¿Un municipio divido por el muro de Berlín?

Marilina Hotton

En el marco de la campaña realizada por los barrios del municipio de Vicente López y de las charlas con los vecinos, alguien me dijo con vehemencia: “¡Es que estamos del otro lado del muro de Berlín!”. El vecino se refería a la división que provoca la Panamericana y a la diferencia social que existe de cada lado de ella.

En mi opinión, creo que no es tan así: hay gente necesitada en ambos lados de la autopista y la zona Oeste ha mejorado y crecido mucho en estos últimos años con la radicación de nuevas empresas y oficinas que han colaborado con el desarrollo de la zona. Pero dicha metáfora me ayudó a reflexionar sobre la enorme diferencia que existe entre los habitantes del municipio. En efecto, tenemos quizás los colegios privados más caros de Argentina, viven aquí en Vicente López personas altamente preparadas y eminencias en sus profesiones, empresarios de éxito, personajes de la cultura, etcétera…y por otro lado, hay personas que no tienen cubiertas sus necesidades básicas y se encuentran más vulnerables.

Mi pregunta hoy es: ¿cómo podemos hacer para que ese muro pueda ir desarmándose? ¿Cómo podemos hacer para integrar al municipio? Se me ocurre que cada uno, dentro de sus posibilidades, puede ir sacando un ladrillo. En la práctica me refiero a que pensemos en unir a los vecinos en diversas actividades y servicios. Ejemplos hay muchos: contratar en las empresas y oficinas del partido un cupo mínimo de empleados que habiten Vicente López, ayudar a los famosos “nini” (que ni trabajan ni estudian) ofreciendo contratos de formación profesional en las empresas o fábricas para los vecinos. Tener una red o bolsa de trabajo municipal.  Impulsar actividades culturales y deportivas desde los colegios uniendo a los jóvenes del municipio. Becar al mejor promedio de la primaria de una escuela provincial, en alguna de las instituciones privadas educativas de renombre. Sin desmerecer por ello la educación pública, aunque lamentablemente hay que reconocer que todavía hay mucho por hacer en las escuelas estatales.

Sería también interesante poder recibir propuestas e ideas de tantos especialistas que viven en el barrio y que no están interesados en un cargo público, saben mucho, pero no quieren cargos y nos perdemos quizás ideas geniales. Creo que cuando la ayuda social viene del particular se evita el famoso “punterismo político” y el vecino verá con agrado que su esfuerzo sirve.

No quiero crear con esto un nuevo sistema político. No significa que el Estado esté ausente, sino que además de las obligaciones básicas que tiene una intendencia, se pueda trabajar, desde la política, en crear nexos que ayuden a cada uno de sus habitantes.

Está en nuestros ideales, en los del equipo político al que pertenezco, el trabajar para quitar esos ladrillos. Cuando hay dignidad, cuando hay trabajo, y las necesidades de cada uno están cubiertas, ayudamos a que todos vivamos con proyectos de crecimiento, con propósito, con menos violencia e inseguridad. Esto es lo necesitamos todos los que habitamos en Vicente López.