Por: Silvina Moschini
Según la Unión Internacional de Telecomunicaciones en el mundo hay más de 6 mil millones de dispositivos móviles. Esto equivale a decir que hay más de 85 teléfonos celulares y tabletas por cada cien habitantes.
La movilidad y la posibilidad de tener una conectividad constante sin lugar a dudas están cambiando nuestras vidas. Y no sólo impactan en cuestiones personales: tienen una fuerte incidencia en el mundo corporativo, ya que cada vez son más las personas que utilizan sus propios dispositivos móviles para tareas profesionales.
El 95% de los encuestados por un estudio de Cisco en empresas norteamericanas señaló que la compañía en la cual trabaja permite el uso de sus dispositivos personales en el lugar de trabajo, y parte de ellos los utilizan en sus tareas laborales.
Según el mismo estudio, el 65% de los ejecutivos requiere de un dispositivo móvil para su función. Por su parte, Forrester afirma que el 66% de los empleados utiliza uno o más dispositivos móviles simultáneamente, además del ordenador.
En general, tanto empleados como empresarios encuentran ventajoso el uso de dispositivos personales en el trabajo, según Cisco el 76% de los trabajadores lo califica como positivo o tremendamente positivo.
Esto se debe que los empleados pueden trabajar más a gusto en dispositivos que ellos mismos eligen, y pueden acceder sus herramientas de trabajo desde cualquier lugar.
Además puede significar una reducción de costos para las empresas, que de otra forma deberían asignar equipos extra a sus empleados.
Pero la movilidad también acarrea nuevos desafíos. Requiere que los empleados puedan acceder desde sus dispositivos móviles a recursos como cuentas de e-mail corporativas, servidores y bases de datos. Esto preocupa a los sectores de TI porque puede comprometer la seguridad de los sistemas y la información.
Una encuesta de Gartner demuestra que el fenómeno bautizado como BYOD (Bring your own device, por sus siglas en inglés) es la principal preocupación de los directores de TI, que tienen que lidiar con una mayor variedad de dispositivos y estar atentos a fallas en la seguridad.
No se trata de un fenómeno aislado, sino que forma parte de una tendencia en la cual el trabajo se vuelve más dinámico y flexible. En este contexto, las empresas no pueden decir que no al BYOD: deben generar las condiciones para que los empleados puedan elegir el momento, lugar y dispositivo que prefieran para trabajar, y brindar todas las garantías para que puedan hacerlo de forma segura.