Motivos de la caída K: principales logros y desaciertos

El domingo pasado el oficialismo sufrió una dura derrota en las elecciones legislativas. La caída más importante se materializó en la Provincia de Buenos Aires, y a nivel nacional obtuvo un porcentaje de votos muy similar al de las elecciones de 2009, y apenas superior al de las primarias de agosto.

Los Kirchner llevan 10 años a cargo del Poder Ejecutivo nacional y muchos años más en otros cargos públicos. Para entender lo que pasó el domingo pasado puede resultar útil hacer una recopilación de los principales aciertos y errores que cometieron durante su gestión.

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Qué puede pasar con el dólar después de las elecciones

En estos últimos días el dólar paralelo ha superado la barrera de los 10 pesos y para frenar la suba el gobierno ha enviado a la calle inspectores de la AFIP y del Banco Central a los efectos de paralizar las operaciones del mercado informal. Sin embargo, todavía no tomó ninguna medida de fondo para revertir la tendencia alcista de la moneda americana.

En nuestro país es muy frecuente que en períodos electorales el dólar suba debido a la incertidumbre que acarrea el cambio de autoridades. Si bien en esta ocasión el resultado parece ser bastante predecible en función a lo que ocurrió en las últimas elecciones primarias abiertas y obligatorias, la principal incertidumbre pasa por las medidas que tomará el gobierno luego de los comicios de este domingo.

Si analizamos lo que sucedió en la última elección presidencial, a pocos días de las votaciones el gobierno implementó el cepo cambiario para intentar frenar la fuga de capitales que estaba menguando las reservas del Banco Central. Esta medida, que mostró ser realmente inefectiva para resguardar las reservas, generó más problemas que soluciones ya que en lugar de atacar las causas del problema intentaron restringir sus consecuencias.

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Inconsistencias de un dibujo mal hecho

En cualquier país serio, el presupuesto es una de las leyes más importantes porque establece pautas económicas, tributarias, monetarias y financieras que son las que deben regir la economía durante el próximo año. En Argentina, se está tratando actualmente el proyecto para su ejecución en 2014 a través de la Comisión de Presupuesto de la Cámara baja, que ya emitió dictamen favorable. Al respecto, desde el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se espera lograr, la semana que viene, media sanción en Diputados. Sin embargo, es sabido que en nuestro país hace muchos años que esta ley no es creíble y representa el cumplimiento de una mera formalidad.

Este año no es la excepción a lo que viene ocurriendo en la gestión kirchnerista, ya que el proyecto presentado muestra una serie de inconsistencias que lo convierten en una proyección cuyo parecido con la realidad no será más que una simple coincidencia, si es que llega a existir algún parecido.

Los números más llamativos de este presupuesto son los siguientes:

- Inflación: Se prevé que será de un promedio del 10,4% anual. Esto no tiene ninguna similitud con la inflación real, la cual oscila entre un 25% y un 30%.

- Crecimiento de la economía: Se estima que rondará el 5,1% para 2013, 6,2% para 2014, 5,3% para 2015 y 3,7% para 2016. Esto implicaría tener una economía pujante y en franco crecimiento, pero lamentablemente la realidad muestra una situación diferente. De hecho, en 2012 la economía prácticamente no creció, y en 2013 el crecimiento no alcanzaría el 3%.

- Balanza comercial: Según el presupuesto, el saldo de exportaciones menos importaciones dejará un resultado que ronda los U$S 10.000 millones entre 2013 y 2016. Considerando que actualmente el crecimiento de las exportaciones es menor al de las importaciones, lo cual viene deteriorando la balanza comercial, y que no hay indicios para prever un cambio de tendencia ya que las exportaciones continuarían perdiendo competitividad y las importaciones seguirían creciendo debido al problema energético que tardará años en resolverse, entonces resulta excesivamente optimista considerar que se mantendrá un saldo positivo de ese orden.

- Crecimiento de ingresos: El presupuesto prevé un incremento en 2014 del 26,9%. Si se considerase que la inflación oficial prevista es correcta, esto implicaría que los ingresos aumentarían un 16% por encima de la inflación, lo cual significaría o bien un crecimiento desmesurado de la economía, o bien una excesiva presión tributaria. Sin embargo, si se compara este crecimiento con la inflación real, entonces el mismo se correspondería prácticamente en su totalidad con el componente inflacionario de los impuestos.

- Crecimiento de gastos: la suba de gastos primarios prevista es del 15,6%. Esto implica un incremento más bajo que en 2013, y muy por debajo de lo que sería la inflación real. Y esta subvaluación de gastos es lo que permite que estimen para 2014 un resultado primario positivo de $83.889 frente a un resultado casi neutro en 2013. Por otra parte, al analizar la suba de los distintos tipos de gastos se observan una serie de particularidades:

  • Se estima un crecimiento de remuneraciones del 18%, lo cual parecería poco probable que sea aceptado por los sindicatos, considerando que la inflación real superaría con creces este porcentaje.
  • Empresas del Estado: en el proyecto se indica por un lado que dichas empresas obtendrán recursos de $ 88.749 millones, de los cuales el 54% corresponde a transferencias que recibirán del Tesoro y 45% lo obtendrán de la venta de bienes y servicios. También se informa que sus gastos serán de $ 88.667 millones y por lo tanto dejarán un superávit de $82 millones. Sin embargo, la realidad es que sólo el 45% de los ingresos de dichas empresas son genuinos, ya que el resto son meras transferencias de recursos de Tesoro, por lo tanto los ingresos reales serán de $ 39.937 millones y los egresos de $ 88.667 millones, por lo que tendrían un déficit de $ 48.730 millones, lo que implica una pérdida diaria de $133 millones. Si esta es la realidad de las empresas del Estado, es una situación más que preocupante.
  • Al observar los gastos por jurisdicción se observa que los gastos relacionados con la cartera de salud crecerán en 2014 un 10,8%, los vinculados con seguridad un 11,8% y los relacionados con transporte un 3,9%. Es llamativo que estas áreas tengan un incremento tan bajo en sus gastos, dado que son sectores muy sensibles y que funcionan en pésimas condiciones. De ser ciertos dichos incrementos, y considerando que la inflación real sería muy superior a estos porcentajes, podríamos estar frente a un ajuste muy fuerte que perjudicaría a millones de ciudadanos. Probablemente se recurrió a esta subvaluación de gastos para poder justificar un resultado primario positivo.
  • Deuda pública: se prevé un crecimiento del 73% en los servicios de la deuda pública, que se relaciona con el pago del cupón PBI. Resulta llamativo que el INDEC muestre un crecimiento de la economía superior al 3,2% que habilitaría pagar este título, ya que los síntomas que tiene la economía no se condicen con un crecimiento de esa magnitud. Si se contemplase el crecimiento real del PBI, entonces no sería necesario pagar el cupón mencionado, y los pagos de deuda deberían ser muy inferiores.

Es una lástima que una herramienta tan valiosa, como lo es el presupuesto, tenga fundamentos tan débiles y tan poco creíbles como este proyecto presentado para 2014. Es peligroso que la mentira sea institucionalizada, y en nuestro país si se analizan los presupuestos nacionales de los últimos años y los números que publica periódicamente el INDEC, parecería que en lugar de funcionar basados en la verdad, lo estamos haciendo sobre la base de mentiras, o de una realidad muy distinta a la que se ve diariamente en las calles.

Impuesto a las ganancias: un nuevo parche con fines netamente electorales

Debido a la dura derrota electoral que sufrió el oficialismo en las elecciones primarias, y con el objetivo de recuperar en los próximos comicios de octubre parte de los votos perdidos, la presidenta anunció un incremento en el mínimo no imponible y las cargas de familia del impuesto a las ganancias.

Sin embargo, este incremento, que era necesario, no constituye una solución de fondo al problema que implica el impuesto a las ganancias pagado por los empleados en relación de dependencia. Lo que debería implementarse es un mecanismo de ajuste automático por inflación, en lugar de tener que depender del buen humor de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, o de una necesidad netamente electoral como la actual. No es justo que se tenga que llegar a una situación como ésta para que desde el gobierno tomen conciencia del problema, y tampoco es correcto que se busquen réditos electorales con este tipo de medidas.

Si hubiese alguna duda con respecto al carácter electoral de esta disposición, no hay más que observar la leyenda que obligan a escribir en los recibos de sueldo por este incremento del mínimo no imponible: “Remuneración y/o Haber no sujeto al Impuesto a las Ganancias – Beneficio Decreto PEN 1242/2013“.

Es la primera vez que el gobierno exige que se escriba una leyenda de ese tipo en los recibos de sueldos por un simple ajuste por inflación en los parámetros utilizados para el cálculo del impuesto a las ganancias. Esto parece disparatado ya que si el presente ajuste corresponde a un “beneficio” que tan gentilmente da el Poder Ejecutivo Nacional (PEN), entonces sería adecuado que en los recibos de sueldo de aquellos que sufren descuentos del impuesto a las ganancias aclaren que corresponde a un “perjuicio” que produce el PEN.

Hay que dejar en claro que esto no es ningún “beneficio” que regala el gobierno, sino que es una leve compensación del efecto negativo que sufrimos todos los argentinos desde hace años por causa de la inflación, la cual llegó a los niveles actuales debido a la impericia de las autoridades nacionales.

Por otra parte, el gobierno sigue sin actualizar las escalas que se utilizan para el cálculo del impuesto a las ganancias, lo que provoca que se pase demasiado rápido de pagar un 9% a un 35%. Ésta es una deuda que tiene pendiente el kirchnerismo, ya que en ninguno de los gobiernos de los Kirchner se ajustó dicha tabla. La inflación acumulada en los últimos 10 años supera el 300%, pero las escalas de este impuesto no sufrieron ningún incremento, quedando totalmente desactualizadas. 

Es necesaria una reforma integral de nuestro sistema tributario. Los parámetros utilizados en todos los impuestos deberían tener ajustes automáticos por inflación, tanto el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, como así también las escalas utilizadas y las deducciones admitidas. Y el mismo criterio de ajuste por inflación debería seguirse en las escalas del monotributo, en el impuesto que pagan los trabajadores autónomos, y en el mínimo no imponible del impuesto a los bienes personales, que afectan a millones de argentinos.

Nos merecemos más respeto de nuestros gobernantes. Es poco serio tomar una medida de este tipo para ganar votos, y es indignante que en los recibos de sueldo se obligue a escribir que esto corresponde a un beneficio que da el Poder Ejecutivo. Si realmente quieren beneficiar al país, deberían reformar el sistema tributario, reconocer la inflación y controlarla, aceptar el ajuste en todos los parámetros impositivos, mejorar las cuentas fiscales para revertir el déficit fiscal, incentivar las inversiones, fomentar el empleo, bajar la emisión monetaria, respetar las leyes y combatir la corrupción. El gobierno debe velar por el bienestar de los ciudadanos y resolver los problemas de la gente, en lugar de tomar medidas oportunistas para el rédito personal de los gobernantes.