Lo más prudente es frenar antes de la curva

Los mercados financieros no tuvieron su mejor semana. El S&P 500 cayó 2,57% desde los altos del viernes pasado; la tasa de los bonos de 10 años en EEUU vuelve a los bajos del año en 2,65%; el índice VIX, barómetro de temor en los mercados, cierra con la misma dinámica desde la corrección de enero; las bolsas en Europa cierran con una caída promedio de 3%; Tokio y Rusia por debajo de 6%, Brasil entra en territorio de “bear market”. Commodities como el cobre caen más de 9% en cinco días.

La pregunta del millón en Wall Street se basa en si los niveles actuales en las bolsas accionarias, en particular, el mercado accionario estadounidense, son niveles de compra o venta.

Al mismo tiempo, la pregunta del millón entre los economistas es cuál es la razón principal del pobre comportamiento en los mercados, si son las cesaciones de pago corporativas en China y la desaceleración de Gigante Asiático, o la crisis en Crimea y la posible intervención rusa en territorio ucraniano, la continuación de la política monetaria restrictiva de la Reserva Federal, o simplemente un “bull market” en proceso de maduración.

Aunque las preguntas sean difíciles de responder, la sola existencia de dichas incógnitas ya genera implicaciones directas para los gestores sobre la necesidad de proteger sus portafolios, particularmente ante el riesgo bajista en la evolución de estos distintos eventos, y la reacción del mercado ante ellos.

Un gestor de inversiones enfrentando estos riesgos es el equivalente a un corredor de Fórmula 1 viendo de lejos una curva sin poder ver claramente el ángulo de cierre.

Hasta en Fórmula 1 los corredores frenan antes de las curvas. Aunque el mercado puede que llegue a tener una corrección de magnitudes moderadas, es prudente reducir el riesgo antes de “tomar la curva a altas velocidades,” y después estar fuera de la carrera por no haber reducido la velocidad en una curva “indefensa”.

Sigue la impresión de dinero, y sin celebración

Finalmente pudimos conocer lo que estaba en la mente de Ben Bernanke y su gabinete de trabajo, la impresión expansiva de dinero continuará.

La Reserva Federal siguió enfatizando que mientras la economía americana no muestre mejoras significativas, no existe la necesidad de eliminar el estimulo, siempre y cuando otras variables macroeconómicas como la inflación no lo impidan. En particular, mientras la tasa de desempleo no llegue por debajo de 6,5% (actualmente se encuentra en 7,3%), la política monetaria en EEUU no tendrá un cambio dramático.

Sin embargo la reacción del mercado accionario en los días posteriores al anuncio ha sido cuestionable. El aviso de prolongar la inyección de liquidez elimina un gran número de factores que generaban alta incertidumbre sobre las perspectivas de los mercados financieros en lo que resta del 2013. Sin embargo, con dicha pregunta resuelta en el corto plazo, el panorama es más positivo y por ende las probabilidades eran muy altas de haber tenido una sostenida reacción alcista en el mercado accionario, reacción que no se dio.

La sorpresa también se ha dado en el comportamiento accionario de los sectores. Servicios públicos, un sector con alta correlación negativa a las tasas de interés, no mostró un fuerte impulso alcista a pesar de una caída significativa en la tasa de interés de los bonos del Tesoro, pero por el contrario, fue el sector con el peor desempeño el día viernes después que la tasa de 10 años estuviera cerca a los bajos del último mes.

Estas causalidades, sumado al hecho de que el S&P 500 ha subido casi 5% en el mes de septiembre, nos indican que la cautela todavía es una práctica que los clientes de gestores de portafolio apreciarán en lo que resta septiembre.

Acciones americanas: en pérdida pero atractivas

La última semana del mes de junio cerró con resultados no muy gratificantes en el mercado accionario, sobre todo para darle la bienvenida a la segunda mitad del año.

Bien es cierto que la primera mitad del 2013 generó retornos de doble dígito en el mercado accionario, bastante interesantes al compararlos con otra clase de activos a nivel global. Particularmente, observamos que para los inversores latinoamericanos, el haber invertido en el mercado accionario americano fue sin duda una “salvación” que resalta en los estados de cuenta del cliente promedio, pues los activos en mercados emergentes, ya sean de naturaleza de renta variable o fija, han tenido grandes movidas hacia el lado de pérdidas.

También es cierto que  los mismos buenos rendimientos en las acciones americanas incrementan a su vez el riesgo de perderlos, sobre todo por el nivel y la aceleración del comportamiento alcista. Por esto y por motivos de tipo fundamental, entre los cuales resalta la pregunta sobre la continuación del proyecto expansionista de la Reserva Federal y la contundencia del crecimiento económico en EEUU, Europa, China, y los mercados emergentes, indican una segunda mitad del 2013 con mucha más dificultad para generar retornos significativos.

No obstante es muy probable que, desde un punto de vista relativo, los mercados financieros en EEUU, en particular el mercado accionario, continúen siendo una de las mejores alternativas de inversión para la segunda mitad del año, pues los riesgos bajistas en mercado emergentes tanto en bonos como acciones son de mayor trascendencia y magnitud. El buen pilotaje activo en medio de la volatilidad será el determinante del éxito en este universo particular de activos.

Cerca del “abismo”, y los mercados ni se inmutan

La próxima semana se podría definir si el aclamado “Santa Rally” arrancaría sin vuelta atrás en lo que queda del año, o que el mercado se devuelva y corrija fuertemente generando presión sobre los políticos para llegar a una resolución.

El mercado accionario estadounidense enfrenta la semana con éxito al cerrar con un retorno levemente positivo, a sólo tres semanas de enfrentar el abismo fiscal y sin una resolución en la mesa de negociación.

Si comparamos la primera mitad del mes de noviembre con la primera semana de diciembre, es evidente observar que las negociaciones del abismo fiscal no han tenido ningún avance importante, pero por el contrario, el mercado no quiere seguir en modo corrección como lo hizo en noviembre sino más bien cerrar el año con el aclamado “Santa Rally”. Si esto sucede, podríamos ver el S&P 500 desafiando los altos del año en menos tiempo de lo esperado y dándole la bienvenida al 2013 con altas probabilidades de continuar la subida en el primer trimestre del año.

Los reportes económicos no mostraron mucho optimismo sobre la situación actual de la economía en EEUU, sin embargo las bajas expectativas fueron el combustible necesario para que la última cifra de creación de nóminas reportada en el año no luciera tan mal como en realidad sigue siendo, pues a estos niveles no es posible satisfacer la oferta entrante de trabajo.

La semana se caracterizó por movimientos de baja magnitud en las sesiones que llevaron a las medias móviles de 50 y 100 días a formar un estrecho canal de niveles técnicos importantes, indicado que la próxima semana, al hacer ruptura de esos niveles, se podría definir si la subida arranca sin vuelta atrás en lo que queda del año, o que el mercado se devuelva y corrija fuertemente generando presión sobre los políticos para llegar a una resolución.