La batalla por los radicales

MAURICIO; SERGIO Y DANIEL (3ra.Época): Mientras Sergio y Mauricio se baten por Sanz se le despeja el camino a Daniel.

escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
En “Solo tres en la pantalla” se aludió a la competencia abierta entre Mauricio y Sergio.
“Por los radicales que se disputan a cuchillo”.

En Jujuy, Sergio lo madrugó a Mauricio. Al exhibirse con fondo de montañas, aferrado a la sonrisa del senador radical Gerardo Morales, El Milagritos.
Por su parte, en Córdoba, Mauricio amaga con el diputado Oscar Aguad, El Radical Pro. Mientras recibe gastadas loas de la señora Carrió, La Demoledora. Una radical originaria, que desarma las coaliciones siempre transitorias que arma.
Ambos -Sergio y Mauricio- se lucen en la pasarela junto a sus radicales presentables.
Resta, en la competencia, sobreactuar el modelaje con Ernesto Sanz, la Eterna Esperanza Blanca.
Desde hace alrededor de un año, por los favores de Sanz trajina Emilio Monzó, El Diseñador del macricaputismo.
Mientras, desde hace un par de meses, El Consultor Misterioso trajina para acercarlo (a Sanz) hacia la Franja de Massa.

Pero Sanz, transformado en la perla de la corona radical, lanza su propia candidatura presidencial. Como si tratara de subir la desmesurada cotización.
Eleva Sanz el precio del doble atributo que lo caracteriza. Disponer de autoridad formal en el partido centenario (que se tajea). Y “medir” poco. Virtud que encierra la máxima tentación para quienes quieren alucinan con convertirlo en el vicepresidente ideal.
Por su parte, La Eterna Esperanza Blanca se deja cortejar. Incluso seducir. Plantea la provocativa disipación de “no poner límites”. Va “por las ideas”, no “por las personas”.
En otro doble juego de acercamiento y distancia con que Sanz confunde a los seductores. Ante el desconcierto y estupor de los otros protagonistas del devaluado Frente Unen. Con los emblemas corales de Los Cinco Latinos, presidenciables brotados del inmóvil eje socialista-radical.
Socialistas mormones de Santa Fe, representados por Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto. Junto a los izquierdistas desorientados, de medialuna enarbolada, que responden a Fernando Solanas, El Dirigente Universitario.La batalla por los radicales Y con los radicales breves que se referencian en Cobos, El Malvinero Sentimental, fortalecido por el inquietante Grupo Santa Romana.
Radicales recostados, en la práctica, casi dispuestos para ser divididos en tres, cuatro, innumerables porciones.

El negacionismo

Daniel, tercer protagonista de la miniserie, se manifiesta neutral en La Batalla por los Radicales.
Parece disponer, en adelante, del camino (relativamente) despejado. Sin que nadie se arriesgue, hasta hoy, a enunciarlo en voz alta.
La apertura de caminos es el producto imaginario del acuerdo improbable entre La Doctora y Francisco, San Borocotó.
O por lo menos se trata de una decisión pragmática de La Doctora, que se resigna a “fumárselo a Daniel”. Al sacrificio de bancarlo.
Milagro Scioli dista de ser el modelo del kirchnerista perfecto. Pero no cuentan con otro mejor. “Aparte -se confortan- Daniel estuvo siempre”.

En principio, los esmeriladores del cristinismo dejaron de esmerilarlo. Kicillof, El Gótico, se puso hasta el casco para acompañarlo en la fotografía.
Por lo tanto Daniel cumple, evita las expresiones diferenciadoras, compra el cristinismo en pie como si fuera cualquier Urribarri. Respalda hasta el último barbarismo conceptual de La Doctora.
En otro momento de repliegue, para juntar fuerzas, recuperarse y avasallar otra vez, La Doctora recurre a la identidad peronista. Así sea a través del explícito retrato de Evita y El General, que completa la escenografía.
Como los restantes gobernadores del Peronismo Vegetal (con la excepción de De la Sota, El Cordobés Profesional), Daniel se somete a la supuesta conducción de La Doctora. Y marchan juntos, solidarios y falsos, por el sendero de la patología, como si no se percataran del hundimiento en el ridículo.
Sumados todos, los peronistas vegetales, a la ficción del negacionismo.
Consiste en negar la gravedad del default. En negar el grotesco del desacato. En negar el descalabro de la economía y la carencia absoluta de credibilidad.
Son silenciosos colaboracionistas que llevan al peronismo hacia la sepultura. Mientras participan en la construcción del sobreactuado anti-imperialismo bipolar, cliquear también.

Retrocesos

Al despejársele el camino a Daniel, se clausuran automáticamente los caminos de franela presidencial de otros audaces que buscan posicionarse.
Retrocede, en primer lugar, Urribarri, El Padre del Marcador. Aunque podría anotarse, a lo sumo, como número dos, si quien concentra el poder -La Doctora- lo dispone.
Como retrocede también la gestualidad del Chivo Rossi, El Soldadito de Milani. Al que nadie -hasta el cierre del despacho- toma en serio como candidato. Ni en el ejército ni en Santa Fe.

Otro que propaga el deseo de ser presidente es Domínguez, El Lindo Julián. Para ajustarse, en adelante, acaso al rol más dificultoso de ser eventual gobernador de Buenos Aires, La Provincia Inviable. En un paquete posible con Diego Bossio, el próximo muñeco que Kicillof se dispone a voltear. La Doctora dejó de protegerlo a Bossio, y la caja es significativa.
El posible desplazamiento de El Lindo Julián hacia La Inviable, o hacia el clavel irrisorio de la devaluada Jefatura de Gabinete, atenúa también las ambiciones protagónicas de Patricio, El Mussi Chico.
No se conforma -El Mussi Chico- con el legado familiar de la mini-gobernación de Berazategui. Por la amistad de Máximo, En El Nombre del Hijo, y por dos apariciones en 678, creyó encontrarse en carrera para la gobernación. Como si fuera Espinoza, el mini-gobernador de La Matanza. O El Montoya de Scioli. Es Santiago Montoya, el cordobés que se anima -aún sin suerte- a la paquetería de pretender gobernar a los bonaerenses.
O como si fuera Martín Insaurralde, El Ex Barrilete de Plomo. Es, de la legión de aspirantes, “el que mide más”. Insaurralde concentra con su casamiento más atención que todos los postulantes juntos.
Insaurralde cuenta, por la atracción de Jésica Cirio, con el favor de la esfera mediática, que es, en la actualidad, más gravitante que la propia acción política (que aparte escasea).
De todos modos, El Mussi Chico va a hacer lo que decida Máximo, que es el único que tiene cierta Licencia de Corso. Para anotarse en la carrera que a La Doctora le plazca.
Tanto Máximo como La Doctora hoy son protagonistas de las más dispares maquinaciones. Es inútil registrarlas. Martingalas conjeturales que el portal aún no considera.

Final con Randazzo

Pero por más que se le despeje el camino, Daniel, Milagro Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol, tendrá que sortear otro obstáculo.
Es Florencio Randazzo, El Loco de la Florería. Islote independiente del archipiélago cristinista.
“Al Loco no lo conforma la idea de ser gobernador”, confirma la Garganta.
La Doctora no lo quiere tener cerca. Pero Florencio, aunque no tenga lugar en la mesa chica, se mantiene. Hace equilibrio entre los vagones. Sella pasaportes. Driblea acusaciones.
El “Loco” Randazzo es el peronista desopilante que estalla hasta desarmarse cuando le comunican alguna verdad que lo ofende y le molesta. Por ejemplo que hay “solo tres en la pantalla”. Mauricio, Sergio y Daniel. No se distingue ningún otro en la fotografía. Aunque se esmeren con morisquetas, entrevistas y cartelones.
“Se compran la agenda de los medios que están comprados”, confirma la Garganta que sostiene Randazzo. Convencido que El Loco va a vencerlo, en cualquier interna, a Daniel.
“Así lo apoye Cristina, La Cámpora o el Papa”.

Masones se distancian de Scioli

“Illuminatis” de la logia más calificada discuten alternativas estratégicas.

escribe Oberdán Rocamora

Redactor Estrella, especial

“Sociedad filantrópica, filosófica, laica y progresista. Objetivos: exaltación y perfeccionamiento de las elevadas virtudes humanas”.
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“Frates, tenemos que tomar distancia de Scioli”.

Los Illuminatis argentinos -masones que entre ellos se llaman “frates”- mantienen reuniones “más discretas que secretas”.
La última transcurrió hace doce días. Un prolegómeno “elevado” de dos horas, antes del almuerzo elemental de San Isidro.
Por discreción profesional se omite aquí la identificación de los participantes. Son influyentes como destacados y reconocidos.
Cuando trasciendan los efectos de la crónica, algunos frates podrán inquietarse. Desequilibrarse un poco, sentirse descubiertos.
Pero calma, frates. Nunca será para tanto.

Animó, en gran parte, un frate empresario de amplio espectro. Poli-rubro. Un respetado sexagenario de excelsa conservación, portador de elegancia clásica, sin ostentaciones. Tiene “vivos”, según nuestras fuentes, nunca menos de 500 millones de dólares. Sin embargo se encuentra saludablemente preocupado, como todos los frates, “por el destino de la república”. Por la falta alarmante de “vocación por disponer de una estrategia clara para el país”. Por la cultura nefasta de la “vigente improvisación”. Por el “expreso voluntarismo” que caracteriza a quienes se preparan, con “cierta ligereza”, para suceder al gobierno “agotado” que aún “acapara la iniciativa”.

En algún momento, según nuestras fuentes, por la emoción, el disertante se quebró. Cuando ensayó la conclusión sobre Scioli (para el Portal el Líder de la Línea Aire y Sol).
“Tomemos distancia, frates, aunque Scioli sea amigo de muchos de nosotros. Y sobre todo un buen amigo mío”.

Illuminatis

Trátase de una de las logias masónicas más calificadas entre las cien que funcionan en Buenos Aires.
Desde la mitificación infantil de aquellos patriotas de la Logia Lautaro, de principios del Diecinueve, o tal vez desde el GOU -Grupo de Oficiales Unidos-, de mediados del Veinte, se extiende la secreta tentación generacional de participar de una logia. Aunque derive, en el fondo, en la fugacidad de un mero grupo de presión. O en una banda de vulgar lobbing. O por lo menos en el afán de los albañiles modernos, sin la obsesión por construir catedrales, como los masones originarios. Estos Illuminatis son albañiles ideales para construir poder, participar de los réditos del mismo, y ser solidarios, en definitiva, con la logia (o la banda) conformada.
Nuestros Illuminatis, eventuales comensales de San Isidro, suelen frecuentar también las ceremonias solemnes del centro de Cangallo, donde talla el Gran Maestre.
Estructuran la logia más representativa por la ubicación que ya supieron conquistar sus iniciados. O que socialmente heredaron. Ya que algunos frates son “ricos desde el Moisés”.
O son consagrados autodidactas de los diversos campos. Desde la industria, el agro, el pensamiento o la comunicación.
Hijos virtuales de inmigrantes que se esmeraron exitosamente en el ascenso económico-social.
Lo que menos se propone la crónica es explorar la historia, ni siquiera el universo interno de la masonería. Emilio Corbiere ya escribió excelentes libros al respecto.
Aquí resta aclarar que los Illuminatis domésticos distan de ser espantosamente anticlericales. Pero se faltaría a la verdad si no se especifica que, entre los frates, reluce la presencia de un rabino erudito.

El boleto picado al peronismo

A través de los cristales desfilaba el verde contundente de San Isidro. En la sala se bebía apenas agua mineral, alguna gaseosa light. Mientras tanto, el empresario poderoso mantenía el equilibrio de la palabra.
Sostenía que Scioli “perdió la oportunidad de romper con el gobierno que paradójicamente lo excluye”.
Con rigurosa unanimidad -cabe consignarlo- Los Illuminatis le tienen picado el boleto al cristinismo.
Aceptan, eso sí, que Scioli es distinto. Que es atacado por los categóricos precisamente por sus diferencias.
Los frates no conciben un gobierno eventual de Scioli, por estar vinculado con “esta versión nociva, autoritaria, del peronismo”.
El “Frate” pregona la necesidad de “tomar distancia del peronismo en su totalidad”. Lo confirma, consciente que puede equivocarse otra vez.
Porque después de los fracasos, siempre se vuelve, con resignación, al peronismo.
El secreto de la hora consiste en comprometerse, para que un gobierno no peronista pueda tener, al menos, alguna “garantía de consolidación”.
Consta que un “frate”, otro empresario igualmente influyente en el norte, de apellido sonoro, o el frate impetuoso, el hilandero de aspecto juvenil y de cultura oriental, inicialmente hicieron negocios extraordinarios con “el régimen agotado”. Como la gran parte de Los Illuminatis. Compartieron, incluso, actos cordiales de inauguraciones, cortes de cintas. Acercamientos casi afectuosos con el matrimonio presidencial. Con el extinto y la dama (para el Portal El Furia y La Doctora).
Otro Iluminati, de origen alemán noble, expresó también su acuerdo con el agotamiento del ciclo peronista. Como el frate diputado, mandato en cumplimiento.

Exploraciones

Para desplazar al peronismo, en las próximas elecciones, se impone, por lo tanto, estimular los acuerdos “que se encuentran en curso”.
En palabras del Portal, entre el PRO -expresión institucional del macricaputismo-, y Los Cinco Latinos del Frente UNEN.
Sin embargo retomó la palabra el orador que se quebraba por su afecto hacia Scioli. Ahora para plantear que en el entendimiento debía incluirse a Sergio Massa. El de la Franja de Massa. Aunque Sergio fuera relativamente peronista.
Se destacó -en Sergio- el atributo inusual del coraje. Por haberse convenientemente enfrentado a los que hoy deben desplazarse.
El alemán del apellido distinguido asentía, como el frate rabino, y como el frate impetuoso de las hilanderías. Sólo se registró la disidencia personal planteada por un activo dirigente que representa a las asociaciones. A las cámaras. Institucionalmente no podía decir “Scioli sí o Scioli no”, o “peronismo sí o no”. Pero le parecía sensato que los frates exploraran el acercamiento entre el PRO y el UNEN. Aunque se producirían, a su juicios, nuevas divisiones invariables.
Aquí coincidió el frate diputado, el del mandato en cumplimiento.
“A Carrió y a Sanz puedo imaginarlos asociados a Macri”, puntualizó. “Pero no lo veo a Cobos con Macri”.
Acaso porque la unión de Macri con Sanz y Carrió le despeja inmediatamente el camino a Cobos. Porque se le agregarán los radicales desencantados.
Asimismo -prosiguió el diputado- consideró que es imposible encontrarlos juntos, de entrada, a Binner con Macri.
“Tampoco imagino a Carrió con Massa, por los misiles que Carrió le tira por televisión”, retomó el sexagenario, ya compuesto. “Pero sí lo imagino a Massa asociado con Sanz. O Con Cobos. Sabemos todos, frates, que abundan las reuniones” (son los acercamientos que el Portal trata en “La política swinger”).

Con los medios que dispongan, Los Illuminatis se comprometieron a colaborar para la estructuración de la fuerza más abarcadora, que no sea presentada sólo como un “rejunte”. Aunque al frate tan sensible le duela, “en lo profundo”, bajarle el pulgar a su amigo Scioli. Y todo por no haber reaccionado a tiempo.
Al pasar al comedor, los frates se permitieron brindarle algo más de color al día, a través del vino tinto, un malbec aportado por un frate que también tiene bodegas. Para transformarse, en adelante, en el grupo elemental de amigos reunidos para reconfirmar el afecto y compartir un simpático menú a la carta. Y para intercambiar diálogos amablemente inofensivos, bromas casi banales, ante el fondo verde más espectacular de San Isidro.

El Producto Mauricio (consumir con moderación)

escribe Oberdán Rocamora

Redactor Estrella, sobre Informe de
Consultora Oximoron, especial

Introducción

Sociedad cargada de pesares

La dilatada miniserie “Daniel, Mauricio y Sergio” es indispensable. Por ella, el Portal sobrevivió con argumentos, durante dos años.
Al iniciar la “tercera época”, la historia de final incierto mantiene la frescura tensa, y el interés en aumento.
Ocurre que tampoco apareció ningún otro que supere la medianía estética. Signa (la medianía) la actitud de los tres reconocidos protagonistas. El consumidor los conoce de memoria. Por lo tanto no tiene mayores posibilidades de sorprenderse.
El trío -que compite por la presidencia- conecta, en perfecta armonía, con el estado paradójicamente light de una sociedad cargada de pesares. De situaciones límite.
Cuesta entonces situarlos, a los tres héroes, a la altura de los pavorosos problemas que La Doctora, al partir, lega a la sociedad. La sociedad paradójica que prefiere consumir productos light. Frescos. Sin litigios ni confrontaciones que marcaron las turbulencias del kirchner-cristinismo.
Hasta el cierre del primer capítulo de esta “tercera época”, uno de los tres se calzará la banda.
Ya que José De la Sota, El Cordobés Profesional, no aparece aún visible en la fotografía. Por más que se obstine en méritos mediáticos.
Como tampoco aparece en la pantalla ningún exponente de la colección de precandidatos de invierno, de los que impulsa La Doctora para esmerilar a Daniel. Ni Domínguez, El Lindo Julián; o el inflamado Randazzo, El Macho del Off; o Urribarri, Padre del Marcador. Mencionar en la acumulación a Rossi, El Soldadito de Milani, simboliza un acto de piedad.
Por su parte, Los 5 Latinos de UNEN, amontonan las imposibilidades que los hacen descender. Colectivamente decepcionar. Hasta someterse a la sentencia perdonavidas de los consultores.
“Aún no miden”. Pese a los atributos morales del conjunto musical.

Osiris Alonso D’Amomio
Director-Consultora Oximoron

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Bandera verde

Al margen de la multiplicación de operaciones entrecruzadas, que inspiran el objetivo brutal de demoler recíprocamente al adversario, “Mauricio, Daniel y Sergio” se encuentran -para Consultora Oximoron- a la par. Empatan con alrededor de un cuarto del electorado para cada uno. Sea dicho a pesar del fuerte operativo en marcha que consiste en degradar tanto a Daniel, El Esmerilado, como a Sergio, El Enemigo
Al primero, Daniel, porque se lo da ya por tercero cómodo, mientras se pone en duda que sea candidato.
“Hoy pierde con Randazzo en la interna del kirchnerismo”, confirma la Garganta.
A Sergio, en cambio, porque se especula acerca del momento de capitular y sentarse a negociar.
“La meseta, para Sergio, representa un retroceso”, confirma otra Garganta.
(Ampliaremos en los próximos capítulos).

Significa confirmar que persiste otro 25 por ciento, para repartirse entre el Resto del Mundo. O para ser rapiñado por alguno de los tres que empatan.
Infortunadamente, existe un extendido espacio libre que aún no alcanzan a ocupar Los 5 Latinos.
Trátase de la célebre conjunción metropolitana que admite el lucimiento televisivo de la señora Elisa Carrió, La Demoledora. Notable primera voz, en su rol de Estela Raval. Acompañada por los cuatro correctos caballeros, que le hacen el coro para cantar “Juntitos Juntitos”. Pero es una melodía que no prende.
Cleto Cobos, El Malvinero Sentimental. Pino Solanas, El Dirigente Universitario. Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto.
Y por último el acosado Ernesto Sanz, la Esperanza Blanca. A quien el PRO -expresión institucional del macricaputismo- supo imaginar, sin mayor disimulo, como el compañero de fórmula ideal de Mauricio Macri, El Niño Cincuentón. Lo divulga en sus comidas hasta la informada señora Mirtha Legrand, Dorian Gray.

Debe aceptarse, a esta altura, que Mauricio es “el vedette del momento”. Hoy está de moda pontificar sobre la onda Macri. Y arriesgarse en apostar por su “destino manifiesto” de sucesor.
Entonces Sanz está presente en las planificaciones de los informatizados que movilizan el Producto Mauricio (para consumir con moderación). Aunque los astutos macricaputistas prefieran instalar los beneficios transitorios de proyectarse en soledad. A través de la Tercera Vía (invención independiente del radicalismo y del peronismo). Una fórmula de escasa originalidad que ya cultivó Francisco Manrique, El Paco, con suerte bastante relativa, en los setenta. Pero para diferenciarse de Ricardo Balbín y Juan Domingo Perón, dos emblemas de una política no precisamente light. Aunque condenada al fracaso. En el país donde todo, absolutamente todo, termina mal.

El Vedette

Mauricio -dijimos- emerge hoy como el vedette principal del trío.
Es sugestivo que el crecimiento del Producto Mauricio coincida -para Oximoron- con los avances positivos de su relación políticamente platónica con La Doctora.
La dama ya no sólo le atiende el teléfono desde hace seis meses. Instruyó aparte al doctor De Pedro, El Wado, para que colabore en resolver todos los problemas que lo afecten a Mauricio. Judiciales incluidos.
Sin ningún enigma trasciende por todas partes que La Doctora, como Sucesor, lo prefiere a Mauricio. Lo cual brinda la garantía que el razonamiento es -en definitiva- falso.
Mientras la atmósfera frentista tiende hacia el entendimiento entre Mauricio y Sanz, trasciende que existe un retroceso en el entusiasmo del primero. O sea de El Niño Cincuentón. Son los números inapelables que suele acercarle, según nuestras fuentes, el pensador Jaime Durán Barba, El Equeco. Con la sentencia cruel: “Los radicales, Mauricio, no miden, salvo en Córdoba”. Donde el Producto -se ufanan- está primero.

Significa confirmar, por la numerología de Durán Barba, que se enfría el acuerdo que maduraba naturalmente. Entre el macricaputismo y un sector de la milenaria UCR.
Para simular y cederle al tiempo la oportunidad del reacomodamiento, en el macricaputismo se plantea la reedición de la fórmula triunfal que ganó el Artificio Autónomo.
De Mauricio con la señora Gabriela Michetti, La Princesa de Laprida. A los efectos de suministrarle, según nuestras fuentes, a la difícil Gaby, un potente caramelo de madera (ligeramente espolvoreado con azúcar impalpable). Para que la distraiga un poco de la causa perdida de suceder a Mauricio en el Artificio Autónomo.
Pero trasciende que esta vez no será fácil pasarla al cuarto a La Princesa. Como cuando se desprendieron de su vicejefatura para clavarla como diputada por la capital. En beneficio de la causa macricaputista. Se complica ahora el proyecto de sacarla de la pelea por el Artificio Autónomo. Postulación que nadie le saca, según nuestras fuentes, de la amplia boca, a don Horacio Rodríguez Larreta, El Carismático de Pompeya. Para algarabía de todos aquellos que se disponen a enfrentarlo. Sin saber que tendrán que enfrentarse, en realidad, con Mauricio, paraguas protector de El Carismático de Pompeya.

Unificación de elecciones

La sucesión en el Artificio Autónomo es -para Oximoron- el principal problema de la Mutual PRO.
Dilema que no alcanza a resolver el Equipo de Comunicación Directa que controla Marquitos Peña, El Pibe 10. Instrumentador eficaz de la estrategia que dicta el pensador Durán Barba, y que promueve los atributos del Producto Mauricio con el rigor que se invierte en vender un champú, o imponer una marca de jeans.
La duda sucesoria instiga, por otra parte, a no convocar elecciones separadas entre el Artificio y la Nación. Mejor es que El Carismático vaya prendido detrás de la candidatura presidencial de Mauricio. “Chupado”, como se dice en la jerga del automovilismo. Y celebrar las elecciones el mismo día. Para que Mauricio arrastre, también en Buenos Aires, la provincia inviable, a la señora María Eugenia Vidal, La Muchacha del Flores de Girondo. O en todo caso a Jorge Macri, El Primo (que era) Pobre. Imbuidos por la perspectiva de repetir la peripecia de Raúl Alfonsín, de 1983. Creer que la potencia del candidato presidencial -Mauricio- vaya a arrastrar al candidato a gobernador de La Inviable. Y que de yapa pueda beneficiarse también Rodríguez Larreta.
Demasiada exigencia para un Producto vendible que mantiene los astros alineados. Y que se encuentra en pleno crecimiento personal. Sumido en el romance platónico con La Doctora, que lo lleva de la mano, como Gretel a Hansel, para cortar cintas. Así sea para inaugurar cincuenta metros del carril de una autopista.
Sin embargo, para Oximoron, el macricaputismo aún no logró armar ninguna fuerza de consistencia nacional. Son apenas números de encuestas excitadas. Pese a los esfuerzos y a la eficacia de los maxilares de Emilio Monzó, El Diseñador.

Franja de Massa o Milagro-Scioli

sobre informe de Consultora Oximoron
Redacción final Carolina Mantegari

Introducción
Combate de resistencia

Al cierre del Informe, los tres protagonistas exclusivos de la consagrada miniserie se encuentran casi a la par.
Queda Mauricio un poco más replegado, aunque con posibilidades difusas de sorprender. Bastante remotas, eso sí.
Se aleja la perspectiva de aliarse con el esqueleto de los radicales.
Aparte, Oximoron registra que se pontifica, en exceso, sobre el (engañoso) agotamiento del peronismo.
Para la plácida visión, el peronismo emerge como el culpable genérico de la mayor parte de los males.
Entonces se enuncia voluntariamente que se viene el turno del “no peronismo” (más engañoso aún).
Pero con estos valores en juego, se concluye que es imposible. Con la sumatoria de los postulantes ejemplares del Frente Unen, con exponentes que atraviesan el jardín luminoso que contiene a la ética y la estética, difícilmente podrán imponerse sobre alguno de los dos peronistas principales del escenario.
Sea Sergio o sea Daniel. Franja de Massa o Milagro-Scioli.
Si las elecciones nacionales transcurrieran el próximo domingo, los excitados no peronistas -para Oximoron- volverán a quedarse afuera. Con la moralidad servida de la oposición.
Significa confirmar que hoy la batalla electoral se dirime en una suerte de interna peronista. Entre La Franja y El Milagro.
Por suerte, faltan aún diecisiete meses para la tranquila inutilidad de las primarias abiertas y obligatorias. Las PASO.
El combate que se viene es de resistencia. Sin respiros, pausas ni relajaciones en la política swinger. Aunque se venga el Mundial de fútbol que genera esperanzas vanas de olvido. Sobre todo para los damnificados de la etapa lazarista del cristinismo.
Para esta pelea de resistencia, aparte de armarse, los tres protagonistas de la miniserie deben cuidar el aire.
Comparten, los tres, severos dilemas de oxígeno.

Osiris Alonso D’Amomio
Director/ Consultora Oximoron
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El Milagro Scioli

Así como el mensaje es el medio, o viceversa, aquí el Milagro es Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol. Un desafío para analistas y académicos.
Por más que La Doctora lo disuelva entre la sopa espesa de una de las cuantiosas vicepresidencias inútiles del Partido Justicialista Vegetal (PJV). Por más que quede diseminado entre otros potenciales presidenciables, el positivista muestra con “fe, esperanzas y siempre para adelante” que va a quedarse para la conversación final.
A valores de hoy, en una disputa con Sergio Massa, Aire y Sol II, titular de la Franja de Massa.
Sin una gestión que nadie le reconozca, y ni siquiera le ponderen, Scioli sale de shopping por las provincias. Supone fortalecerse con la adhesión de los “gobernadores atragantados” que en su mayor parte no tienen reelección. Y tampoco le garantizan victorias territoriales. Pero le permiten exhibir un grupo presentable y compacto, que recibe también sin reparos al desafiante principal en el plano interno. Sergio Urribarri, El Padre del Marcador de Punta.
El vegetalismo peronista permite mostrar la apariencia de un esqueleto bien armado. Con huesos gastados, aún en condiciones de uso.
El Milagro-Scioli persiste entre menoscabos extraordinarios, y subestimaciones sin originalidad. Pero se le incorporan, a diario, los valiosos buscapinas que comienzan a creer, con seriedad y sin nada para perder, que están ante la evidencia del milagro. De verdad.

Massa y su circunstancia

De los tres protagonistas, Sergio, El Renovador de la Permanencia, es quien parece divertirse más con la centralidad.
Crece, se estanca, y vuelve a crecer. En medio de la ordenada desorganización que gira a su alrededor. Como si fuera un atributo.
Para Oximoron, el massismo parece convertirse en un fenómeno “orteguiano”. Pero por el filósofo español Ortega y Gasset, y no por Palito, el tucumano, que supo ser uno de los mentores de Sergio.
“Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”. Lo dijo Ortega y Gasset.
Aquí, en cambio, es Massa y su circunstancia.
Porque La Franja de Massa está donde está Massa. Y es, en el fondo, sólo aquello que hace, o dice Massa. Palabra de Sergio.
“Tenemos la estampita y los fieles. Sólo nos faltan los buenos pastores”. Lo confirma un massista extraño, para colmo de los más racionales. Al que le cuesta ubicarse en la desorganización que a Sergio, llamativamente, lo estimula. Y la goza.
Al mejor estilo Menem, el orteguiano Massa cree cargar consigo la buena estrella del César. Con la cual los protege a los protagonistas plausibles de una comedia de malentendidos.
Al tenso Martín Redrado y al eficiente Miguel Peirano. A la formada señora Graciela Camaño, La Negra, y al experto intendente Gilberto Alegre, de Villegas, hoy transformado en legislador.
Y a la serie entrañable de los “renovados”. Como De Mendiguren, Felipe Solá, Tito Lusiardo, alias Juanjo, el poeta Alberto Fernández, el Chupete Manzano, el conde polaco Eduardo Amadeo, al aportante espiritual Jorge Brito y su lugarteniente Rodríguez, El Corcho. Sin olvidarse nunca de Pierri, El Muñeco, o de los “renovados” más formidables. Como Reutemann, Romero o los Rodríguez Saa.
También hay protección para todos aquellos que se jactan de tener ciertas influencias sobre el titular de la Franja. Sergio finge escucharlos con atención, aunque siempre para hacer, o decir, lo que se le cante.

Consuelos del macricaputismo

Para Mauricio, El Niño Cincuentón, Sergio llegó para complicarle la carrera política. Transformarse en su obstáculo.
La animadversión política hacia Massa es también un valor que la acerca a La Doctora (aparte de los aspectos puntuales de fuerte incidencia económica. Inmobiliarios, como el traspaso de la Esma, o de relativa espiritualidad).

En PRO -expresión institucional del macri-caputismo- se consuelan con una creencia que en el fondo los justifica.
Indica que, si la señora Gabriela Michetti, La Princesa de Laprida, le hubiera hecho caso a Mauricio, y aceptaba jugar en Buenos Aires, La Inviable, Massa se quedaba en el molde. Perdido entre las vueltas de la rotonda. No hubiera “jugado”.
Por lo tanto, con Michetti activa en Buenos Aires, en el escenario de 2013, la Franja de Massa nunca hubiera existido.
Tarde para lamentaciones contra-fácticas. Porque La Franja de Massa existe y hoy encabeza cualquier encuesta.
Ocurre que Sergio le arrebató a Mauricio hasta la cucarda de la juventud. Es trece años más joven y le disputa el mismo mercado.
Pero la popular Michetti prefirió quedarse en el Artificio Autónomo de la Capital. Para beneficio indirecto de Massa, y para la complicación ostensible de Horacio Rodríguez Larreta, El Carismático de Pompeya.
Horacito no escatima recursos para convertirse en el sucesor de Mauricio. Con la venia, en apariencia, del inmanente Nicky, y del propio Mauricio, quien ni se inmuta ante el entusiasmo de los innumerables que descubren la ventajita de enfrentar a El Carismático.
Como los Peronistas Originarios. Diego Santilli, El Colorado, y Cristian Ritondo, El Potro. Desde el interior del macricaputismo.
O como Martín Lousteau, Sir Alfred Douglas, el crédito del amontonamiento de Unen.

Noción de tagliaferrismo

Por la colonización siempre pendiente de Buenos Aires, La Inviable, Mauricio decidió suplir, a la reticente Michetti, por la obediente señora María Eugenia Vidal, La Chica del Flores de Carriego.
A los efectos de librarse de otra eventual competidora, Horacito, El Carismático de Pompeya, apoyó la idea de desplazarla con curioso apasionamiento.
Le prometía lo que fuera -con tal que se fuera-, a María Eugenia Vidal. Para que se lanzara, como Roca, a la conquista del desierto.
Lo extravagante y divertido del Pro es que se trata, en el fondo, de un partidito urbano, tan gerencial como hogareño. Donde los episodios domésticos suelen adquirir cierta trascendencia política.
Ya se registró algún alentado divorcio que favoreció, incluso, la proyección política de un gran cuadro macricaputista.
Trasciende que La Chica de Flores tuvo ciertas dificultades para financiar la colonización bonaerense. Las trabas nunca deben ser atribuidas a Jorge Macri, El Primo (que era) Pobre, su competidor interno.
Al contrario, los problemas de recursos se agravaron, según nuestras fuentes, por las ambiciones predominantes del máximo cuadro del tagliaferrismo (movimiento que paulatinamente se extiende por los suburbios).
Es Ramiro Tagliaferro, El Neo Nancy, para colmo fiel esposo de La Chica de Flores. Un impulsivo concejal de Morón, gracias a la alianza olvidada con la Franja de Massa. La que con suerte ínfima intentan reeditar Ramón Puerta y Diego Guelar.
El dilema se resolvió con el alejamiento del numen del tagliaferrismo. El abandono de Ramiro del comando de la campaña de la conquistadora Vidal.
En algún momento se especuló, incluso, con el salto en garrocha de Tagliaferro hacia el massismo. Desplazamiento que, según nuestras fuentes, deseaban varios macricaputistas.
“Mejor, que se lo lleve Massa”, confirma la Garganta.
Lo importante, para El Carismático de Pompeya, es que La Chica del Flores de Carriego no suspenda la colonización. Y que no decida marcar, de nuevo, altiva presencia en el Artificio Porteño.

Los jóvenes arrastran a los cerdos

Los de 30/40 desplazan a los de 60. Y envían a la reflexión a los de 70.

sobre informe de Consultora Oximoron
Redacción Final Carolina Mantegari

Quien arrancó con el cuento de “lo nuevo y lo viejo” fue Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, líder del Pro, expresión institucional del macricaputismo.
Con la línea, o la letra, bajada -acaso- por el pensador Jaime Durán Barba. Un anti-ideólogo que, a principios de siglo, no vacilaba en descalificar con la sentencia.
“X es un buen político, pero del siglo veinte”.

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Más acá de la veda

Alivio para la sociedad. Final de la campaña.

escribe Oberdán Rocamora

Alivio. Culmina la campaña más insosteniblemente larga e insufriblemente monótona de la historia.
Se registra el cansancio moral de la sociedad por el desfile televisivo de los candidatos previsibles.
Salvo determinadas excepciones para concejales, la mayoría de los postulantes son demasiado conocidos. Al extremo de no sorprender.
De imposibilitar la espera de algo nuevo. Original. Lo que menos necesitan es tener un competente jefe de prensa.

Resta saber, en la provincia inviable, Buenos Aires, por cuánto ganará Sergio Massa, Aire y Sol II, a Martín Insaurralde, El Barrilete de Plomo. Por quien se juega -en defensa propia- Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol I.
El resultado remite a una cuestión meramente académica.
Oxímoron insiste. Con que Massa triunfe por un sólo punto, se trata de un resultado extraordinario. Pero van a ser -para Oxímoron- entre 8 y 10.

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La felicidad aplicada a la política

DANIEL, MAURICIO Y SERGIO III: El macricaputismo. Entre Dale Carnegie, la meditación y Sir Bertrand Russell.

escribe Carolina Mantegari

Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, Jefe de Gobierno del Artificio Autónomo -máxima expresión del macricaputismo- se muestra contagiosamente feliz.
Tiene la vida abrochada. Planifica retirarse de la política en diez años. A los 64.
La asignatura pendiente -la única que le queda- es ser el presidente de la república.
Es la ambición lícita que comparte con los compañeros de la miniserie.
Daniel Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol I, y Sergio Massa, La Rata del Tigre, Aire y Sol II.
Ahora, a los 54, Mauricio se encuentra en perfecta sintonía con su historia. Se ve que disfruta, aparte, del presente.
Se le debe creer cuando confirma que está muy bien con su familia. Conforme con su cuerpo (hace 40 minutos de caminata diaria).
Explora discretamente los márgenes trillados del budismo. Para el circuito interior, la vaguedad que solía explotarse antes como “lo espiritual”. Con aquellos mantras colectivos -o con frecuencia individuales- que aportaron los sucesivos divulgadores que instalaron la trascendencia necesaria de la meditación. Un sistema de furtiva relajación que se trasplanta desde la lentitud del Tibet, para el consumo rápido de las grandes capitales.

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Daniel, Mauricio y Sergio

A Cristina, La Doctora, le despojaron la centralidad.

escribe Oberdán Rocamora

“Cristina, Mauricio y Daniel” es la consagrada miniserie del Portal que mantiene su continuidad.
Sólo que hoy se asiste al desplazamiento de Cristina, La Doctora. Al personaje femenino se le reserva la gravitación lateral.
A su pesar, Cristina cede importancia. En favor de Sergio.
Es -Sergio- el protagonista que, desde La Franja de Massa se dispone a alborotar los destinos de los otros tres. A condicionarles las respectivas cuadraturas personales.
En principio, Sergio desaloja a Cristina del centro de la escena.
Mutis por el foro, durante algún capítulo. Sólo se escucha esporádicamente su voz, con aplausos menos convincentes.
En adelante, la miniserie pasa a titularse “Daniel, Mauricio y Sergio”.
Con suficientes actores de reparto. Podrán lucirse, incluso, con alguna aparición tangencial.

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Franquicias del peronismo

Ante el riesgo de la derrota, como en 1983 y 1999.

sobre Informe de Consultora Oximoron
Redacción final Carolina Mantegari

Introducción
Calas políticas

¿Y ahora? ¿Cómo se sigue?
Cuesta, en adelante, ante el aroma penetrante de las calas políticas, sostener las imposturas de La Doctora. La trivialidad de sus desmesuras.
Acosada -la pobre- entre la derrota de agosto, que no empieza a aceptar, y la derrota más grave, que se perfila en octubre.
Cuesta también recurrir a la indulgencia democrática de ayudarla. Para que “el gobierno termine lo mejor posible”.
O mejor, simplemente, para que termine. Para que se llegue a 2015 con reservas de aire. Y alguna dignidad.

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