Delicada coexistencia: el empleo y los subsidios

Félix Herrero

¿Pueden los subsidios a las energías crear o mantener los niveles de empleo? No, aunque seguimos oyendo que el cuidado del empleo es la principal razón a favor de los subsidios al petróleo crudo y al gas natural.

Se debe ver que las medidas energéticas no siempre tienen el mismo sentido en sus efectos. Así, la eliminación de subsidios a la luz es inflacionaria, aunque restringe el déficit fiscal, al contrario de los subsidios al petróleo crudo y al gas natural, que al mismo tiempo inflacionan los precios e incrementan el déficit fiscal.

Cuando hablamos de subsidios, debemos distinguir entre los subsidios sociales (“subvenciones” se decía antes, cuyo objetivo es abaratar las tarifas) y los subsidios económicos (o empresariales, que es el caso del petróleo crudo y del gas natural en Argentina). La deseada creación indirecta de empleo a través de los subsidios económicos tiene trabas inesperadas, por lo que se debe intentar el subsidio social o subsidio directo, que se otorga a los trabajadores en función de las pérdidas salariales, en vez de depositarlos en las empresas con destinos desconocidos y con declaración no exigible.

El Gobierno kirchnerista comenzó una política inusual que no se encuentra en ningún otro lugar del mundo al instalar un precio subsidiado de 77 dólares el barril (d/b) del petróleo crudo medanito extraído en la cuenca neuquina, en una escala disminuyente de los petróleos de las restantes nueve provincias petroleras. La escala de precios concluía en el petróleo pesado escalante de San Jorge, que se vendía a 63 d/b. El subsidio llegaba a valores inusitados si se compara con los precios vigentes durante todo el año 2015. El motivo de tan imprevista política petrolera aplicada desde el 1º de enero del año pasado consistía en mantener empleo, pero no se decía nada del imperioso seguimiento del uso y el destino de tales beneficios monetarios. La siempre recóndita posibilidad cierta de la corrupción se silenciaba. El decreto de la pareja económica Julio de Vido-Axel Kicillof preveía prorrogar el sistema subsidiador a todo el año 2016.

Para este año, la escala de precios del despectivamente llamado barril criollo tuvo una variación descendente: ubicó al medanito en 67,50 d/b y al escalante en 54,90 d/b, con un rebaje de 13,3% y 12,9%, respectivamente. Como el precio internacional siguió cayendo, ya que el promedio del británico brent (referencia fuera de Estados Unidos) se cotizó durante 2015 en 49,40 d/b y en los dos meses y días de marzo de este año en 32,32 d/b, la caída fue del 52,8%, es decir que el aumento de los subsidios argentinos fue muy superior. El subsidio, o sea la comparación entre el precio de venta a refinería y el valor internacional, se amplió respecto a la baja del precio internacional del petróleo. Otra vez se argumentó falsamente, al intentar que se creyeran las apariencias, aunque el subsidio aumentara y las naftas también subieran.

En el sector de gas natural, el precio del gas excedente de 7,50 dólares el millón de BTU (d/Mbtu) pasó a 4,70 d/Mbtu, pero a todo el gas natural extraído en nuestro país. Por otra parte, en el kirchnerismo también se eliminaron las retenciones a las exportaciones de petróleo desde Chubut, se dejaron en una simbólica tasa del 1 por ciento. También se subsidia a la exportación de crudo pesado.

Esta situación no puede mantenerse, porque, al encarecerse el petróleo crudo, provoca efectos no buscados, como la pérdida de empleo, en la economía en general, pero también en el propio sector petrolero. Dos refinerías de Neuquén, Fox Petrol y New American Oil, comunicaron que si no se les permite importar crudo desde Chile (con referencia al precio internacional) o con un mix entre el precio internacional y el local subsidiado, se verán obligadas a cerrar o intentar vender los equipamientos. Alrededor de ciento cincuenta trabajadores se quedarían sin empleo sumando ambas empresas. Ya hay acuerdos donde se aceptó pagar medio salario a más de dos mil trabajadores petroleros: siguen los despidos, pero también ascienden los subsidios a las compañías petroleras. ¿No estamos viviendo un petrolão criollo?

Parece que el esquema de subsidiar a las extractoras de petróleo no mantiene el empleo de las refinerías, ni en el sector de transporte y de ductos, ni en la comercialización y la venta al minorista. Por otro lado, tenemos naftas y gasoiles caros, que dejan a la industria, al campo y demás servicios fuera de competencia internacional. Habría que estudiar por qué Argentina, luego de 16 años de balanza comercial positiva, pasó, en el año 2015, a una negativa, lo que continúa con los resultados de enero de 2016.

Nadie duda de la necesidad del pleno empleo. En nuestro país se centran en el nombre de figuras históricas el logro o los intentos de objetivos que hacen a las políticas de Estado: Juan Bautista Alberdi introdujo en la inteligencia nacional que gobernar es poblar, Domingo Sarmiento, que el objetivo es la educación, Juan Domingo Perón convenció que es crear trabajo, Ramón Carrillo, que es ofrecer política sanitaria para todos.

Para lograr una política energética de Estado, podemos comenzar estableciendo que los subsidios deben ser dirigidos sin intermediarios al petrolero que la crisis mundial petrolera le haga perder trabajo. Cálculos no exagerados computan que el subsidio anual del petróleo alcanza a seis mil millones de dólares, el del gas natural, alrededor de 2.500 millones de dólares y el subsidio de diez dólares por barril de crudo exportado, un monto cercano a los quinientos millones de dólares. Montos que servirían para invertir en variadas actividades, que podrían crear el trabajo que se debe asegurar en nuestro país.