Por: Nicolás Tereschuk
Puedo afirmar que Mary Anastasia O’Grady, la editorialista del Wall Street Journal que esta semana criticó al Gobierno nacional por enésima vez, es de las personas a las que la presidenta Cristina Kirchner respeta. Nunca hablé con la jefa de Estado, pero estoy seguro de que es así, por más extraño que parezca.
Hay que recordar que en la última entrevista que ofreció, Cristina dijo que al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, le reconoce “una inmensa virtud: dice lo que piensa”. Destacó que el líder del PRO “no se disfraza”. O’Grady cumple a rajatabla con esa premisa. No la va de “periodista independiente”, como muchas plumas opositoras de la Argentina. Por caso, antes de las elecciones de 2012 en su país dijo que los dirigentes republicanos Ron Paul y Mitt Romney harían un “mejor” papel que Barack Obama en la Casa Blanca.
Aunque sus expresiones se reproducen en los medios argentinos como si fueran la voz de toda la prensa norteamericana o incluso de los Estados Unidos, O’Grady firma sus notas y habla desde un lugar. Un lugar que no es ni busca ser el de una presunta objetividad. La editorialista es republicana, conservadora y enemiga declarada de los gobiernos posneoliberales de la región. Sus ideas extremas y lindantes con el mal gusto quedan siempre expuestas:
- De Hugo Chávez dijo que encabezó un gobierno “militar”.
- De la Bolivia de Evo Morales, consideró hace tres meses que se trata de un Estado “fallido” comparable a Afganistán.
- Trató al Ecuador de Rafael Correa de “República bananera”.
- Amonestó a Michelle Bachelet por considerarla “admiradora de Fidel Castro”.
Apostaría que Cristina diría: “a Mary Anastasia O’Grady, respeto”.