Aunque el caso Snowden ha renovado las preocupaciones por la privacidad en línea, la mayoría de los internautas cede y comparte voluntariamente grandes volúmenes de datos personales. Mientras tanto, el pulso entre visibilidad y privacidad parece definir la era de las redes sociales.
¿Dónde se archivan nuestros datos personales? ¿Quiénes registran nuestros historiales de búsqueda en la web y qué hacen con ellos? ¿Los gobiernos –el de EE.UU o el de algún país de la Unión Europea- siguen cada uno de nuestros pasos en la esfera digital? Aunque no son nuevos, estos interrogantes han cobrado enorme relevancia a partir del caso Snowden.