Hace unos días, nuevamente el Indec sorprendió y ofendió a los argentinos publicando indicadores sociales que nada tienen que ver con la realidad. Mucho más para las provincias del noroeste y del noreste argentino, como mi provincia, el Chaco, donde los habitantes de una de las zonas más pobres del país debemos soportar que nos digan, con absoluta liviandad, que la pobreza en ese distrito es de apenas 8,4 % y la indigencia 1,4 %. Sería muy benévolo de nuestra parte señalar que los que realizan esa medición no conocen nuestra provincia, porque la conocen y muy bien, pero prefieren mentir.
Estos indicadores falsos desnudan las intenciones, tanto del Gobierno provincial como del Gobierno nacional, solo atinan y pretenden ocultar la pobreza en lugar de llevar adelante políticas para paliar ese flagelo. El Indec dice, además, por ejemplo, que la desocupación en Gran Resistencia es inexistente. Esto es simplemente una broma de mal gusto. Parece que se ríen de los chaqueños. Basta conocer el área metropolitana de nuestra ciudad capital, basta hablar con los vecinos y observar sus costumbres para darse cuenta de que se trata de una gran mentira. Cualquier medición seria muestra que los problemas socioeconómicos en el Chaco, como el desempleo, son alarmantes. Recorremos barrios periféricos de Resistencia constantemente, preguntamos y escuchamos qué opinan nuestros comprovincianos, vemos cómo viven, su realidad social desviste esta gran falacia. Continuar leyendo