Sí, los servicios públicos tienen que ser de la Ciudad

Christian Joanidis

Recientemente, Horario Rodríguez Larreta, precandidato del PRO, ha lanzado una propuesta que resonó en mi mente por su obviedad: los servicios públicos tienen que ser de la Ciudad. Me bastó escucharlo para coincidir. Y no es sólo una propuesta que debiera tener él como precandidato, sino que tendría que estar entre las primeras palabras de todos aquellos que aspiren a gobernar la Capital. Voy a ir más lejos: debería ser el discurso de todos los legisladores porteños, que fueron elegidos para defender los intereses de los que vivimos en la Ciudad de Buenos Aires.

Hay varios motivos por los cuales esto debe ser así, me interesa repasarlos uno por uno. El primero es una cuestión de gestión. Hoy deciden sobre la ciudad dos entidades distintas: el gobierno nacional y el gobierno de la ciudad. Cada entidad tiene una función distinta y por lo tanto sus intereses y objetivos son distintos. Si decidieran sobre cuestiones que atañen a distintas problemáticas, esto sería aceptable, pero en general lo hacen sobre los factores y recursos que hacen a las mismas problemáticas. Para cualquier persona que estudie los principios de administración, esto es inviable, porque los esfuerzos de ambas entidades no están alineados y por lo tanto se generan conflictos innecesarios, más allá de los roces existentes por tratarse de distintas facciones políticas.

En segundo lugar se trata de una cuestión de foco. En administración sabemos que cada organización tiene un foco, es decir que tiene un “trabajo” asignado y siempre funciona mejor en la medida en que se aboca a dicho foco. Es una cuestión ampliamente estudiada y que tiene su raíz en las limitaciones humanas: una persona no puede saber todo ni hacer de todo, por eso necesita cierto nivel de especialización. Así es como el foco del gobierno nacional es el gobierno de la Nación, no el de la Ciudad y entonces malgasta sus recursos y energías en ocuparse de un tema que está fuera de su foco, siendo no sólo menos eficiente, sino que además este tema interfiere con sus otras tareas. Mientras que al pasar a la órbita de la ciudad, esta ocupación es consistente con el foco del gobierno de la ciudad, que es ocuparse de los asuntos de los porteños.

En tercer lugar podemos hablar de la alineación de intereses. Porque el gobierno nacional, elegido por todos los argentinos para gobernar el país, no es el gobierno de la ciudad, que fue elegido por los porteños para gobernar la ciudad. ¿Por qué el gobierno nacional tiene que decidir sobre la vida de los porteños cuando nosotros hemos elegido otro gobierno para que tome ese rol? Independientemente de que los gobiernos actualmente sean de signos opuestos, la persona elegida para presidir la nación no fue la que elegimos para gobernar la ciudad. Porque mientras el gobierno nacional ataca los problemas con una mirada nacional, los porteños tenemos problemas que están circunscriptos exclusivamente a la localidad y por lo tanto es absurdo aplicarnos los mismos principios que al resto del país. Nuestras necesidades son distintas, así como lo son la de los cordobeses, la de los mendocinos y las de cualquier otra provincia.

La última reflexión me lleva a la cuarta razón, que es una cuestión que se viene discutiendo en nuestro país desde hace doscientos años. Es una cuestión federal permitir que las provincias puedan decidir sobre las cuestiones en las cuales no es necesario que interfiera el gobierno nacional. Pero nuestro sistema presidencialista tiene mucho de unitario y poco de federal y por eso se resiste a darle a la ciudad la autonomía que necesita. ¿Acaso es necesario que el gobierno central intervenga en los servicios públicos de la ciudad? Evidentemente la respuesta es que no, porque si no, estaría interviniendo en los de todas las provincias, lo cual no hace.

Adicionalmente, hoy, todos los argentinos, con su trabajo, están contribuyendo a pagar los recursos que el gobierno nacional dedica a la gestión de los recursos de la ciudad. No basta con ello, sino que  el gobierno nacional subsidia los servicios públicos. ¿Es acaso justo que con los recursos de todos los argentinos se subsidie a quienes vivimos en la ciudad? Confieso que me molestaría que el gobierno nacional subsidie con mis impuestos y mi trabajo los servicios de los cordobeses, por ejemplo.

Es cierto que la ciudad de Buenos Aires es el asiento de la administración nacional, pero eso no significa que el gobierno nacional tenga que inmiscuirse en la gestión de la ciudad. Si bien el gobierno nacional en algo debería contribuir, eso tiene que hacerlo con fondos que luego los porteños decidiremos a qué los destinamos.

Al escuchar la propuesta me sorprendí, porque no recuerdo haberla escuchado antes. Es una lástima que no sean todos los candidatos los que reclamen esto, cuando se trata de algo que nos va a ayudar a todos los porteños.  Y esto no es un juicio de valor sobre qué tan buena fue hasta hoy la gestión del gobierno nacional, sino un planteo que va más allá de los resultados de una gestión puntual y apunta a buscar la mejor solución para los habitantes de la ciudad. Pero los servicios públicos son sólo una parte de tantas otras cosas que hoy sigue gestionando la Nación y debieran pasar a la órbita de la Ciudad, de un organismo conjunto con la provincia o bien de un organismo independiente.