Por: Ruben Ullúa
En lo que va del año, la moneda de Brasil, el Real, se ha devaluado cerca del 30% respecto al Dólar Estadounidense, pasando de niveles de 2.67 reales por dólar a niveles actuales de 3.5-3.52%. Esto, sumado a los hechos de corrupción que han sido de público conocimiento, han impactado de manera muy importante sobre los niveles de aprobación de gestión y sobre la imagen de Dilma Rousseff.
Según la consultora IBOPE, la imagen de Dilma Rousseff se encuentra claramente deteriorada. El índice de aprobación a su gobierno, que en diciembre del año 2014 se encontraba en niveles de 52%, pasó a niveles del 15%, mientras que aquellos que desaprobaban la gestión en diciembre del 2014 era del 41%, actualmente asciende al 83%.
Entre otros indicadores que ha dado a conocer también la consultora, sobre la insatisfacción de la población brasileña ante el actual contexto, podemos destacar el pesimismo existente respecto a una expectativa de mejora de la economía, donde actualmente sólo el 49% de la población contempla esta posibilidad, siendo estos valores los más bajos desde los años ´90.
Como suele ocurrir en estos casos, cuando el humor dominante comienza a ser tan negativo, “las malas nuevas” se dan a diario y es así como se conoció en estos días que las calificadoras de riesgo internacional han decidido bajar la nota de la deuda brasileña, colocándola a un paso de perder el grado de inversión.
Con todo este contexto de nerviosismo y mucho negativismo, en lo que va del año la bolsa de San Pablo, si bien no ha sufrido una importante pérdida en términos de reales, lo que significa que no hubo una fuerte presión vendedora de papeles por parte de los inversores locales, sí lo ha hecho en términos de dólares, que hasta el momento cede un 25%.
Warren Buffett ha dicho en alguna oportunidad: “Cuando todos se ponen codiciosos, yo me vuelvo temeroso. Sin embargo, me vuelvo codicioso, cuando los demás están temerosos”.
Si bien no podemos decir que Brasil ya ha ingresado en la fase emocional de una crisis, donde ya la decepción queda chica y es el miedo el que comienza a ganar la cabeza de los inversores, sí es verdad que podríamos estar muy cerca de esas instancias. El problema es deducir en que valores de mercado ello pueda darse, ya que visto desde la frialdad del inversor, muy posiblemente en ese momento tengamos una gran oportunidad de compra de activos financieros brasileros.
Desde nuestra lectura analítica, cuando observamos el comportamiento del índice Bovespa en términos de dólares, veremos que los precios se encuentran ya en instancias muy cercanas a los mínimos que alcanzara este mercado en el año 2008 con la crisis financiera mundial de sub-prime; área que a la vez se encuentra representada por los máximos de la década del ´90.
Creemos que si el mercado ingresa en la fase emocional de baja, ya sea porque el Real se continúa depreciando hacia la zona de 4 reales o bien porque le sacan el grado de inversión al país o bien porque se produce algún detonante político, entonces el índice Bovespa en términos de dólares podría buscar de lleno la zona de 12000-10000 dólares, para recién allí marcar un piso emocional y comenzar el proceso de recuperación parcial mayor al bear market de los últimos años.
Brasil cumple ya cinco años de bear market
Tomando como referencia el año 2010 como un techo de importancia para la bolsa de Brasil en términos de dólares, ya que ha sido en ese momento donde el gobierno de Lula alcanzaba los niveles de aprobación más elevados, donde el Real alcanzaba los niveles más altos de apreciación respecto al dólar y donde el país se mostraba con gran potencial debido al crecimiento en el precio de los commodities a nivel internacional, ya han pasado cinco años de bear market o mercado bajista.
Lo interesante de esto es que si repasamos cuál ha sido la duración de los mercados bajistas de la bolsa brasilera en los últimos 30 años, veremos que se repite esta misma ventana de tiempo de 5 años.
Como se puede observar en la gráfica adjunta, del índice Bovespa desde el año 1980, veremos que Brasil ha sufrido desde entonces tres períodos de crisis bajista en su mercado, siendo el primer período el que va desde el año 1986 al año 1991, luego el que se observa entre el año 1997 y el año 2002 y finalmente el actual período en curso que se inicia en el año 2010 y se extiende hasta estas fechas.
Lo importante de destacar que en todos los casos, los períodos de baja del mercado brasilero han sido de 5 años y considerando que en el presente año 2015 se cumple ya el quinto año desde el techo del año 2010, bien podríamos pensar que este mercado se encuentra en la fase final de la baja.
No tenemos dudas que vendrán meses muy difíciles aún para el mercado de Brasil, sin embargo creemos que desde una perspectiva de inversor, esta debilidad que muestra el mercado podría estar entregándonos una zona de piso importante, quizás desde donde pueda habilitarse un nuevo ciclo de alza en vista a los próximos años. Recuerden que los mercados tienen una dinámica diferente a la economía real, y mucho de lo que hoy se vive en Brasil en términos de economía, ya ha sido descontado por el mercado. Atentos entonces…