En nuestra columna de opinión y análisis de la semana pasada, que dimos en llamar “Brasil, entre crisis real y emocional”, advertíamos cómo la baja del mercado bursátil brasilero, que diera inicio en el año 2010, y el avance del dólar frente al real desde entonces habían generado un claro cambio de humor, no solo en el mundo inversor, sino que el negativismo también había llegado a las calles.
Lo sucedido este fin de semana en muchas ciudades de Brasil, con marchas masivas de la población, con carteles de “Fora Dilma!” que invadían las calles, pidiendo además el juicio político a la presidente, debido no solo a la situación de crisis que vive el país, sino también al escándalo de corrupción de Petrobras, nos obliga a preguntarnos: ¿Se podrían acelerar los pasos de una renuncia o salida de Dilma Rousseff del Gobierno de Brasil?
Nadie discute que el pueblo latinoamericano necesita asegurar la gobernabilidad de aquellas personas que fueron elegidas de manera legítima en las urnas. Sin embargo, cuando la presión y el reclamo del pueblo se hacen cada vez mayores y el presidente de turno no cuenta con apoyo, también es posible pensar que su gobernabilidad se encuentra en jaque. Continuar leyendo