La alcaldía de Medellín y el vicealcalde de gobernabilidad, seguridad y servicio a la ciudadanía, han destinado -en un gran esfuerzo administrativo- un aumento en el número de uniformados de la policía nacional que entrarían a reforzar los cuadrantes de la ciudad de Medellín, tratando con esto, entre otras importantes medidas que se han tomado, de disminuir de manera drástica los indicadores de delincuencia en la ciudad. Se espera que para principios de 2014 con otros mil policías, se logre la consolidación de 400 cuadrantes para la ciudad más innovadora del mundo. ¿Podrá esto contrarrestar seriamente la actividad de los combos y de las bandas criminales en cuanto a la extorsión a las empresas de transportes y a las tiendas de barrio y del sector productivo de la ciudad?, ¿por qué a pesar de un esfuerzo en gasto en seguridad y unidades de la policía, no logra restarle poder a las bandas criminales de la ciudad?, ¿el pacto entre combos que no ha sido aceptado de manera alguna por las autoridades, se ha convertido en una manera de reducir la violencia en la ciudad? Tres elementos nos permiten vislumbrar con mayor preocupación, lo que ocurre en la ciudad.
El crimen organizado
Es innegable que tanto en el Departamento de Antioquia, y en particular en la ciudad de Medellín, la presencia de las bandas criminales y grupos ODIN (organizaciones delincuenciales integradas al narcotráfico), han generado toda una gran red de microtráfico y microextorsión en toda el área metropolitana, que ante las perspectivas futuras, difícilmente se logrará controlar. ¿A qué se debe esta incapacidad institucional para hacer frente a este tipo de grupos criminales que operan en la ciudad? Por un lado, la percepción sobre la seguridad en la ciudad de Medellín no mejora de manera positiva, a pesar de los esfuerzos institucionales evidentes, las capturas a los cabecillas de las bandas y la incautación de gran cantidad de estupefacientes en las denominadas “ollas” del vicio. Es perceptible un clima de tensión en algunos barrios de la ciudad por un pacto, que si bien no es reconocido, ni aceptado, ni apoyado por la Alcaldía de Medellín, corre el rumor de un pacto que en algunos caso se hace evidente para la ciudadanía, y que permite en una cierta calma, hablar de reducción de ataques entre combos.