El Mediterráneo, la fosa común más grande

“Una Europa cerrada a los emigrantes sería una Europa más vieja, más pobre, más reducida y más débil. Una Europa abierta será más justa, más rica, más fuerte, más joven, con tal de que sean capaces de gestionar bien la inmigración”, sentenció el entonces secretario general de Naciones Unidas en 2004, el ghanés Kofi Annan, en ocasión de aceptar y entregársele el premio Sajarov a los Derechos Humanos 2003, en el Parlamento Europeo, una distinción que premia la libertad de conciencia.

Es precisamente la conciencia el problema de las autoridades europeas frente a la peor crisis humanitaria que se vive a sus pies y ante una marcada indiferencia.

Según cálculos de Naciones Unidas, más de 264.000 personas han arribado a Europa, desde el Mediterráneo, procedentes de países en conflicto y guerra, como Siria, y otros signados por pobreza, desempleo y/o inestabilidad política, sobre todo varios del África occidental subsahariana. A su vez, más de 2.300 entre estas personas han perecido al intentar embarcarse a la aventura de conseguir una mejor vida en Europa. A esta altura del año pasado la cifra era bastante menor, no superaba 1.650. Continuar leyendo

Las víctimas ignoradas del terrorismo

El ataque al periódico satírico francés Charlie Hebdo, el 7 de enero, en el cual doce personas murieron, mientras cinco más perecieron en la toma de rehenes en un mercado kosher en otro punto de la capital francesa, conmovieron a la opinión pública mundial en el día más sangriento desde que se tuviera memoria en la capital francesa. Sin embargo, fuera de Francia, hubo mayor número de caídos por el yihadismo ese día y los siguientes, con un factor en común: ser rincones apartados de lo que resulta importante, es decir, Occidente.

Los 19 muertos en París impactaron al mundo porque el atentado tuvo lugar en la ciudad que viera nacer la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, el nervio neurálgico de la civilización y en donde, se dice, nació el ciudadano moderno. La consigna “Je suis Charlie” de algún modo enarbolaba aquello, así como la movilización más grande de la historia francesa, con una participación que superó los 3 millones de personas. Continuar leyendo