y paulatinamente reducirse, en una política de circuito cerrado. Hundida entre sus incondicionales, los aplaudidores del elenco estable.

Sin el apoyo del trípode, era una cuestión de tiempo. El cristinismo ya era una causa perdida (Ver “Nuestra César contra El Charol“).

Pero La Doctora no acepta que fue precisamente con Magnetto y Moyano que Kirchner conquistó la hegemonía. Por lo tanto le costará también admitir las claves de su caída.

Creer que podía suplir los servicios que le resolvía Moyano con los buscas incondicionales de Unidos y Organizados, y con la docilidad de los gremialistas deslegitimados como Caló o Yaski, es tan idiota como creer que podía suplirse el servicio inicial del Grupo Clarín con el amontonamiento de sellos de prensa y de canales del Grupo 23, o del diversificado Cristobalito.

 

Relatividad de las encuestas

En adelante, con la constatación de la fortaleza de Moyano y lo que representa, correspondería relativizar el dictado de las encuestas, que signan la placidez de los comportamientos.

El gobierno se inspiró en la hipocresía de aferrarse a la imagen negativa de Luis Barrionuevo, Harry. E identificar la movida sindical que no entendían con su figura. Un gran acierto de Moyano consistió en perforar la negatividad que le marcan las encuestas, para imponerse con su legitimidad, con “el encanto de la negritud”, y acompañado del izquierdismo adaptable de Pablo Micheli y sobre todo del mismo Barrionuevo, con quien nunca Moyano dejó de comunicarse, sin necesidad de hablar siquiera por teléfono. Abundaban, por doquier, los canales. Como persisten en la actualidad los diálogos con los pocos suicidas que se encuentran transitoriamente enredados con Caló.

Aparte, Barrionuevo es el portador de una indiscutible popularidad que espanta, pero que asimismo atrae. Induce a la hipocresía del sensible que supuestamente se disgusta con sus sentencias, pero lo escucha con secreta admiración. Mientras tanto se repiten las imposturas que le produjeron la fama de filósofo de arrabal.

Barrionuevo es otro ganador por su coherencia. Siempre estuvo enfrentado al cristinismo y conserva la suficiente inteligencia como para cederle el liderazgo a Moyano. Al que tanto supo gastar cuando La Doctora lo expulsó del palacio.

“Estamos tristes, La Patrona ya no se pone más el gorrito de Camioneros”, le decía Barrionuevo, por teléfono, a uno de los tantos canales. Un gordo, que adelgazó admirablemente.

 

Los postulantes tibios 

El tercer mensaje del 10 de abril es para los referentes tibios que aspiren a colocarse la banda en 2015. También pueden situarse entre los perdedores de una jornada que no supieron evaluar. Anticipos de los escenarios que tendrán que enfrentar en caso de tener éxito, y suceder a La Doctora.

En los radicales vaya y pase. Pueden alegar una suerte de obstáculo tradicionalmente cultural. Una imposibilidad para captar la dinámica del movimiento obrero, mayoritariamente peronista.

En cuanto a “Sergio, Daniel y Mauricio”, los tres integrantes de la miniserie, es perdonable el error de Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol. Porque, aunque es un buen amigo de Moyano, se encuentra aferrado a la estrategia improvisada de La Doctora que no acierta.

En su impotencia, La Doctora instruyó a los incendiarios para que se incineraran. El caso más grotesco es el de un peronista en la pendiente como Capitanich, El Premier. Costará facilitarle, al Montenegrino Denso, el retorno desde el ridículo (aunque en el peronismo siempre se puede).

O de otro “compañero” como Randazzo, El Loco, que se deslizó por los mismos lugares comunes.

Como Kunkel, El Lindo Julián (Domínguez), o el inexplicable Pérsico, “compañeros” que rifaron sus trayectorias al pronunciarse contra “el chantaje” y la “extorsión” de esta huelga. Para deslizarse en la gilada autoritaria de sostener que el “paro es político”. Como si algún paro, de los tantos en que participaron, no lo hubiera sido.

A veces una huelga/les arruina el alma”, dice un poema de Mario Benedetti. Con el “alma arruinada”, el cristinismo verbal ayer hizo el ridículo. Pero también Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, y Sergio Massa, Aire y Sol II, se desgastaron en intrascendencias, como consumidores de encuestas que muestran también su desconcierto ante el confirmado renacer del sindicalismo, sin el menor apoyo del peronismo político. Con la inalterable capacidad de paralización, y sin necesitar, siquiera, de las enternecedoras inocencias de la izquierda tan combativa como adolescente. La que prefiere sobreactuar, incluso, hasta su alborotado crecimiento.

Los muchos que se fueron

sobre informe de Consultora Oximoron
Redacción Final de Carolina Mantegari

Introducción

Desprendimientos

Julio Bárbaro fue de los primeros en desengancharse. Aunque después de Gustavo Béliz, Zapatitos Blancos, junto con los Centauros Quantín y Campagnoli.
Jorge Yoma, en cambio, fue de los últimos en irse.
En el medio se les rajó Alberto Fernández, El Poeta Impopular.
Para completar la síntesis introductoria, se les fue Sergio Massa, Aire y Sol II.
Hoy Bárbaro, Yoma y Fernández se encargan pacientemente de demoler, en los medios, el relato cristinista que ayudaron a construir.
Pero es Massa quien le asesta (al relato) el máximo golpe. Cuando se decide electoralmente a enfrentarlo. Y le gana.
Merece indagarse el sustancial alejamiento de Miguel Bonasso.
Fue Bonasso el que aportó -acaso sin sospecharlo- la idea escenográfica que se transforma en el emblema vertebral que los sostiene. La Cámpora.
De todos modos, son dos los desprendimientos que supieron ser los pilares principales. Facilitaron oportunamente la implantación incuestionable de la hegemonía kirchnerista. Representan la comunicación y la institucionalización del trabajo.
Son Héctor Magnetto, El Beto -o sea el Grupo Clarín-, el enemigo desde 2008, y Hugo Moyano, El Charol, excluido del palacio en 2011.
Con el acompañamiento de ambos, Néstor Kirchner, El Furia, gobernó y edificó las bases más sólidas del poder que hoy -invariablemente- se diluye.
La enumeración de los desprendimientos no persigue instalar ningún reproche efectista. Ni descender al territorio fácil de la chicana.
Sirve apenas como elemento informativo para tratar lo que Oximoron, en su informe, califica de “tergiversaciones”.

Osiris Alonso D’Amomio
Director Consultora Oximoron

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Partir en silencio

Aquí debe rescatarse a Sergio Acevedo. Primer titular del Servicio de Inteligencia y después gobernador de Santa Cruz. Acevedo se les fue enojado, pero en silencio. Al tratarse del ex jefe de espías, o sea de un profesional de los secretos más sensibles, el Caso Acevedo debió haber registrado cierta gravedad. Pero pasó sin inconvenientes al tercer plano. Para refugiarse -el sujeto- en el lento olvido de su cátedra.
En silencio, también se les fue el senador Nicolás Fernández. Otro representante de Santa Cruz. “El Fernández que valía”. Era la voz de “la familia” en Senadores. Hoy atiende su bufete de abogado.
Por el silencio optó también el doctor Esteban Righi, El Bebe. El Procurador padeció el maltrato respaldado de Amado Boudou, El Descuidista (hoy políticamente sostenido por cuatro glóbulos rojos y uno blanco).
El camino del silencio militante lo tomó el ex canciller Jorge Taiana. Otro que partió casi humillado cuando La Doctora le exhibió la ejemplaridad moral de Boudou. Como Clarin no lo castigaba, Taiana era mal visto en la corte y fue desplazado del ministerio. Para reaparecer, años después, con la irrelevante candidatura a concejal.
Otro menoscabado canciller fue Rafael Bielsa, El Pavo Real (apodo puesto por El Furia). Posteriormente Bielsa fue utilizado para participar en diversas elecciones, todas perdidas. Para reaparecer, años después, como Inspector del Sedronar.
Pero Bielsa y Taiana (que en su momento discreparon) continuaron igual con la defensa -casi inexplicable- del cristinismo.

Los críticos

Según Oximoron, desde 1983 hasta aquí, ningún otro plantel de gobierno contuvo tantos funcionarios que, al irse, no vacilaron en mostrarse repentinamente críticos. En opositores feroces, casi despiadados, de aquello que en su momento integraron. Para lucirse como exclusivas figuras que animan las emisiones del cable.
Habría que incorporar, en la lista, a Jose Nun, opaco Secretario de Cultura y frustrado embajador. Hoy Nun castiga al cristinismo con énfasis, aunque casi nadie lo registra.
O a Martín Redrado, ex titular del Banco Central, que se fue en medio de un digno escándalo. O al discreto y sobrio Alberto Iribarne, otro ministro y también embajador trunco. A la señora Graciela Ocaña, deslucida inspectora del PAMI y luego ministra inadvertida, muy activa hoy con el profesionalismo de la denuncia.
O Felipe Solá, gobernador y diputado. El máximo cuadro del felipismo resultó fundamental (junto a Randazzo, El Loco, que persiste) en la epopeya intensa de destruirlo a Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas).
Aparte de haberlo instalado a Kirchner como presidente, Duhalde es otro prócer que también participó de los iniciales efluvios del kirchnerismo. Como Inspector del Mercosur.
El Informe Oximoron se extiende también en el caso, acaso prescindible, de Roberto Lavagna, La Esfinge, ministro heredado. Enlaza con el caso de Guillermo Nielssen, El Flaco, el eficaz renegociador de la deuda, que continuó como embajador.
Hoy Lavagna y Nielssen se destacan como hondos cuestionadores de la política económica (si es que puede llamarse así al conjunto de improvisaciones de Kicillof, El Gótico).
Participan del espectro difuso de la oposición. Como el embajador Gil, El Gauchito.

En cambio, el descuelgue fundamental de Alberto Fernández sirve para intentar la racionalización (o el agotamiento) del esquema cristinista.
Emerge Alberto como el antecedente inexorable de la partida tardía de Sergio Massa, que lo sucedió como Premier.
A Massa -Aire y Sol II- le bastó con desengancharse recién en 2013 para convertirse en el opositor más inquietante.
Resume Massa la constatación de una certeza. “Nunca existe adversario más peligroso que aquel que surge de la misma fuerza”.
Resta otra formidable lección para discutir: Los elegidos para terminar con el cristinismo son precisamente aquellos que supieron desprenderse a tiempo del relato cristinista.
Otros opositores abstenerse. Sobre todo los antiguos.
El premio grande nunca es necesariamente para aquel que critique antes.
Es para aquel que critique mejor. Que acierte en el momento indicado.

Tergiversaciones

En el tramo del epílogo, Oximoron advierte sobre el pretexto funcional de algunos de los que fueron colaboradores protagónicos. Se alude a la sensación de culpa anticipada.
Porque podrían ser señalados, en el futuro mediato, como colaboracionistas del fenómeno indigno.
Los muchos que se fueronLa gran tergiversación alude a la trampera intelectual de plantar, con cierta impunidad, que “con Néstor era diferente”.
Que los graves dilemas de la declinación se agravaron por los errores de La Doctora.
O por las desviaciones registradas a partir de la muerte (irresponsable) de El Furia.
“Cuando se perdió el liderazgo”. Lo sostienen quienes enuncian la tergiversación.
Solidifican la legitimidad de creer que La Doctora tomó por un camino diferente al de El Furia.
Que se enclaustró entre los incondicionales que se aferran a la alternativa única de su estrella.
Para desgastarse en la celebración grotesca de las equivocaciones múltiples que no asumen.
La evaluación de Oximoron marca exactamente lo contrario. Indica que es con El Furia que se instalaron los desastres seriales que aún se mantienen.
Culminan con la extraordinaria decadencia. Con la presente etapa lazarista del cristinismo.
Mientras tanto, se ejecuta el ajuste que, en simultáneo, se niega.
Y de los pilares de Magnetto y Moyano se pasó a gobernar con los dos pilares de Berni y Milani. Merecen otro informe.
El gobierno de La Doctora es, en definitiva, deplorablemente malo. Una sucesión de tergiversaciones que se improvisan para justificar otras.
Pero el gobierno ya era insalvablemente malo cuando vivía y lo conducía El Furia. Con el colaboracionismo consciente de muchos de los que, saludablemente, se desengancharon. En el país generoso que nunca detiene la rutina de brindar nuevas oportunidades.

Carolina Mantegari
Informe Oximoron-Redacción final

El factor Milani

El factor Milani (I): por primera vez en 30 años un militar tiene cuotas de poder real.

escribe Oberdán Rocamora

El control de la calle

En Egipto, Bolivia, Túnez, Argentina o probablemente pronto en Venezuela, lo que derriba gobiernos es “la calle”.
Es la lección positiva que dejó Néstor Kirchner, El Furia. La necesidad de mantener controlada “la calle”. E impedir que el adversario sea quien la ocupe.
El Furia invirtió dinero en abundancia del Estado para compartir la calle con los sectores inofensivos de la izquierda. Fue a través de las “organizaciones sociales”. Padecimiento organizado, adicto al arte de aferrarse al presupuesto.
Aparte entonces contaba a su favor con el espectro de Hugo Moyano, El Charol. Y con el encanto de la negritud disuasoria.
No iba a ser nada fácil disputarle “la calle” a Kirchner.
Pero el primero que lo atormentó, hasta el desequilibrio, fue El Ingeniero Blumberg. Aquel que convocó cientos de miles de inseguros portadores de velitas.
A Blumberg, El Furia logró controlarlo con leyes y billetes. Llegó hasta a exhibirlo en aquel penoso Corsódromo de Gualeguaychú.
Hasta que ocurrió el (auto) devastador conflicto del campo. Cuando hubo que recurrir hasta a la trompada previsible de Luis D’Elía, El Falso Negro Levantino.
Y después fue la ocupación trágica del Parque Indoamericano. Resuelta por el bolso mágico y el banco móvil del teniente coronel médico Sergio Berni, El Licenciado Serial (que tiene mucho que ver en la miniserie que hoy se inicia).
En adelante se registraron los sustanciales cambios en el área cosmética de la Seguridad. Se le concedió el poder inusual a la Gendarmería, que irritó a la Policía (y también al Ejército, aunque aún no contaba).
Emergía Gendarmería como la fuerza geisha del cristinismo (Ver “Gendarmería para la Victoria”). Hasta que al cuerpo le estalló la propia crisis que asustó al gobierno desprevenido hasta el espanto.
Era tarde, aparte, para entregarse a la policía. Contenía el flagelo del conflicto que estallaría definitivamente en el último diciembre, en la vanguardia de Córdoba. Para expandirse.
Con el marco desolador, como paisaje brutal, de la estrategia triunfal del narcotráfico. Y con las catástrofes del gobierno inepto, a la deriva, surcado por la mala praxis y atemorizado por el presagio del mal final.
Desde entonces, el Ejército es la única fuerza en que confía el cristinismo. O sea, para ser rigurosos, Carlos Zannini, El Cenador, La Doctora y a veces Máximo, En el Nombre del Hijo.
Es en el Ejército donde persiste el General inquietante. El Seductor de Sexagenarias. Casi carismático, poco escrupuloso, de ascenso irresistible. Acumula cadáveres en los placares, pero ya supo proporcionar muchos más servicios de los necesarios.
Está encuadrado, es “del palo”. Enternece hasta a la señora Hebe de Bonafini, La Comandanta, improvisada como entrevistadora.
Supo desgastarse en el periodo de los méritos y en la tensa eliminación de competidores.
Y se pronuncia, por si no bastara, a favor de “la causa nacional”. A la que pone el Ejército a su disposición.
En un cierre circular, llegado el caso, ya transformado en el Jefe de Estado Mayor, el Teniente General César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani asegura la movilización de tropas para sostener al gobierno. Apenas hay que darle todo lo que pide. Tragarse sapos. Y bancarlo.

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Más acá de la veda

Alivio para la sociedad. Final de la campaña.

escribe Oberdán Rocamora

Alivio. Culmina la campaña más insosteniblemente larga e insufriblemente monótona de la historia.
Se registra el cansancio moral de la sociedad por el desfile televisivo de los candidatos previsibles.
Salvo determinadas excepciones para concejales, la mayoría de los postulantes son demasiado conocidos. Al extremo de no sorprender.
De imposibilitar la espera de algo nuevo. Original. Lo que menos necesitan es tener un competente jefe de prensa.

Resta saber, en la provincia inviable, Buenos Aires, por cuánto ganará Sergio Massa, Aire y Sol II, a Martín Insaurralde, El Barrilete de Plomo. Por quien se juega -en defensa propia- Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol I.
El resultado remite a una cuestión meramente académica.
Oxímoron insiste. Con que Massa triunfe por un sólo punto, se trata de un resultado extraordinario. Pero van a ser -para Oxímoron- entre 8 y 10.

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Los que ponen votos y los que ponen versos

DANIEL, MAURICIO Y SERGIO II: El conflicto que desangra al cristinismo en retirada.
escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella

“Si adentro hay nada más que 60 mil, es fácil, te ponés 30 en un bolsillo y 30 en el otro y te vas. ¿Para qué vas a llevarte la caja?”.
La Doctora, según nuestras fuentes, ilustraba a los testigos perplejos. Todos “titulares”. Aludía, con indiscreta confidencialidad, al extraño robo filmado en la residencia de Sergio Massa, La Rata del Tigre, Aire y Sol II.
El robo a Massa es casi tan inexplicable como el misterio del crimen de El Lauchón. Ampliaremos.

El episodio tratado de la caja transcurrió en la reunión “cerrada” del Hotel Patagonia, en Río Gallegos, ex Tierra Santa. Después que la santidad territorial se desplazara, oportunamente, hacia el Tigre.
Alude a la idea de la presunta abundancia. Reflejo de la prosperidad, en materia de expectativas.
Calibra la actualidad política en la provincia (inviable). Buenos Aires.

Los Sin Techo

Basta con confirmar que determinado empresario, de relativo primer nivel, buscaba, sin suerte, durante la semana anterior, una manera directa de llegar a Sergio. Mantenía el saludable propósito de acudir en auxilio solidario del vencedor.
“Mirá que no quiero pedirle nada”, advirtió el empresario, según nuestras fuentes, al canal confiable que podía intermediar.
Al contrario, “es para ponerle”.

El muchacho, en semejante aspecto, “está muy dulce”. Le sobra. Como para no preocuparse, en exceso, por el contenido de la caja extrañamente robada. De manera tan visible. Como estaba visible la “carta robada” del cuento de Edgar Allan Poe.
Trasciende que, a esta altura, por la demanda, cuesta obtener cinco minutos con Sergio.
Significa confirmar que Aire y Sol II, el actual propietario de la centralidad, casi no tiene espacio para recibir a la totalidad de los garrocheros que sobrevuelan a su alrededor. Y procuran aterrizar en Tigre, Tierra Santa.
Con la metafórica garrocha en la mano, los abnegados también hacen antesala, durante horas, en la puerta del edificio de Cerrito y Juncal. Es donde se habilitó un piso entero, “para el armado político”.
Llegan los audaces para postularse como referentes del “massismo”. Desde los puntos más alucinantes del país.
Aunque el muchacho -Sergio- deba prepararse, apenas, para las iniciales legislativas de octubre.
Proliferan los “sin techo” que llegan con la medialuna enarbolada. Pretenden, ansiosamente, los medialuneros, “cerrar algo”. Asegurarse un techo, estar “adentro”. Ahora, ya. Los profesionales no quieren llegar tarde. Ni “quedarse afuera”.

Lo difícil de explicar

Para colmo, la escuadra de Francisco de Narváez, El Caudillo Popular, el vencedor de 2009, pasa a convertirse en un aeropuerto que registra exclusivamente las partidas. Sin ningún arribo.
A esta altura, y con suerte, sólo le quedan votos para reservar una banca.

Con semejante perspectiva, el cristinismo se desdibuja. Solo. Se cuece en la tinta de sus contradicciones.

“El kirchnerismo es un fenómeno difícil de explicar”, dijo La Doctora, al estimable periodista de la casa. Propia tropa.
Dolorosamente altiva ante la derrota, La Doctora no puede explicar la admirable construcción del poder kirchnerista.
Menos puede interpretar, entonces, la abrupta declinación del cristinismo.
Del 54% al 29 actual, en menos de dos años.

Con el tiempo, cuando pasen las turbulencias y los divisorios rencores, podrá estudiarse -en seminarios privados como los del portal- tanto la construcción kirchnerista como el desmoronamiento cristinista.
Partes del mismo fenómeno “difícil” -para La Doctora- de “explicar”.

Votos y versos

Aquí tratamos, en exceso, el apoyo de las otras dos patas fundamentales de “El Trípode”.
De Hugo Moyano, El Charol, y de Héctor Magnetto, El Beto. Es el poder real que se intentó superar.
Hoy se asiste al desvanecimiento de la alianza tácita entre lo que queda. Los peronistas que ponen los votos y los progresistas que aportan los versos.
Es el resultado de la insuficiencia catastrófica del frepasismo tardío.
Lo supo diseñar Carlos Zannini, El Gran Consumidor de Pescado (Podrido). Es el antiperonista que alcanzó la proeza de conducir un gobierno de matriz peronista.
Al fin y al cabo, para La Doctora, los “buscapinas” de Unidos y Organizados resultaron aún menos útiles que los ambiciosos cobradores de sueldos de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora.

En el intermedio de las derrotas, el conflicto hoy se da entre los que ponen los votos, que sienten peligrar el control de sus feudos, y los que ponen los versos. Los que perciben su anulación porque espantan, con sus brillantes ideas, justamente a los votos.

Las diferencias estallan, para colmo, en la delicada problemática de la inseguridad, que de pronto adquiere existencia.
Y no se trata, apenas, de recurrir a los servicios abusivos de la “Gendarmería para la Victoria”. De los miles de gendarmes que dejan las fronteras libradas a la suerte, para evitar los crímenes multiplicados del conurbano bonaerense.
Los que aportan el verso progresista ya no se conforman con la dignidad de los juicios, ni de los presos.
Se les esfuma, de repente, también la hegemonía argumental.
Hoy los verseros tienen que soportar la jura, como Ministro de Seguridad, del mini-gobernador de Ezeiza, Alejandro Granados, El Mangrullo.
Es el aportador de votos que supo alardear, incluso, hasta por su penosa “mala puntería”, que le impidió cargarse dos o tres delincuentes desesperados.
A quienes, según los que aportan los versos -a cambio de ejemplar humanismo y presos sin importancia-, debe tratarse con mayor consideración. Con firmes garantías básicas. Sin gatillos explicablemente temperamentales.

“Tanto pedir por la cabeza de Casal y ahora tienen que bancarse alguien que es mucho peor que Casal. Más duro aún, como Granados”, confirma la Garganta.
Es -Granados- el peronista clásico de colección. Readaptable al distinto tenor de las jefaturas que desfilaron, mientras consolidaba el dominio en su feudo. Ezeiza.

Desplazamiento de la responsabilidad

Pero ánimo, no todo está perdido. El retroceso del progresismo inspira una idea casi genial, apenas positiva para constar en actas.
Significa el desplazamiento de la responsabilidad por la próxima derrota.
La victoria abrumadora de Sergio, Aire y Sol II, que se aguarda para octubre, pasa a ser, en adelante, la exclusiva responsabilidad de Daniel, el Líder de la Línea Aire y Sol I.
En defensa propia, Scioli se pone al frente de la causa perdida. Una campaña compuesta por hombres especialmente seleccionados para la tarea de aislarlo. Cuando La Doctora ya carecía de brújula, estrategia. Sobre todo de buena información. Y la surtían de pescado que olía muy mal. Podrido.

La última alquimia consiste en transferir la responsabilidad de la derrota a Daniel.  A los efectos de atenuar los calamitosos errores de la dupla, de La Doctora y Zannini, que amparan a los aportadores de versos, y que hoy se encuentran en retroceso y en banda.
Son los máximos responsables del descalabro institucional que se viene. Y que permite aludir a la necesaria indulgencia de los vencedores. Como de los oportunistas que quieren sangre. O producir caídas dramáticas, situaciones límites. Imaginan renunciamientos. Ampliaremos.

Al cierre del capítulo de la flamante miniserie se registra, según Consultora Oximoron, en la Buenos Aires inviable, una diferencia de 14 puntos. En favor de Sergio. Sobre el buenito de Martín Insaurralde, El Barrilete de Plomo.
Para Oximoron, la próxima derrota de octubre produce un inapelable desplazamiento institucional del poder.
La alarmante fragilidad del Ejecutivo determina la próxima centralidad en el Legislativo, que a partir de diciembre tendrá no menos de cinco candidatos presidenciales.
Tres en la cámara mayorista, o sea Diputados.
Massa, Julio Cobos, El No Positivo, y Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto.
Y dos, hasta hoy, en la pasiva selectividad del Senado.
Ernesto Sanz, La Esperanza Blanca, el Reutemann de los radicales. Y Adolfo Rodríguez Saa, del Estado Libre Asociado de San Luis. Siempre y cuando, después del último papelón, El Hermano Alberto dé un paso atrás, como en el tango. Para dedicarse a la pintura, que lo reclama, como el teatro. O a los placeres del ocio, la gratificación del amor.

Oberdán Rocamora
Continuará | Manténgase conectado.

Coppertone para todos

El cristinismo se evapora entre pases recíprocos de facturas veladas.
escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella

Con el tiempo -cuando cese el apasionamiento precario- va a estudiarse la admirable construcción de poder del kirchnerismo, entre 2003 y 2005.
Como se va a estudiar también la evaporación del poder cristinista, entre 2011 y 2013.

La Doctora dejó de ser la solución. Es el problema.
Su presencia comprime, sus palabras alejan. Pero nadie se atreve, entre los suyos, a insinuarlo.
Pese a la declinación que alarma, al descenso paulatino del respeto colectivo, aún -según nuestras fuentes- se le teme.
Al extremo de asegurar que algunos viceministros decisivos, a través del correo electrónico, lo consultan a Máximo. Como si el vástago fuera de verdad un conductor solvente. Con el básico objetivo de mostrar, entre la incertidumbre, un poco de aprobación.

“La hipótesis del helicóptero, con La Doctora, no corre, olvídese”, confirma la Garganta.
Un peronista, electo con legitimidad, sólo abandona el poder como consecuencia de un golpe militar. Como en 1955. O 1976.
“O porque le pegan un tiro en la cabeza”, continúa. Por cuestiones más pasionales que políticas. Como al Gringo.

Cuando se es portador del ADN peronista, no debe consignarse ninguna hipótesis de renuncia.
“El helicóptero es una solución reservada para los radicales, que se toman más en serio y suelen ser más dramáticos”.
En la cultura de referencia, son los propios peronistas los que jamás van a admitir abdicaciones.

Entonces el cristinismo se debate en el pase recíproco de las facturas veladas.
Se impone la indulgencia interpretativa. Se recomienda evitar el ensañamiento innecesario contra los derrotados.
La catarata de adversidades acentúa el rigor de la mala praxis.
Son demasiado crueles consigo mismos, y se registran enfrentamientos en cada ministerio. Secretaría de Estado. Dependencia.
Las descalificaciones y los odios impregnan el “pálido final” (Tango).

La bronca con Zannini

“Así que nosotros somos los corruptos y Zannini un impoluto, mirá vos” -nos confirma el cercano a Julio De Vido, el Ex Superministro.
“¿Y Electroingeniería? Es Joda. ¿Romanticismo de celda? Si todo salió para el demonio es porque se hizo lo que decidió Zannini, el Jefe de La Cámpora”.
Crece, en el sigiloso peronismo, la bronca contra Zannini.
Cuentan que Zannini los arrastró con el cuento de la Democratización de la Justicia.
Por el progresismo efectista de designar, por votación popular, a los miembros manipuladores del Consejo de la Magistratura.
Es la línea de interpretación que respaldan los peronistas que absuelven a De Vido. A quien quisieron responsabilizar por la derrota. Por encargarse de repartir las espiritualidades entre los municipios. Muy tarde, muy mal.

“El responsable fue Zannini. Quiso ser el candidato nacional en el distrito único y saltar, desde la plataforma de la Magistratura, hacia la candidatura presidencial”, insiste la Garganta.

De manera que, cuando La Doctora y Zannini utilizaban a los gobernadores infelices, enrolados en el Grupo GESTAR, no era sólo con el propósito de aislar a Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol I.
Ni porque contaban con la información distorsionada sobre las andanzas de Sergio Massa, la Rata Del Tigre que los embocó, Aire y Sol II.
Era porque se preparaba, en baño María, al sucesor preferido. Carlitos Zannini, El Gran Consumidor de Pescado. Podrido.

Frepasismo tardío para todos. A los efectos de acelerar la superación del peronismo anacrónico, representado paradójicamente por los gobernadores peronistas aferrados al“Vestidito negro”.
Ellos iban a recibir, también, con alguna excepción, la lección de la derrota de agosto. O del empate.
Son los que conversan, ahora, como tías en el velatorio. Y tratan, con relativa elegancia, de descolgarse. Para caerse del Vestidito.

La Justicia, otra vez, iba a clausurar definitoriamente el sueño.
Bastó, apenas, con declarar la inconstitucionalidad del zafarrancho legislativo de la Democratización. Volteado por la Justicia que precisamente buscaban “democratizar”.
Los aferrados al Vestidito Negro, instrumentados todos por Zannini y La Doctora, para colmo sin saberlo, iban a terminar, todos, en El Mangruyo de Granados. A los aplausos en Ezeiza, con aclamaciones favorables hacia Aire y Sol I. Como si Scioli fuera la reencarnación de Sandro.

Coppertone para Todos

En “El vuelo de los garrocheros”, se anticipó la moda previsible del invierno.
Saltar hacia el “Tigre, Tierra Santa”, también.

Se instala la creencia que 2015 contiene la atmósfera de la utopía.

Emerge octubre de 2013 como la próxima frontera. La elección legislativa aguarda con la derrota más severa en la provincia que les importa. Buenos Aires, La Inviable. Por más de 10 puntos de diferencia.

De poco le sirve, a esta altura, a La Doctora, asumir tardíamente el estallido del relato.
Aceptar la existencia de la inseguridad, de la inflación, subir el mínimo no imponible, para taparle la boca a Massa o a Moyano, El Charol.
Tampoco le sirve ocultar, en lo posible, los símbolos más cuestionados. Como si, de repente, Amado Boudou, El Descuidista, máximo error de la estadista hormonal, no existiera.
Hoy El Descuidista participa de onerosas excursiones, tan lejanas como extravagantes. Útiles para quitarlo transitoriamente del escenario.
Y carece de sentido desactivar totalmente a Guillermo Moreno, el Antonio Das Mortes, El Cumplidor de Instrucciones.
Ningún otro Das Mortes se encuentra en condiciones de apretar a los cambistas. Cueveros que se divierten con el ascenso del Blue.

Pero ánimo, no todo está perdido.
Probablemente la salvación provenga de El Consultor Providencial. Con su receta posiblemente mágica.
El Consultor Providencial fue llevado hacia La Doctora, según nuestras fuentes, por el buenito de Martín Insaurralde, El Barrilete de Plomo.

Para colmo Insaurralde sospecha, en el fondo, que efectivamente podrá ser el candidato a gobernador de La Provincia Inviable. Pero impulsado, llamativamente, por el adversario actual. Su buen amigo y colega Massa, Aire y Sol II.
Insaurralde podrá disputar, acaso, la Provincia Inviable, con el devaluado Francisco de Narváez, El Caudillo Popular, que hoy enarbola el discurso de Heidi. Aunque impulsado -secreto de multitudes- por Scioli.
Pasan cosas lindas en la familia del peronismo.
Marche más Crespi Seco.
El Aire y el Sol, en definitiva, se imponen.
“Coppertone para Todos”. Como instiga, con saludable desenfado, un airesolista del primer tipo, que se siente en la antesala del poder, y reparte embajadas como si fueran estampitas de Francisco.

Oberdán Rocamora