Por: Rubén Murray
Luego de varios meses de negociaciones, finalmente el gobierno firmó un acuerdo con Repsol por la expropiación de las acciones de YPF. Este acuerdo establece que Argentina le entregará títulos públicos a Repsol por un valor de U$S 5.000 millones más intereses, con un vencimiento final en el año 2033.
Hace un tiempo el actual ministro de Economía, Axel Kicillof, había manifestado públicamente que no pagarían nada a Repsol por expropiar las acciones de YPF. Finalmente tuvo que desdecirse y reconocer que había que cumplir con la ley y por lo tanto había que pagar por esta expropiación.
Desde hace varios años el gobierno viene hablando del desendeudamiento. Pero también tuvo que hacer lo contrario a lo que dijo, y terminó endeudándose para pagar por YPF. Lo curioso es que demoró la negociación mucho tiempo, y finalmente cierra un acuerdo a largo plazo, de forma tal que lo tenga que pagar otro gobierno. Lo preocupante es que se comprometió a entregar títulos que pagan intereses que van del 7% al 8,75% por un período de casi 20 años.
Hay países de la región, como Bolivia o Perú, que consiguen deudas a una tasa inferior a la mitad de lo que vamos a pagar por YPF. Y hay países que se financian a tasas del orden del 2%. El mundo está atravesando desde hace años un período en el que las tasas de interés son bajísimas. Las tasas Libor y Euribor son del 0,55%, la tasa de los bonos del tesoro de Estados Unidos a 10 años es del 2,6%. Pero Argentina tiene que pagar casi el 9%.
Con este acuerdo, Repsol consigue cobrar tasas de interés que no existen en casi ningún país del mundo, haciendo un muy buen negocio financiero. Pero como contrapartida, Argentina hace un pésimo negocio, comprometiéndose a pagar un costo financiero altísimo por un período de tiempo demasiado largo.
Un problema adicional es que si en unos años la situación de nuestro país mejora, si baja el riesgo país, y si logramos conseguir financiamiento a tasas más bajas, lamentablemente vamos a tener que seguir pagando estos títulos por muchos años a tasas altísimas. Es fácil comprometerse con dinero ajeno. Es más fácil cuando las deudas las paga otro. Y esto es lo que acaba de hacer el kirchnerismo, manejó muy mal la expropiación de YPF y esta deuda se la deja al próximo gobierno.