Por: Santiago Maggi
Finalmente pudimos conocer lo que estaba en la mente de Ben Bernanke y su gabinete de trabajo, la impresión expansiva de dinero continuará.
La Reserva Federal siguió enfatizando que mientras la economía americana no muestre mejoras significativas, no existe la necesidad de eliminar el estimulo, siempre y cuando otras variables macroeconómicas como la inflación no lo impidan. En particular, mientras la tasa de desempleo no llegue por debajo de 6,5% (actualmente se encuentra en 7,3%), la política monetaria en EEUU no tendrá un cambio dramático.
Sin embargo la reacción del mercado accionario en los días posteriores al anuncio ha sido cuestionable. El aviso de prolongar la inyección de liquidez elimina un gran número de factores que generaban alta incertidumbre sobre las perspectivas de los mercados financieros en lo que resta del 2013. Sin embargo, con dicha pregunta resuelta en el corto plazo, el panorama es más positivo y por ende las probabilidades eran muy altas de haber tenido una sostenida reacción alcista en el mercado accionario, reacción que no se dio.
La sorpresa también se ha dado en el comportamiento accionario de los sectores. Servicios públicos, un sector con alta correlación negativa a las tasas de interés, no mostró un fuerte impulso alcista a pesar de una caída significativa en la tasa de interés de los bonos del Tesoro, pero por el contrario, fue el sector con el peor desempeño el día viernes después que la tasa de 10 años estuviera cerca a los bajos del último mes.
Estas causalidades, sumado al hecho de que el S&P 500 ha subido casi 5% en el mes de septiembre, nos indican que la cautela todavía es una práctica que los clientes de gestores de portafolio apreciarán en lo que resta septiembre.