The Police

En los años 60 y 70, el sistema político de la región vio crecer  cada vez más la influencia de un actor corporativo muy fuerte como eran entonces las Fuerzas Armadas. Así, el Cono Sur se pobló de dictaduras militares, en el marco de la llamada Doctrina de la Seguridad Nacional, que identificaba al “enemigo” como “interno” a las sociedades, en los sectores de izquierda o nacional-populares.

Esas presiones se extendieron también durante los años 80, dirigidas hacia las jóvenes democracias sudamericanas: el expresidente Raúl Alfonsín debió enfrentar tres alzamientos “carapintadas”, en tanto que otras democracias de la región mantenían relaciones de tensión con el actor militar en el marco de transiciones “pactadas”.

En las últimas décadas, mientras los militares redujeron su nivel de influencia, otros actores comenzaron a ejercer distintos grados de presión corporativa hacia los funcionarios electos en forma democrática. Uno de ellos y muy notorio han sido las fuerzas de seguridad. En diciembre de 2013, distintas Policías provinciales se rebelaron como parte de un movimiento que el Gobierno tildó de “desestabilizador”. Los presidentes Rafael Correa (Ecuador) y Evo Morales (Bolivia) sufrieron también, en 2010 y 2012, respectivamente, rebeliones policiales que llegaron a poner en cuestión su estabilidad política. El expresidente paraguayo Fernando Lugo comenzó a vivir la crisis política que derivó en el comienzo del fin de su mandato cuando se registró en circunstancias muy poco claras la muerte de once campesinos y seis uniformados durante un desalojo de tierras agrícolas llevado adelante por la Policía local. A partir de esos violentos hechos se desencadenó el peculiar juicio político que lo destituyó, provocando una ruptura del orden institucional del vecino país. Continuar leyendo

La gente que le gusta a Cristina

Puedo afirmar que Mary Anastasia O’Grady, la editorialista del Wall Street Journal que esta semana criticó al Gobierno nacional por enésima vez, es de las personas a las que la presidenta Cristina Kirchner respeta. Nunca hablé con la jefa de Estado, pero estoy seguro de que es así, por más extraño que parezca.

Hay que recordar que en la última entrevista que ofreció, Cristina dijo que al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, le reconoce “una inmensa virtud: dice lo que piensa”. Destacó que el líder del PRO “no se disfraza”. O’Grady cumple a rajatabla con esa premisa. No la va de “periodista independiente”, como muchas plumas opositoras de la Argentina. Por caso, antes de las elecciones de 2012 en su país dijo que los dirigentes republicanos Ron Paul y Mitt Romney harían un “mejor” papel que Barack Obama en la Casa Blanca.

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América: ¿el 13 trae suerte?

Repasemos la situación política que enfrentan en lo que va de 2013 los presidentes sudamericanos, a los que vale la pena agregar la suerte del mexicano Enrique Peña Nieto, mandatario de uno de los tres mayores Estados al sur del Río Bravo. Comencemos por la llamada “Alianza del Pacífico”, un agrupamiento de países que buscó presentarse como la contracara del Mercosur y al que Washington ve con buenos ojos:

Esta semana se conoció una encuesta de Gallup, según la que el presidente de ColombiaJuan Manuel Santos, cayó en la consideración pública del 46 al 21%. En el centro del malhumor social aparece la actitud del Gobierno frente a una protesta de campesinos: el 81% de los consultados dijo que desaprueba cómo actuó el jefe de Estado frente a esa cuestión. En Perú, se difundió el mes pasado una encuesta de la consultora GFK que determinó una merma en la aprobación de Ollanta Humala del 32 al 26%. El 54% se mostró de acuerdo con la idea de que el presidente “no combate la delincuencia”, el 51% evaluó que “no cumple con sus promesas”, en tanto que el 48% se mostró preocupado porque “los precios están subiendo”. En tanto, IPSOS-Perú detectó una caída de 4 puntos en la imagen de Humala, que quedó en torno al 29%. “No gobernamos con encuestas, eso déjenlo para los opinólogos”, replicó el presidente.

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