¿Gana o pierde Colombia frente a Nicaragua?

Olmer Muñoz Sánchez

La Corte Internacional de Justicia definió en el fallo del día lunes,  unas nuevas fronteras limítrofes entre Colombia y Nicaragua en el Caribe. ¿Qué implicaciones tiene este fallo histórico para la soberanía nacional colombiana  ante el contexto internacional? En el mediano plazo, Colombia tendrá que resolver pretensiones con otros países con los cuales limita en el Caribe, y en especial tendrá que indagar la posibilidad de una negociación con Venezuela, país con el cual se tiene un litigo no resuelto aún. ¿Qué tan importante puede ser una política internacional de quedar bien con todos los vecinos, como lo ha pretendido el presidente Juan Manuel Santos, sin definir posiciones claras frente a temas tan fundamentales como el terrorismo de las FARC y los problemas limítrofes con sus vecinos?.

 

Tres aspectos  para analizar de este fallo de la Corte Internacional de Justicia.

En primer lugar, un fallo que no admite apelación, difícilmente podrá ser revisado a pesar de que Santos haya expresado que la Corte Internacional cometió errores en la sentencia expresada. En estas circunstancias, en efecto, el debate interno en el país tendrá que hacerse de cara a una reforma constitucional donde se deberá modificar el acápite referido al Territorio Colombiano, Art 101 de la Constitución Nacional, debiendo incorporar el fallo de la CIJ para fijar unos nuevos límites marítimos en la región Caribe. Este primer elemento- a pesar de que Colombia ha mantenido una tradición de respeto al Derecho Internacional- no deja de ser grave para el país, pues representa una pérdida importante de su territorio en el mar, es una pérdida geopolítica y geoestratégica importante para Colombia en lo referido a la exploración, explotación e investigación marítima y la seguridad nacional.

 

En segundo lugar, el fallo de la corte da mayores ventajas a las pretensiones de Nicaragua al aumentar su área de influencia marítima. Constituye esto un elemento de ventaja geopolítica frente a Colombia. El presidente Daniel Ortega se atribuye de esta manera un éxito en sus pretensiones frente a Colombia, que en varias ocasiones ha sido muy exagerada, pues ha tratado de desconocer el respeto que Colombia ha sostenido frente al Derecho Internacional y que para el mandatario nicaragüense ha sido desconocido en varios momentos.  En esta perspectiva, la reacción de los demás mandatarios “revolucionarios” y miembros del ALBA, será la de apoyar pretensiones que favorezcan a cada uno de sus países, invocando razones alejadas de los argumentos legales y formales. Entre ellos será fundamental reclamaciones como en el caso de  Bolivia y Venezuela.

 

Venezuela y Colombia: ¿un litigio próximo?

En tercer lugar, Venezuela ha tenido aspiraciones importantes frente al escenario territorial de Colombia y esto  no se ha discutido con profundidad excepto por algunos debates que  han hecho  algunos académicos en Colombia,  quienes  han señalado con preocupación que existen dentro de la constitución venezolana temas de suma importancia que afectarían los intereses de Colombia  y que no han sido analizados aún. Parte de las negociaciones y discusiones no resueltas tienen que ver con el tema de los Monjes, y con la delimitación de aguas marinas y submarinas que desde hace más de 50 años se discute sin lograr un punto final de acuerdo.

Lo importante del tema fronterizo con Venezuela, que no ha sido discutido en el gobierno de Juan Manuel Santos, es que el gobierno colombiano debe estar alerta a las nuevas reclamaciones que van a surgir a partir del fallo de ayer con Nicaragua, y en especial tomar cartas en los asuntos referidos a la integridad del territorio nacional. Esto pondrá a prueba la política exterior del presidente Juan Manuel Santos, que se ha caracterizado en varios momentos por quedar bien con todos los países vecinos,  evadiendo  la discusión en los temas de trascendencia para el país y que sólo ha servido para postergar asuntos claves para la seguridad nacional de Colombia y la  preservación de la integridad territorial.

En conclusión,  no es muy alentador el panorama para Colombia en temas de litigo internacional, y tendrá que fijarse como  temas de interés nacional la integridad del territorio nacional y la seguridad nacional, para evitar el debilitamiento geopolítico y estratégico como parece estar sucediendo. En consecuencia, la encrucijada para el gobierno de Colombia se encuentra en lograr unir  las fuerzas políticas del país definir y consolidar  políticas de Estado duraderas y serias que represente claridad ante los demás países en el contexto regional de América Latina.