Palabras cuidadas

Fernando Morales

El Vaticano verá muy simplificada su tarea a la hora de acopiar argumentos que avalen la elevación a los altares del actual Papa Francisco. El ya acaba de realizar el primer milagro: el que tuvo lugar nada menos que en la Catedral metropolitana el 25 de mayo de 2014. Luego de 8 años, ese sagrado recinto se vio colmado de viejos revolucionarios poco afectos a las cuestiones de la Fe -al menos de la Fe en cualquier otra cosa que no sea el éxito final de la revolución permanente.

Si el genial Discepolo escribiera hoy su “cambalache” a la biblia y el calefón, le podría agregar la presencia del “relato y el modelo” en su célebre e irrespetuosa vidriera. Con pocas excepcione, los soldados de Cristina dejaron por algunos minutos los símbolos de la rebeldía nacional y popular, se calzaron sus finísimos trajes y corbatas y, como obedientes monaguillos con mirada angelical, se paraban, se sentaban y asentían a los conceptos expresados por el Cardenal Primado, tal vez consternados por ver a la jefa privada del uso de la palabra (aunque sobre el final se dio un pequeño gusto, aunque con letra ajena y leyendo, cosa que mucho no le gusta , pero no hay remedio, la liturgia es así)

Para quien tuvo el enorme privilegio de poder seguir las alternativas del solemne Tedeum desde una perspectiva distinta a la que brindaron las cámaras oficiales -únicas permitidas-, cada segundo, cada gesto, cada cruce de miradas entre los participantes resultó una fuente inagotable de interpretaciones y conjeturas

La normalidad “recuperada” hizo que muchos niños pudieran ver por la pantalla que en nuestra Catedral se guardan los restos del Padre de la Patria, y que al menos una vez al año el primer mandatario se para frente a su tumba para rendirle honores. Habrán preguntado también a sus padres quienes eran esos señores vestidos “raro” que estaban detrás de la Jefe de Estado, ya que las imágenes de un comandante en jefe de las FFAA, acompañado por sus jefes militares subordinados para homenajear al máximo héroe militar de la Nación no ha sido muy frecuente en la década ganada (más bien todo lo contrario)

En honor al modelo, el Cardenal Primado Polí tuvo “Palabras Cuidadas”: la constante invocación a “Su Santidad” le permitió ser razonablemente duro y la vez orgánico; equilibrar la reflexión evangélica sobre la lectura del día con un adecuado baño de actualidad nacional; momentos en los gestos de los “devotos feligreses” se dividían entre ceños fruncidos y caras de… “a mí no me lo está diciendo”.

No todo denotó hermandad cristiana en el acto. Funcionarios nacionales y de la Ciudad no se mezclaron (tal vez para desvirtuar la versiones sobre acuerdos políticos) pero un saludito entre los máximos referentes políticos presentes hubiera sido de buen cristiano. Más cuando hoy mismo recibimos la noticia que nuestro Francisco obtuvo un guiño de los líderes de Palestina e Israel de sentarse bajo un mismo techo cristiano para dirimir sus diferencias

En síntesis, como el relato se desarrolla por capítulos, resulta evidente que estamos asistiendo a la lectura del que corresponde a la recuperada relación con nuestros pastores. Tal vez así como nos apuramos a subir al sitio web presidencial los protocolares saludos papales, se pueda colocar para deleite de todos y todas la homilía del cardenal Poli. Quizás de esta manera algún funcionario la relea para intentar aplicarla a su gestión, pero lo más probable es que, habiendo terminado el solmene acto religioso, pase lo que Serrat nos cantó alguna que otra vez: “Con la resaca a cuestas vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas”. Y por si alguien olvidó cómo sigue la canción: “se despertó el bien y el mal, la zorra rica al rosal, la zorra pobre al portal y el avaro a las divisas”.