El efecto del impuesto a los autos de alta gama

A comienzos de este año entró en vigencia el nuevo impuesto a los autos de alta gama creado a través de la Ley 24.674, que establece un gravamen del 30% para los vehículos nuevos que cuesten entre $ 170.000 y $ 210.000, y del 50% para los que tengan un valor superior. Este impuesto, que estaba destinado a desalentar las importaciones de automóviles, terminó afectando los precios de casi todos los vehículos, provocando una importante caída en la venta de las empresas automotrices.

La baja en el nivel de actividad del mercado automotor hizo que varias empresas suspendan a su personal, anticipen vacaciones y recorten turnos para atenuar el efecto negativo que les generó la menor demanda. En enero de este año, casualmente el mes en el que comenzó a aplicarse este impuesto, la producción de autos bajó un 17,9% interanual, y las ventas de automóviles nuevos cayeron un 19,5%, según datos de ADEFA.

Continuar leyendo

Acuerdo con Repsol: más deudas para el próximo gobierno

Luego de varios meses de negociaciones, finalmente el gobierno firmó un acuerdo con Repsol por la expropiación de las acciones de YPF. Este acuerdo establece que Argentina le entregará títulos públicos a Repsol por un valor de U$S 5.000 millones más intereses, con un vencimiento final en el año 2033.

Hace un tiempo el actual ministro de Economía, Axel Kicillof, había manifestado públicamente que no pagarían nada a Repsol por expropiar las acciones de YPF. Finalmente tuvo que desdecirse y reconocer que había que cumplir con la ley y por lo tanto había que pagar por esta expropiación.

Continuar leyendo

¿Se puede combatir el virus de la inflación?

La inflación de 2013 fue la más alta de la última década, y la de enero de 2014 fue la más elevada de los últimos 12 meses. Sin embargo, para el Gobierno éste no es un tema importante. La suba generalizada de precios sigue provocando especulación e incertidumbre en los diferentes sectores de la sociedad.

La economía del país perdió la brújula. Empezando con el presupuesto y el Indec, en el que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. La inflación prevista y el tipo de cambio estipulado en el presupuesto para el corriente año es de 10% y 6,4% respectivamente. Lejos de esto, hoy se convive con una inflación del 30% y un tipo de cambio que se disparó a 8 pesos en tan sólo un mes.

A pesar del acuerdo de precios que intentó imponer el ministro de economía Axel Kicillof, recientemente permitió un  incremento del 7,5% en el sector de electrodomésticos.

¿Qué habría que hacer para combatir la inflación? En primer lugar es necesario generar confianza y revertir las expectativas actuales de una mayor suba de precios. Para ello se requiere transparentar el Indec y realizar un presupuesto coherente que permita conocer los ingresos con los que va a contar el país para distribuirlos de forma eficiente, sin dilapidar los recursos en gastos que no reportan beneficios para la sociedad.

Algunos gastos que se podrían reducir son los $ 1.400 millones de fútbol para todos, los $ 750 millones de publicidad oficial, los $ 1.000 millones destinados a mantener Canal 7 (Televisión Pública), que debería financiarse con publicidad privada; y los casi $ 2.000 millones que se le dan a Aerolíneas Argentinas, empresa que debería gestionarse con eficiencia para que deje de ser deficitaria.

Por otra parte, si se subieran las tasas de interés se le quitaría presión al dólar, lo que serviría para que no se recaliente el consumo. Para esto habría que considerar un acuerdo social entre sindicatos, empresarios, y el gobierno, para lograr frenar la espiral inflacionaria.

Adicionalmente, es necesario fijar los objetivos monetarios, de forma tal de frenar la emisión de dinero, lo cual sería posible si se logra revertir el déficit fiscal.

Si se lleva adelante un plan económico integral que abarque como mínimo estos temas, si se le da difusión al mismo, y se toman medidas tendientes a cumplirlo, esto generaría confianza y lograría revertir las expectativas desfavorables sobre la economía. Pero también es necesario que haya reglas claras, que se combata la corrupción y que haya una justicia independiente que garantice el cumplimiento de las leyes. Esto permitiría atraer inversiones, lo cual también quitaría presión sobre el dólar y sobre la inflación.

Es necesario que seamos un país serio, creíble. Pero si se sigue utilizando la mentira como política de Estado, si se usan los recursos para reclutar militantes, si sigue habiendo una justicia adicta al poder, si se sigue emitiendo para financiar un déficit creciente, entonces difícilmente se combata la inflación.

El impuesto a las riquezas que pagarían hasta los pobres

El impuesto a los bienes personales fue creado en 1991, estaba destinado a que lo paguen las personas que tenían una situación patrimonial muy sólida, por ello se le dio informalmente el nombre de impuesto a la riqueza. En ese momento, el mínimo no imponible era de $ 100.000, equivalente a cien mil dólares, una suma muy importante en esa época. Con ese dinero se podía comprar un departamento de 4 ambientes en las zonas más caras de la Capital Federal, era el equivalente a 500 salarios mínimos vitales y móviles. Sin embargo, en más de 20 años este mínimo no imponible tuvo una sola actualización, en 2008, para llevarlo a $ 305.000.

Hoy en día el valor a partir del cual hay que pagar este tributo es irrisorio. Si se actualizase dicho mínimo no imponible de forma tal que siga siendo, como en su creación, equivalente a 500 salarios mínimos vitales y móviles, entonces debería ser de $1.800.000. Y si se actualizase en función al incremento del valor de las propiedades medido en pesos, entonces debería superar ampliamente los 2 millones de pesos.

Continuar leyendo