Mirta Tundis o el continuismo de Massa

Néstor Pitrola

Es vox populis que si Massa habla se le pueden complicar las cosas al “intendente exitoso” que tropicalizó de palmeras su distrito. Por lo pronto empezó a hablar Mirta Tundis, quien ganó audiencia trasmitiendo informaciones para jubilados, pero al ser requerida por algunos programas televisivos empezó a mostrar la posición del massismo sobre el tema.

En primer lugar convalida la política oficial sobre el Fondo de Sustentabilidad del Anses, explicando que “es un fondo de emergencia” y apoyando su utilización “en inversiones financieras”. Pero la emergencia ya está entre nosotros, es el medio millón de juicios, muchos con sentencia favorable que el Anses apela hasta el infinito, condenando a sus beneficiarios.

El fondo se ha invertido en un 62% en bonos de la deuda pública. Mirta Tundis encubre que son papeles “pagadios” que no permiten afrontar ninguna emergencia, porque si se vendieran en el mercado financiero, de inmediato sus precios caerían a chirolas. Tampoco denuncia que en el último mes se han vendido mil millones en bonos nominados en dólares para bajar el blue, lo que ha descapitalizado todavía más a los futuros jubilados. Algo que ya se había hecho cuando el Anses “pesificó” depósitos a plazo fijo en la misma moneda para “dar el ejemplo” de la fallida pesificación de Moreno. Tibiamente se quejó Tundis de “algunos créditos a tasas un poco bajas”,  seguramente refiriéndose al rescate del pulpo GM al 9% anual contra una inflación del 25%.

Tundis reivindicó como correcta y positiva la ley de movilidad jubilatoria que ata la movilidad de las jubilaciones a la recaudación y a la evolución del salario. Entrega entonces la bandera histórica de que la jubilación represente de manera actualizada el 82% del salario en actividad de cada trabajador, porque los avatares de la recaudación y los salarios en general van atados al nivel de trabajo en negro, a las recesiones y a los topes de aumentos que se fijen desde el poder como ocurre ahora mismo de manera no escrita mediante el concurso de la burocracia sindical.

Por otra parte, la candidata de Massa no reivindica el 82% del mejor salario al momento de jubilarse y ni llega a plantearse la revisión del sistema de cálculo cavallomenemista que hoy resulta en un 45% del menguado salario en actividad. Nos aclara en cambio, que “no es posible el 82%”, que tenemos que “mejorar” las jubilaciones mediante un impuesto a la renta financiera.

Sin entrar en las limitaciones de ese impuesto que está de moda en la demagogia de los políticos capitalistas para todo uso, digamos que Tundis no nos plantea proteger al Anses del saqueo del Tesoro y su déficit y recomponer sus fuentes de ingresos de donde tiene que venir desde que la jubilación existe, es decir del aporte patronal, porque se trata de un salario diferido que el trabajador se gana con su sudor para su vejez.

Tundis nos explica que el sistema jubilatorio tiene que ser una “contención social”. Nosotros pensamos lo opuesto a esta tesis del Banco Mundial que tiene por objetivo un ingreso asistencial de la vejez. Para nosotros, la izquierda, la jubilación es un salario diferido, al que aportamos toda la vida. Tundis desprende -con todos los defensores del vaciamiento compartido del sistema en los últimos 40 años- al salario en actividad de la jubilación, por eso para ella no cabe más nuestra reivindicación central: el 82% que jamás abandonó el movimiento popular como bandera. Tundis explica que son pocos los trabajadores activos que aportan por cada jubilado, como si esto fuera una fatalidad. Las jubilaciones deben ser defendidas, precisamente a partir de recomponer los aportes patronales rebajados desde los 90, a partir de blanquear la totalidad del salario de los trabajadores empezando por el Estado que es el primer pagador en negro, a partir de terminar con el trabajo en negro, la tercerización y precarización laboral y a partir de un mínimo salarial equivalente a una canasta familiar, todo lo cual revolucionaría los ingresos del Anses.

Para todo ello, que son las propuestas del Partido Obrero, se requiere que el Anses sea gestionado por trabajadores y jubilados, sus verdaderos dueños, por medio de comisiones electas por ellos mismos. Tundis, concedamos, está condicionada porque es la tercera candidata de un verdadero arquitecto del saqueo del Anses, Massa, interventor durante siete años, por lo que su política es continuismo kirchnerista puro.